Asió la mano de Heléne, dejando ver más compasión de la que sentía en realidad. Estaba más preocupada por lo que le pudiera hacer Sir Bastien, si llegara a saber que trataba de demostrar que era culpable de la violación de Marjolaine.
-No te preocupes. Me encargaré de que reciba lo que se merece.
Esbozó una sonrisa breve y temblorosa, y miró a Ariadna.
-Te prometo que Bastien no sabrá que estás aquí, Heléne. Muchas gracias por haber hecho ese esfuerzo. Se hará justicia, tanto por ti como por Marjolaine -dijo mientras se levantaba-. No te molestamos más.
Miró a Marion y esperó a que se despidiese para salir del bar. La charla le había dejado una desagradable sensación alojada en el estómago y bastante miedo a la posibilidad de tener que encarar al bastardo de Bastien. Debían pararle cuanto antes.