Partida Rol por web

Danielle se acercó, tendiendole las manos a Heléne.

- Dime quien ha sido, Heléne. Necesito saberlo para poder protegerte...

Una firme determinación empezó a asentarse en el corazón de Danielle. Haría pagar al responsable de esto. No sabía como o cuando, pero le haría pagar. Aunque fuese lo último que hiciese.

-...Sir Bastien. Él ha... ha hecho cosas terribles conmigo.

La sátiro tomó las manos de Danielle y se echó a llorar.

Danielle la abrazó, consolandola como pudo, mientras fruncía el ceño. ¿Qué demonios ocurría en ese baronazgo? Necesitaba descubrirlo, pero todavía no tenía medios suficientes... y, de alguna manera, debía prevenir a Pollux. Le caía bien el nocker. ¿Cómo hacerlo sin traicionar la confidencia de Heléna? Y aún más... debía confirmar que Heléna estaba en lo cierto. Reunir pruebas. No dudaba que alguien se lo hubiese hecho pasar muy mal... pero cabía la posibilidad, aunque fuese pequeña, de que fuese otra persona y que estuviese intentando inculpar a Bastien.

- No te preocupes, Heléna, verás como todo saldrá bien. Lo primero que debemos hacer es encontrarte un sitio seguro donde puedas ser tú misma.

-No quiero que él sepa que he vuelto... -murmuró Helène atemorizada-. No puedo volver por eso. Si pudiérais... Quizá en Fuente de Ambrosía, pero no, no puede ser. Sir Morgan también es Oscuro, se lo dirá...

Danielle asintió, tratando de pensar.

- De momento, no perdáis de vista los lugares de reunión de los plebeyos. Deberían permitiros el no perder vuestra persona... mientras yo intentaré encontrar una corte donde podáis estar a salvo. Tengo un par de ideas pero... es necesario tantear primero.

Danielle suspiró, mirando a Heléna. No estaba segura de si era el momento, pero necesitaba saberlo.

- Heléna... tengo que hacerte un par de preguntas. Te ayudaré contestes lo que contestes, de eso no tengas duda, pero necesito saberlo... necesito saber que esta pasando.

-No quiero entrar en una corte. Puedo frecuentar un feudo, pero no quiero volver a eso. Lo entendéis, ¿verdad? Seré feliz si puedo ser yo misma, pero sin inmiscuirme en política. Todo empezó a ir realmente mal cuando Lady Marjolaine le arrebató el feudo a Bastien... -Heléne suspiró y miró a Danielle-. ¿Qué es lo que queréis saber?

Danielle asintió ante las palabras de Heléne.

- Lo comprendo y lo respeto. Pero, por favor, no te dejes morir, ¿de acuerdo? Empieza a contarme lo que ocurrió desde el principio, todo lo que se te ocurra. Necesito saber que esta pasando en Hoja de Hiedra... comprenderás que no es casualidad que, primero, a ti te encontrasen drogada en la corte del conde, después la canciller retase a Ibrahim y, finalmente, este acabase expulsado de la corte.

Estaba confiando demasiado en Heléne, aunque si quería que Heléne hablase, tenía que dar el primer paso. Después de todo, la gente no confía en ti si tu no confías en ellos.

-Aquello fue culpa mia. Sin Bastien me sentia mal... Lo hice, aunque no debia. Sir Marin me vio y se lo dijo al Conde. Los falle a todos, lo se. Yo... algun dia debo disculparme. Mis mentores me han dicho que es lo que debe hacerse, para sanar las heridas causadas.

Danielle asintió, esperando a que le diese más información. Tenía sentido lo que le estaba contando... y no le gustaba la imagen que empezaba a cobrar la situación. Tenían que investigar Hoja de Hiedra. Aunque todavía no tenía muy claro como conseguir hacerlo sin levantar sospechas ni causar un incidente.

- Cuentamelo todo desde el principio, por favor Heléne. Y, si lo deseas, deja de llamarme por el título... estamos fuera de la corte. No tienes porque mantener todas esas formalidades aquí.

Esperaba que, al menos, el relajar la etiqueta la ayudase a sentirse algo más segura. No era una gran esperanza, cierto es, pero, por lo menos, esperaba que sirviese de algo.

Helene suspiro, intranquila. Miro a izquierda y derecha y empezo a relatarle todo desde el principio. Le dijo que Lord Bastien la habia tomado como amante y que, poco a poco, habia pasado a amarlo. Deslumbrante y galante, el Gwydion podia ser encantador cuando queria. Pero llegado a un punto, comenzo a Saquearla.

-Odiaba que hiciera aquello, pero siempre se disculpaba. Me decia que lo necesitaba, que gobernar un feudo era muy duro.

Cuando Marjolaine se hizo con su feudo, Bastien se enfado muchisimo. Procuraba no pagarlo con ella, pero a veces...

-Nunca me pego ni me hizo daño fisico. Dijo que no era digno de un sidhe. Pero me Saqueaba, oh, si. Y me repetia que solo el podia ayudarme y protegerme de lo que paso con Sybelle.

Lord Ibrahim siempre habia sabido el trato que dispensaba su Canciller a la satiro, pero no lo habia impedido.

-Me dijo que me protegeria en lo posible, pero... no lo hizo.

Y entonces la llamo para servir a Ariadna. Bastien no estuvo nada contento, pero se cuido de mostrarlo. La satiro desempeño sus funciones lo mejor que pudo, pero acabo cayendo en su vicio.

-A nadie le parecio bien que Ibrahim enviase a su propia doncella a casa ajena, asi que me miraban mal. Sir Marin sobre todo. Y un dia no pude evitarlo. Tenia mono. Me meti en el castillo... y el me vio.

El resto era historia. Ella acabo en un centro de desintoxicacion a la que aun estaba ligada, dado que acudia a reuniones tres veces por semana. Para huir de Sir Bastien se refugio en el mundo mortal. Y hasta que Danielle habia llegado, no habia pensado en regresar.

Danielle suspiró ante la historia. No era algo que se esperase pero, desgraciadamente, no le extrañaba demasiado. Ahora tenía que tratar de solucionarlo. Al fin y al cabo, era portavoz por deseo propio... de hecho era portavoz para evitar esas injusticias.

- ¿Eras feliz? Es decir, viviendo únicamente por y para el mundo mortal. Y me refiero a autenticamente feliz. ¿Te sentías completa? ¿No sentías un vacío?

La sátiro negó con la cabeza.

-¿Pero qué otra cosa podía hacer? ¿Qué otra cosa puedo hacer?

- De momento... busca refugio en los feudos. De nada sirve que salgas de tu adicción a las drogas si el remedio es peor que la enfermedad, ¿no? Y, si tienes alguna duda, busca algún mortal que antes fuese uno de los nuestros y dime si deseas acabar así... Mientras tanto yo buscaré la manera de poder conseguirte seguridad. Lo importante es que Bastien no sepa donde estas... a mi me resultó relativamente sencillo encontrar este sitio. Puede que a sus hombres también.

Frunció el ceño pensativa.

- ¿Hay alguien en quien confíes lo suficiente?