- ¿¡Que te responda!? Sois unos delincuentes, unos renegados, antes incluso de llegar a Sultünge. Os hice preguntas y no me respondisteis. Me faltáis al respeto con vuestros aires de superioridad y pretendes que te responda. - Entonces miro como Thorir acaricia los pomos de sus espadas, lo que me provoca una risa sarcástica y vuelvo a mirar al gigante. - Veo que era él el que te chupaba la verga en la celda, has sido un buen sustituto de sus espadas. - mientras señalo con la cabeza a Thorir. - Que os den, no sois más que perros.
Doy un paso hacia atrás antes de darme la vuelta y echar un vistazo a la sala.
Tras ver marchar a Resmit, los nervios de Thorir se aliviaron en cierta manera, sus músculos se destensaron y son manos fueron relajándose. Se volvió hacia Drunfo y le miró a los ojos, -Gracias- dijo en un tono menor al que solía usar, casi como acomplejado, ya que en cierta manera se sentía avergonzado, acto seguido bajó la mirada y la apartó de los ojos de Drunfo, hacia el fuego, -Al menos sabemos que nuestras sospechas tienen cierto fundamento-
Drunfo no habia dejado de mirar el camino por el cual Resmit se habia largado.
-O que simplemente es idiota.
Una luz surcó sus ojos.
-O... puede que peor... Puede que no sea un idiota al fin y al cabo. Thorir, es solo una suposición, pero puede que este planenado usarnos como carnaza para la bestia. Debemos hablar con el jarl y discernir si en el plan que estan maquinando ha intervenido Resmit. Pero debemos ser sutiles, a él le tienen en estima, no como a nosotros.
Thorir se quedó callado durante unos segundos, pensando en las palabras de Drunfo.
-Puede que tengas razón- dijo mientras asentía levemente, -Además me gustaría hablar con Saga y Bedelia, según ha dado a entender no se llevan muy bien, quizás podríamos sacar algo por ahí-
-Bien-
A hablar con las mujeres, Guille