Partida Rol por web

2 de marzo de 2000 - 23:45

Se encontraron en un parque helado en el centro de Blois, a solas. Lady Hiver parecía rejuvenecida en pleno invierno, y las hebras de plata parecían menos brillantes en su cabello, así como las arrugas en torno a sus ojos desaparecían en gran modo. Saludó a Lady Marion de buena gana y le transmitió su preocupación por las nuevas que le llegaban del Condado. No hizo mención directa, pero era evidente que se trataba de lo que significaba el pájaro delator y su repercusión en la política de Blois.

Su saludo fue mucho menos animado que el de Lady Hiver. La invitó a sentarse en un banco y metió las manos en los bolsillos, buscando el modo de calentarlas. Tenía las mejillas rojas y veía su aliento helarse apenas salía de sus labios a la luz de las farolas. Había pensado largo y tendido en lo que iba a decirle a la Duquesa, y no había sacado nada en claro.

-Estoy segura de que queréis una explicación. No sé si habéis tenido noticias de Lugaid.

-Me han comunicado que ha perdido hombres. Bajo la espada de Axelle, nada menos. Me gustaría recibir una explicación a todo esto -dijo la Duquesa, seria.

-Es cierto, y lo lamento. Pero Axelle ha pagado por ello, y murieron salvando a todos los duendes de Neustria de un destino funesto.

No creía poder leer a Lady Hiver, pero de todos modos esperó a ver cómo reaccionaba antes de continuar.

-Creo que eso necesitará de explicaciones más profundas -dijo Hiver sin variar su gesto.

-Axelle había formado una alianza con la criatura a la que Earil derrotó una vez, La Bruja. Un Antiguo Oscuro, un Fomoriano. Llevaba en el vientre un niño que un día le permitiría tomar la senda del changeling. Su embarazo lo ocultó a todos La Bruja. Su nacimiento habría significado el Invierno para Neustria. Sabía que planeaba algo, que pretendía reencarnarse, pero no que Axelle la estaba ayudando. Lo averigué esa misma noche. Ya la buscaba por... otros motivos, pero sabiendo lo que pasaba, lo que podía pasar, no podía permitir que se escapase. Tenía que impedirlo.

-Me estáis dejando asombrada, Lady Marion -dijo Hiver-. No me imaginaba que ocurriera algo así en este Condado. Y menos aún, Axelle. Así que los hombres de Lugaid murieron intentando evitar el Invierno. ¿Y Axelle? ¿Intentaba realmente traer el Invierno?

-No lo sé. Sabía que la Bruja no planeaba nada bueno, de eso estoy segura. Y cuando Lugaid y sus hombres fueron a por ella estaba intentando huir del Condado. Sabía que intentaba atraparla, y en el mismo momento que lo supo trató de huir para proteger al niño del Invierno.

Marion desvió la mirada hacia el paisaje nocturno del parque.

-Sé que fui impulsiva e imprudente. Que he hecho mucho daño al Condado y a nuestra causa. Pero Axelle no podía escapar. La Bruja no podía renacer. Y si Axelle escapaba tal vez no pudiéramos encontrarla.

-Lo sé. Lo entiendo. El resultado ha sido mejor de lo que podría. Pero hay otros rumores, lady Marion. No quiero entrar en detalles ni ser indiscreta, pero... Vos y Lord Lothar...

-También fue cosa de Axelle -cortó-. Hizo un encantamiento. Pero no tenéis que preocuparos, yo... Lothar y yo estaremos bien. Confía en mi y acepta mis consejos.

Era pronto para creérselo ella misma, pero Hiver no tenía por qué saberlo.

-Bien. ¿Y qué me decís de lady Sarianne?

Agradeció el cambio de tema y recuperó el aplomo. No quería mencionar las burlas que sabía que se habían estado produciendo a su costa en la Corte de Flor de Piedra, pero sí podía darle algo a la Duquesa.

-Lady Sarianne... Me parece que puedo deciros por qué no le interesa vuestra oferta. Su lealtad está con una Corte más Oscura que la nuestra.

-Justo lo que yo pensaba. Una afiliación muy incómoda para mis planes, me temo. Pero dado que ya tengo vuestro sí definitivo, es momento de comenzar a limpiar el Condado de Sombríos... y de hacer nuevos Juramentos, ¿no os parece, Lady Marion?

-Lothar os Jurará lealtad. Está decidido. Y yo también; Juraremos juntos. Cuando Sarianne ya no sea un problema.

-Para eso necesito vuestra ayuda y la de Lothar, ya lo sabéis. Tengo alguna gente infiltrada en su corte, pero no será suficiente para arrancarle el Condado de las manos. Y entrar en guerra abierta sería fatal para nuestra empresa...

Se lo tomó como una advertencia. No hagas más estupideces, le decía Hiver. Bueno, Marion estaba de acuerdo.

-Las Cortes están totalmente divididas. Si una guerra abierta entra en los planes de alguien será difícil impedirla. Sarianne está expulsando o despojando de poder a todos los Luminosos de su Corte, salvo a Lord Quent. Y no sólo eso, el Condado está al borde de una revolución plebeya. Tengo una pista que me puede llevar a averiguar los planes de los plebeyos o los de Sarianne, no lo sé, pero es... tenue, por decirlo de alguna manera.

-Pues averiguadlo y salvad el Condado -dijo Hiver.

Marion asintió. No estaba muy segura de que el Condado pudiera ser salvado, pero a esas alturas era difícil ganarse más enemigos, hiciera lo que hiciese, así que más valía que se las apañara para perder alguno.

-Lo haré. Empezaré ahora mismo salvo que tengáis algo que decirme.