Continuó mordiéndose unos segundos la yema del pulgar, incluso después de que Thorir y Drunfo hubieran terminado de hablar.
-Voy a ser sincera-Bedelia utilizaba un tono lento y calmado. No susurraba, pero evitaba levantar la voz incluso en las inflexiones de su discurso-Tenemos...motivos para pensar que hay parte de esa cosa en ti, Drunfo. Es complicado, y no lo entendemos ni sabemos por qué ha pasado, pero no creo que deba preocuparte. Si en todos estos años no ha ocurrido nada, eso no tiene por qué cambiar ahora.
Dejó que el silencio flotara unos instantes, dando tiempo al gigante para asimilar la información.
-Pero lo que me cuentas sólo empeora nuestra situación. Si eso dejó una huella en ti tal vez haya dejado una huella en Thaldein, y quizás sea así como se reproduce. Tal vez tu padre hiciera algo...algo que lo contuviera dentro de ti.
Miró a Thorir, y después a Drunfo.
-Pero insisto, no creo que debas preocuparte.
Drunfo estaba algo intrigado.
-¿A que te refieres? ¿Algo dentro de mi? ¿Por que creeis tal cosa?
Los ojos se clavaron el Bedelia.
¿A que cojones se refiere? ¿Acaso tú no eres una alucinación de mi cabeza?
-Tú lo que eres es retrasado. Y como les sigas contando cosas, quizás se les ocurre la feliz idea de sacrificarte para alejar a la criatura o algo por el estilo. Y entonces ni alucinación ni hostias.
Bedelia se rascó la nariz, buscando la mejor respuesta.
-Bueno, es Saga la que lo cree, pero he aprendido a confiar en ella. No está del todo segura del por qué, pero dice que hay algo de esa cosa en ti. Tampoco está segura de qué es exactamente lo que hay, pero no podemos pasarlo por alto.
Miró a Drunfo con seriedad.
-Sólo nosotros cuatro, además de Yngrid, lo sabemos. Pero si recuerdas algo que pueda darnos una pista sobre qué es esa bestia sería de gran utilidad.
-No se a que se referirá Saga, pero yo estoy perfectamente.
Drunfo se acarició las cicatrices que empezaban a surgir de las recientes heridas.
-En cuanto a la bestia, si recuerdo algo, os lo diré. Pero aquella bestia fue destruida por mi padre, de eso no hay duda. ¿Que le pasa a Thaldein?
Pues si no quieres que empiece a ignorarte vas a empezar a ayudarme. ¿Que eres y por que has aparecido ahora ante mí?
A Bedelia le sorprendió lo bien que había encajado Drunfo la noticia, pero casi no tuvo tiempo de pensar en ello, pues el comportamiento del gigante llamó su atención sobre sus heridas. ¿Cicatrices? ¿Con sólo un día de reposo?
-La bestia estuvo a punto de matarle, ahora lucha por su vida en el gran salón. Se encuentra grave, pero creo que sobrevivirá...Si es que no se transforma en una de esas cosas.
Echó una rápida mirada hacia la puerta.
-Es importante que de momento nadie sepa ésto, la histeria ya es demasiado grande como para aumentarla. Hablaré con Ashe, le diré que estáis dispuestos a colaborar. También buscaré tu espada, pero no se si esta noche o mañana, salir es demasiado peligroso.
Se giró hacia Thorir.
-Tus armas las debe tener el pueblo en algún sitio, puede que el gran salón. Intentaré localizarlas también por si las necesitas. No puedo hacer nada más por vosotros.
Sonrió a los norteños y se levantó.
-No creo que os haga falta, pero si necesitáis ayuda, gritad.
Esperó unos segundos antes de salir, por si alguno de los dos quería añadir algo.
-No estás en condiciones de hacer exigencias. Por suerte para ti, parece que la zorra no seguirá molestándote, así que no podrás cagarla más. Y yo que tú no ignoraría mis advertencias. Puede que sea el único aquí que desea que salgas vivo de esta.
-De acuerdo Bedelia- dijo Thorir asintiendo y mirando a la sureña.
-La verdad es que me gustaría salir contigo a buscar la espada, no me gustaría sentirme culpable si te pasase algo. Habla con quien tengas que hablar e intenta convencerle.
Sobre lo de las cicatrices, que diga el máster, pero teniendo en cuenta la burrada que tengo en regeneración y que en dos días estoy prácticamente curado, supongo que mis heridas están a medio camino de estar sacadas. Que diga el máster.
-Entonces te ignoraré hasta que colabores.
Con suerte desaparecerás de mi mente.
Te lo pongo separado, en plan lo que le dice a los susurros y lo que piensa. No se hasta que punto sabe lo que pienso o dejo de pensar
-Una última cosa Bedelia- dijo Thorir alzando algo la voz para reclamar la atención de la sureña, -¿Podría venir alguien a tratarme mis heridas?-
se me había olvidado jaja
Bedelia asintió a Drunfo y después se giró hacia Thorir.
-Intentaré que venga Saga, o tal vez la propia Ashe. Creo que son las únicas que pueden hacerlo, aunque el pueblo está bastante revolucionado, no puedo asegurarte nada.
Lanzó una mirada al hueco del techo, observando silenciosa la noche. No habían oído ningún grito, eso era bueno, pero todavía quedaba mucho para bajar la guardia. Y Thaldein...tenía que ir a verle urgentemente.
-Volveré en unas horas para contaros las novedades.
Sonrió una vez más y abandonó la habitación.