Ariadna se inclinó ligeramente hacia adelante, como buscando privacidad.
-Tuve la ocasión de hablar con Sir Bastien hace poco. Se mostró realmente interesado cuando menté el tema de la investigación, pero pronto mostró despreocupación al hacerle creer que desconocíamos al culpable y que apenas teníamos hilos de los que tirar. Pero pareció bastante al tanto respecto a la ficticia mordedura de vampiro. -comentó-. Al menos podemos respirar con cierto alivio sabiendo que no sospecha.
-Ahora que sabe que sabemos que no fue un vampiro, tened por seguro que espera que sospechemos de él. Aún así, es agradable saber que de momento piensa que nos tiene despistado.
-Espero que su orgullo y autoconfianza le traicionen. -dijo tras darle un largo trago al vaso hasta vaciarlo-. Y que alguien tenga una brillante idea. Se nos acaban los sitios donde buscar.
-No os fiéis de Sir Bastien. Puede que sea Gwydion, pero también es Oscuro. No dejará que su arrogancia y su mal temperamento se interpongan entre él y sus objetivos.
Dio otro sorbo al café, que se estaba quedando frío.
-Y sobre la investigación, yo no me preocuparía. Tengo fé en que pronto se resolverá todo.
Ariadna alzó una ceja.
-La fé no hace que las pruebas acudan a nuestras manos, y sé que sois demasiado realista como para creer que todo se solucionará tal cual -apuntó.
-Bueno, una mujer puede tener esperanza, ¿no? Además, las tiene todas en contra. Estoy segura de que no somos las únicas que sospechamos de él, y no podrá ocultarse de todo el Condado. Alguien descubrirá algo, si no somos nosotras mismas. Esto es suponiendo, por supuesto, que Sir Aster pueda refrenar su espada hasta entonces.
-Lo hará. Dudo que sea tan impulsivo como para ello, al menos ahora que los ánimos se han templado en los Cedros. Me paso por allí cuando puedo, aunque Lady Marjolaine no parece mejorar mucho.
Pareció de pronto disgustada, Ariadna no podía saber si por empatía a Marjolaine o por verse obligada a hablar de un tema tan macabro cuando lo único que quería era sonreír y celebrar.
-No entiendo cómo podría. No ha pasado ni siquiera un mes, y lo que le hicieron fue terrible. Espero que el tiempo y la justicia la ayuden a sanar.
Ariadna comprendió que el comentario no había sido muy oportuno, así que se apresuró a deshacerse de aquel tema.
-Seguro que sí. Las cosas irán mejor a partir de ahora ya que Lord Lothar ha recuperado la sonrisa y las fuerzas gracias a vos. ¿Pagamos?
Ariadna había plasmado los sentimientos de Marion en un halago no muy sutil. Asintió, complacida, e hizo un gesto con la mano para atraer la atención del camarero. No fue difícil. Nunca lo era.
-No, querida. Invito yo. Vos ya habéis gastado suficiente hoy.