26 de Noviembre, año 990 D.C.
La vida ofrece muchas decepciones.
Mientras caminas en silencio bordeando un riachuelo medio congelado por la llegada del invierno, recuerdas la última en la larga lista que llevas a tus espaldas. Fue en la última aldea que visitaste, supeditada a un clan menor antiguamente aliado con tu viejo clan, Yormef. Aunque has de reconocer que el hecho de que no te echaran a palos o intentaran venderte a tus antiguos hermanos es una mejora, sus miradas escépticas y las palabras cínicas que te ofrecieron como respuesta a tu historia fueron casi más dolorosas. A estas alturas,, ya te has acostumbrado a que la gente te tache, injustamente, de mentiroso.
Y no puedes culparles. Al fin y al cabo... ¿Cuál sería tu reacción si un extraño de tierras lejanas llegara a tu hogar contando relatos sobre traiciones viperinas y derechos de mandato que ni te van ni te vienen? Solo queda una persona en el mundo que sepa la verdad sobre tu derecho a gobernar el clan Yormef, y esa persona eres tú. Los desconocidos tienen todo el derecho a mostrarse escépticos. Lo que no hace que su indiferencia sea menos dolorosa de encajar.
De repente, te detienes. El río va a desembocar a una pequeña laguna, también parcialmente congelada, de cuya orilla salen tres caminos distintos, en diferentes puntos del claro. La verdad, ni siquiera has pensado en el lugar al que te vas a dirigir ahora. Habiendo agotado todas las opciones que te quedaban para encontrar apoyos para tu causa en la cordillera de Miürenheim, el siguiente paso a dar resulta algo borroso y difícil de discernir. Te sientas sobre un tronco caído, junto a la laguna, para meditar sobre el asunto...
Game is on!
Aviso que tu prólogo va a ser algo cortito, que hay otros que ya están terminando, y tampoco es plan de tenerles esperando.
-Por todos los dioses, ¿Dónde voy?, veamos, he intentado todo con los clanes amigos y aliados, y no he conseguido nada. Es lógico, ¿Quién va a creer a un bastardo?, ¡¡MALDICIÓN!! - Thorir se levanta del tronco donde se había sentado y examina con la mirada el entorno, algo le dice que debe ir al norte, quizás allí le escuchen, - Tomaré el camino central -.
Dime mas o menos si es así como se interpreta, había pensado en narrarlo en primera persona, pero no se muy bien
Resignado, tiras de las riendas para guiar a tu caballo por el estrecho sendero, que pronto parece ensancharse de nuevo. Tras unos minutos, consideras que aquel camino resulta algo más practicable, y considerando que tu montura ya ha descansado lo suficiente, decides montar de nuevo para poder acortar un poco el camino. Tras unos minutos al trote, adviertes algo que te llama la atención a unos pocos metros del camino. Sintiendo que la curiosidad te invade, te asomas un poco para ojear, aunque sin llegar a internarte en la espesura.
Por lo que poco que puedes deducir a esta distancia, y teniendo en cuenta la vegetación que te tapa la vista, parecen ser los restos de una fogata. Quizás el campamento de algún viajero que se alejó del camino para buscar un refugio en el que pasar la noche... Puede que todavía haya alguien por allí, aunque ya han pasado unas cuantas horas desde que amaneció, así que lo más probable es que esté abandonado.
Tirada oculta
Motivo: Advertir rastro de ciervo (Rastrear)
Tirada: 1d100
Dificultad: 40+
Resultado: 19(+15)=34 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Advertir campamento (Advertir)
Tirada: 1d100
Dificultad: 40+
Resultado: 80(+20)=100 (Exito)
Así está perfecto, pero como tú te sientas más cómodo.
Por aclarar: El campamento (o lo que parece un campamento) está algo apartado del camino, a cierta distancia. Si quieres ir a echar un vistazo deberías bajar del caballo, porque no tienes puntuación en la habilidad de montar y guiar al caballo entre la espesura no es tarea fácil.
