La intensidad del ataque aumenta, y por un momento crees que tu cabeza va a explotar. Aquel fuego no quema tu cuerpo, sino tu mente y pensamientos. Incluso entre toda aquella marea de dolor, te das cuenta del motivo: Baklar no desea matarte. Desea lobotomizarte, convertirte en un simple residuo, pero dejando intactas tu alma y tu cuerpo.
-Exacto -responde, como si pudiera leer tus pensamientos, y su voz resuena a tu alrededor con un extraño eco-. No me sirves de nada muerto. Absorberé tu voluntad... Y al final seré libre.
Distingues una nota de excitación en su voz. Como si llevara esperando ese momento toda su vida. O la tuya. Tus fuerzas te abandonan, y caes al suelo. Thuriz te ha olvidado...
-... Levántate.
Esa voz... Pero no, no puede ser. Es un recuerdo, un eco en tu memoria. Quizás es tu propia mente la que, rebelándose a doblegarse, invoca aquella ilusión. Pero aunque sepas que es mentira...
-Recuerda, hijo mío. Los Solvgilftanden volvemos victoriosos...
... Sus palabras arden igualmente en tu corazón.
-... O no volvemos.
Esto tenía pensado meterlo en el flashback, pero al final nos ha pillado el toro
Un manto infinito de rayos inunda el cielo. La silueta del mismo Thuriz se perfila entre las nubes y la ventisca desaparece, durante unos instantes, sometida ante el poder del dios. Su hacha desciende de entre las nubes, hasta golpearte en el pecho... Y entonces notas como la rabia, la fuerza, el poder, se desbordan en tu interior con una intensidad cien veces mayor que nunca.
Quizás todo ocurrió en tu mente. Quizás no fueron más que una serie de engaños que te contaste a ti mismo para desencadenar tu verdadero poder. Da igual: exaltado ante el torrente de electricidad que te rodea, desatas la furia sobre las llamas que emponzoñan tu mente.
Rodeado de rayos y con fuerzas restauradas, cabeceo las llamas con súbito y brusco cabezazo para hacerlas desaparecer. Miro lleno de ira a Baklar, apretando los dientes y mostrando las venas hinchadas de la sien, Una gota de sudor recorre el lateral de mi rostro mientras aún no sé que a pasado.
¿¡¡¡Y esa voz...!!!? Tengo la impresión de que no es la primera vez que la oigo. ¿Ha sido... Thuriz...? ¿Qué ha pasado estaba apunto de desfallecer?
Pero las preguntas ya no importaban, por fin tenía a Baklar ante mi, para vengar a los míos y recuperar la credibilidad de mi gente; por fin podría volver a casa con cabeza alta, mi periplo estaba por terminar. Con los ojos envueltos en chispas y blancos nuevamente mi cuerpo rebosa energía y me preparo para mi venganza.
-¿Pretendes adueñarte de mi cuerpo...? ¿Tú...? Maldito decrepito. - digo lleno de ira.
Mientras digo esto, echo la mano hacia atrás para cargar energía y cuando termino de hablar arrojo un rayo de energía hacia Baklar, seguido de un rugido que amedrantaría a un león.
Motivo: turno
Tirada: 1d100
Resultado: 81(+50)=131
Motivo: potencial
Tirada: 1d100
Resultado: 32(+60)=92
Motivo: proyeccion rayo
Tirada: 1d100
Resultado: 92(+80)=172
Motivo: proyeccion rayo (abierta)
Tirada: 1d100
Resultado: 52(+172)=224
Motivo: estilo
Tirada: 1d100
Resultado: 90(+10)=100
he tirado un poco de todo, si hace falta algo más ya tu sabe.
Habría que aplicar los pertinentes penalizadores de cansancio.
El rayo impacta de lleno a Baklar, que estalla en mil jirones de fuego oscuro, consumido por la energía del ataque. El vello de tu nuca se eriza. ¿Tan fácil? No puede ser...
-Lo tenía todo planeado -la masa oscura se solidifica detrás tuya, pero cuando te giras dispuesto a defenderte te das cuenta de que Baklar ya no parece una amenaza. De alguna manera, todo su poder parece haberse esfumado, y parece tan sorprendido como tú ante este hecho-. Herirte, hacer que perdieras los estribos. Tantos años... ¿Cómo he podido fallar?
Te dirige una mirada iracunda.
-Como he podido perder... ¡Ante un necio como tú!
Al ver como Baklar desaparece en la nube de humo me quedo extrañado.
Pero que...
-¿Planeado...? ¿Qué eres tú?¿Por que vas detrás de mi cuerpo?¿Por qué yo...?
Su grito de frustración retumba en todo el bosque. Derrotado, Baklar se lleva una mano al rostro. Sin embargo, unos segundos más tarde empieza a reírse. Primero despacio y bajo, luego más y más rápido hasta que acaba haciéndolo de forma casi histérica.
-Es gracioso, ¿sabes? -dice, mirándote con cara de loco-. Con todo lo que ha pasado... Y todavía no sabes ni siquiera lo que soy.
De repente, un escalofrío recorre tu espalda. Un mal presentimiento. Baklar empieza a andar a tu alrededor, mirándote con una sonrisa de desprecio.
-Después de tanto tiempo, y ni siquiera tienes una ligera idea. Es irónico: yo, que sé todo, que llevo planeando este momento durante tantos años... Y toda esa planificación no ha servido de nada ante tu voluntad, a pesar de que eres completamente ignorante a lo que está pasando.
Se oyen unos pasos. Alguien se acerca. Baklar, sin embargo, ignora por completo el ruido.
-¿Quieres saberlo, eh, Resmit? Quizás ha llegado la hora de contarte la verdad. Al fin y al cabo, no es como si fuera a tener otra oportunidad. Probablemente ninguno de los dos salga vivo de esta.
Se apoya sobre un tronco retorcido y te dirige una mirada condescendiente.
-Esta bien, no más secretos.
Por algún motivo, una parte de tu mente empieza a retorcerse, y empiezas a desear no haber preguntado.