-¡A veces desearía que no fuese así, Portavoz! En ocasiones me pregunto qué pasaría si dejase de tocar bien o desafinara mi voz. Pero entonces recuerdo mis pesadillas, en las que el Conde me hace torturar hasta arrancarme las notas buenas. ¡Brr! Espero que pronto podáis resolver este desaguisado, Danielle. Aunque lamentaré perderos... La verdad es que todos habéis sido muy amables aquí.
Danielle asintió a las palabras de Nadia.
Yo también lo espero, Nadia, yo también. Pero hasta entonces, os lo ruego, no hagáis ninguna locura.
Trás decir eso se levantó de su asiento.
Espero que podamos tener otro rato para conversar dentro de poco. A ver si, con un poco de suerte, podemos avanzar en desenmarañar la madeja.
Hizo una honda reverencia a la trovadora cogiendo su mano y llevándosela a los labios suavemente antes de dirigirse a la salida para seguir con las muchas cosas que tenía que hacer en su taller.