- Vaya, parece que no soy el único que anda por estos lares, echaré un vistazo -, me bajo del caballo, lo ato a un árbol y me acerco a lo que parece un campamento. A medida que me voy acercando echo mano a las empuñaduras de mis espadas e intento estar atento a lo que me rodea.
El campamento, pues efectivamente es un campamento, parece completamente abandonado. Extrañamente, algunos de los objetos de los que anoche estuvieran allí se encuentran esparcidos por el suelo, como si hubieran tenido que dejar el lugar a toda prisa, sin darles tiempo a recoger. Junto a los restos de la fogata hay una cacerola con restos de comida, así como un par de cantimploras vacías. A un lado del campamento, apoyada junto a un tronco, parece haber una bolsa de viaje tirada, y en el suelo, frente a un tronco caído, hay un cuaderno y un par de papeles. Por último, hay un par de mantas revueltas y sucias, tiradas por el suelo en el lado opuesto al de la cacerola.
Te aseguras de que no hay nadie allí. Qué extraño... ¿Por qué dejar atrás tantos cachivaches? No es que ninguna de las cosas que hay allí sea especialmente difícil de conseguir en cualquier aldea, pero dejarlo allí tirado en medio del bosque parece un desperdicio...
Tirada oculta
Motivo: Inteligencia
Tirada: 1d10
Dificultad: 10+
Resultado: 7(+6)=13 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d10
Resultado: 3(+15)=18
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d100
Resultado: 79(+15)=94
Echo un vistazo a la bolsa de viaje, al cuaderno y a los papeles. También miro el suelo en busca de huellas sospechosas, ya sean huellas de caballos, de animales salvajes o simplemente hombres.
En la bolsa de viaje hay varios objetos pequeños, entre los que se encuentran una muda de ropa, un pedernal metálico, un poco de yesca, algo de cuerda en mal estado, un par de raciones de viaje envueltas en trozos de tela y una figurita de madera, probablemente un juguete para niños, tallado en forma de oso.
En el cuaderno hay varias inscripciones en latín, y está escrito casi hasta casi la mitad. Aunque chapurreas un poco de latín gracias a la educación que te dio tu padre, y quizás podrías defenderte un poco en una conversación con un extranjero, el lenguaje escrito te resulta algo más complicado. Sabes reconocerlo, por eso has podido identificarlo, pero de ahí a saber lo que pone hay un trecho. Para colmo de males, la letra del propietario del cuaderno es un poco mala. Quizás luego podrías dedicar algunas horas a intentar entender lo que puedas, pero por lo poco que puedes deducir, parece un simple diario de viaje.
Los papeles dos papeles son dos mapas, entiendes que de la región en la que estás. Uno de ellos está roto por una esquina, y en mal estado, aunque el otro se conserva más o menos bien. Aunque no son muy descriptivos, puedes ver que los principales caminos están marcados, y si consigues ubicarte te ayudarían mucho a la hora de orientarte.
No parece haber huellas ni signos extraños en el campamento, más allá de algo de tierra removida que puede achacarse fácilmente a que, como es obvio, hubo allí alguien antes.
Tirada oculta
Motivo: Rastrear Thorir
Tirada: 1d100
Dificultad: 40+
Resultado: 18(+15)=33 (Fracaso)
Examino los mapas y si veo alguna ciudad cercana intento dirigirme hacia ella. Recojo lo que me puede ser útil, y por supuesto me llevo el cuaderno y los mapas.
PD: Tanta tirada oculta me ralla un poco jajaja
Tardas un poco en orientarte, pero tomando como referencia dos picos cercanos acabas por deducir que debes estar por la zona inferior de uno de los dos mapas, el que está en buen estado. Si estás en lo correcto, la población más cercana es un pequeño pueblo llamado Sultünge, que no debería estar a más de un día de camino, quizás incluso menos. Hay otra población algo más lejos, a dos días de camino, algo más grande, llamada Lagerat.
