Partida Rol por web

Ni se molestó en decir nada. Sencillamente echó a correr tras engancharse la espada de Thaldein en cinto.

El grupo empieza a correr, intentando alejarse del peligro. De repente, una de las explosiones hace que la nieve tiemble bajo vosotros. Tanto Resmit como Bedelia se apartan a tiempo, pero Saga tropieza y, acto seguido, desaparece entre un alud de nieve, rodando por la ladera.

La nieve te arrastra durante lo que parece una eternidad, hasta llegar a la falda de la ladera. Al mirar arriba, distingues las figuras de los otros en la distancia, que se asoman para intentar localizarte. Subir parece peligroso, aunque la ladera no es demasiado empinada... Quizás podrías conseguirlo. Sin embargo, eso te llevaría cierto tiempo...

En la lejanía, las explosiones de nieve siguen rugiendo. Parece que Andrel todavía mantiene el cerco en el que ha encerrado a la criatura...

Os tomáis un instante para mirar por el barranco. Abajo, entre la nieve, se remueve la figura de Saga. No parece herida, pero a esta distancia no podríais decirlo. Bajar por la ladera no parece imposible, pero sí peligroso, a menos que le dediquéis tiempo y vayáis con cuidado. Otro estallido de nieve detrás de vosotros os recuerda que, quizás, no disponéis de ese tiempo.

-¡Joder!

Se giró hacia Resmit sin soltar a Ingur.

-Sigue, ve al pueblo, consigue ayuda para Thaldein y por lo que mas quieras, corre todo lo rápido que puedas.

Acto seguido, se lanzó al barranco de un salto.

Pocos segundos después de que Saga se despeñase por el barranco, Bedelia aterrizó cerca de ella con un sonido sordo, todavía con Ingur encima. Al parecer, había saltado tras ella, y al parecer la caída no le había herido.

Se acercó a la norne con ansiedad.

-¿¡Estás bien!?

Uff, faltó poco

El momento de alivio pasó cuando vi que Saga caía por la ladera.

¡Oh, mierda! no tenemos tiempo para esto.

Me asomo por la ladera para comprobar que Saga esté bien y cuando me giro a Bedelia ella ya tomado su decisión, asique asiento con la cabeza y concluyo antes de que se tire por la pendiente:

- Tened cuidado, daos prisa por que no tenemos mucho tiempo, ni él tampoco - señalo con la mirada a Ingur. Después me giro y sigo el camino a Sultünge.