Partida Rol por web

La puerta se cierra tras vosotros. Afuera, el frío es una realidad, y no una amenaza lejana. La nieve os rodea, y el viento va cada vez a peor, aunque por ahora sigue siendo soportable. Todavía no ha empezado a anochecer, pero no deben de quedar muchas horas.

Afuera, algunos vecinos que todavía están terminando algunas de las tareas diarias os miran con curiosidad.

Drunfo se abriga con la piel de lobo y se dirige a Thorir.

-Ven, hagamos un refugio bajo la nieve, es la mejor opción que tenemos.

Thorir agarra su caballo y mientras ajusta los correajes de la silla de montar y del equipaje escucha a Drunfo que le dice que lo mejor es hacer un refugio, Thorir asiente y dice -​Sí es lo mejor que tenemos, yo tengo alimentos que nos bastarán para unos cuantos días, lo suficientes para llegar a la ciudad que hay cerca de aquí - ​Thorir saca el mapa y la señala enseñándosela a Drunfo. Thorir agarra el caballo y sigue a Drunfo hacia aquel infierno helado.

Thorir miró a Drunfo y le preguntó, - ¿Dónde queréis acampar?, yo diría de ir a un lugar a las afueras del pueblo desde donde podamos tener vigilado el pueblo, no me fio de ese Jarl - mientras hablaba Thorir examinaba el entorno en busca del lugar idóneo. Cuando terminó miró a Drunfo esperando su respuesta.

-¿Vigilar el pueblo? No se que clase de refugios haces tú para dormir al raso, pero yo siempre me he enterrado bajo la nieve haciendo un pequeño montículo, así se evitan bestias y mantienes la temperatura, pero vigilar lo que se dice vigilar no vigilas nada.

Drunfo estaba algo confundido, si Thorir había viajado tanto no es normal que no hiciese estos refugios.

Thorir notó como Drunfo le miraba confundido, - Ya se que suena raro Drunfo​, pero ese Jarl puede traicionarnos, y no estaría de más tener un ojo en nuestros enemigos -, Thorir calló y miró al cielo, -Pero con lo que va a caer esta noche no creo que vengan a buscarnos, está bien, haremos un agujero aquí, donde dormiremos, y allí, en aquel punto (*) haremos una hoguera y montaré una tienda, eso los despistará en caso de querer atacarnos, ¿Qué opinas? -, Thorir miró a Drunfo esperando respuesta. 

-Me parece buena idea de lo de montar el refugio falso, pongamonos a ello.

Thorir asintió y se puso a trabajar con Drunfo en la construcción de ambos refugios.

La tarde transcurre sin mayores incidentes. Aunque vuestra compañía está plagada de silencios incómodos, reforzados por la historia de sangre que parece unir a vuestros antecesores, los dos estáis acostumbrados a trabajar duro, y de forma eficiente. Puede que Thorir, de casa noble, esté algo menos habituado a las durezas de la espesura, pero el tiempo que lleva exiliado, aunque menor al de Drunfo, le ha vuelto astuto y polifacético, facetas que demuestra a la hora de adaptarse a su improvisado compañero. En cuanto a Drunfo, los años de destierro le han convertido en un verdadero superviviente, y la falta de riquezas ha agudizado su ingenio como una piedra de afilar entrena a un arma.

Resulta, por tanto, poco sorprendente que tardéis tan poco en completar los dos refugios, el falso y el que vais a utilizar, dándoles un aspecto creíble y elaborado. Sin embargo, la tarde ya está entrada cuando termináis, y ya está oscureciendo. A lo largo del día habéis podido observar, desde lejos, varias figuras que se movían entre las casas, algunos vecinos del pueblo y dos o tres de los viajeros que, al parecer, sí han recibido la hospitalidad del orgulloso jarl. Ahora, sin embargo, parece que ya no queda casi nadie en los alrededores, y probablemente la mayoría de los habitantes de Sultünge deben de estar ya en sus casas. Aún así, la luz del edificio principal, la casa de Einar, sigue encendida, e incluso desde esta distancia se distinguen sombras y movimientos que indican cierto ajetreo.

La tarea de ocultar el refugio en el que vais a dormir no resulta tan efectiva como la de construirlo, a decir verdad. Vuestra habilidad y destreza a la hora de luchar contra el invierno se pierde en lo que respecta a anticiparos a vuestros enemigos. Puede que los dos seáis fugitivos, pero también sois personas orgullosas: Pocas veces habéis tenido que ocultaros en la noche, acechando a otros infelices sin revelar vuestra posición. Acostumbrados a huir, el camuflaje y el subterfugio son terrenos incómodos y desconocidos en los que os movéis con torpeza, y los trucos y artimañas de aquellos que se mueven en la oscuridad quedan vedados para vosotros. Drunfo, en concreto, parece especialmente ignorante en dichas artes, y sus propuestas son rápidamente desestimadas por Thorir, que si bien no llega a demostrar un verdadero talento, al menos sí impone cierto sentido común, cubriendo la entrada del refugio con algunas ramas y disimulando un poco el montículo para que no se vea desde lejos.

A pesar de todo, el resultado no parece demasiado prometedor. Sin embargo, la oscuridad empieza a rodearos, y seguir trabajando a estas horas implica una dificultad adicional, así como una exposición innecesaria a ser vistos. Decidís montar la hoguera en el refugio falso, y dar buena cuenta de los alimentos. El frío ha empezado a volverse insoportable, y os espera una mala noche. Lo mejor es irse a dormir pronto y encomendarse a los dioses.

Mañana será otro día.