El mapa muestra un par de asentamientos más, a mayor distancia aún. Cerca de Sultünge hay un camino hacia el noroeste, que parece acabar fuera del bosque, posiblemente en dirección a la ciudad de Hermagor.
Haces bien en rallarte
¿Qué te llevas? Avísame y apúntatelo en la ficha del personaje (para abrirla pincha en el avatar de tu pj)
- Bien, probaré suerte en Sultünge, empezaré por una pequeña localidad, cambiaré mi estrategia, me he dado cuenta que si un forastero llega, envuelto en una capa llena de barro y calada, con las botas sin limpiar en días y sin haberme lavado desde que escapé de mi hermano y diciendo que es el legítimo heredero del clan Yormef nadie le va a creer, así que primero debería ganar algo de dinero, hacer algún trabajo para la gente y así ganarme la confianza de los pueblos por los voy pasando. Así llegará el día en que tenga dinero y halla limpiado mi honor con respecto a la gente, quizás así haya alguien que me escuche - me monto en el caballo y pongo rumbo a Sultünge.
Me llevo la muda de ropa, el pedernal metálico, las raciones de comida, la yesca, la figurita del oso, el cuaderno y los mapas.
Unos minutos después de retomar el camino, tu caballo empieza a ponerse nervioso. Decides bajar e intentar calmarlo, no sin dejar de mirar alrededor para ver el por qué de dicho cambio. Sin embargo, no ves nada extraño en el camino. El caballo relincha, y empieza a revolverse, aunque tu pulso firme a la hora de sujetar las riendas consigue mantenerle a tu lado.
¿Qué ocurre?
Motivo: Mantenerse en el caballo (Montar)
Tirada: 1d100
Dificultad: 20+
Resultado: 84(-20)=64 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Advertir Thorir
Tirada: 1d100
Dificultad: 40+
Resultado: 5(+20)=25 (Fracaso)
Desmonto del caballo y sujeto la rienda con una mano, -¿¡¡Quien anda por ahí!!?.
Y desenvaino una espada.
Me pongo en defensa total.
Entonces el caballo se encabrita, y te tira al suelo. Cuando te levantas, ves que ha salido galopando por donde habéis venido, aterrado. Al girarte ves, a unos diez metros, la causa de su miedo.
Un lobo, en el centro del camino. Te mira, en silencio.
Motivo: Mantener al caballo tranquilo
Tirada: 1d100
Dificultad: 80+
Resultado: 30(-20)=10 (Fracaso)
Motivo: Proezas de Fuerza
Tirada: 1d100
Resultado: 72(+25)=97
Motivo: Fuerza Thorir
Tirada: 1d10
Resultado: 3(+7)=10
Motivo: Fuerza Caballo
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+10)=19
Me lanzo a por el lobo con las dos espadas.
Motivo: Turno
Tirada: 1d100
Resultado: 39(+25)=64
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Resultado: 98(+90)=188
Turno: 20 +5 (espadas), Ataque: 85 +5 (espadas)
Director:
Motivo: Abierta en ataque
Tirada: 1d100
Resultado: 97(+188)=285
Lobo y hombre, hombro y lobo. Ojos que se miran, un mudo desafío. Quizás aquella bestia ni siquiera tenía intención de atacarte. Quizás pasaba por allí, al igual que tú. Pero ya es tarde.
Dos depredadores se han encontrado, conjugándose en un simple momento. Fauces, filo y sangre hirviendo se combinan para iniciar una danza de muerte en la que dos almas entran y solo una sale. Una vez claváis vuestra mirada el uno en el otro, algo se conecta entre los dos, como un eco del pasado que quisiera resonar con vuestra esencia. Y entonces lo sabéis:
Ya no hay marcha atrás.
Tomas aire.
El combate es inevitable, pues vuestra propia naturaleza os impulsa hacia él. No podéis dar marcha atrás, pues habéis nacido para este momento, para este lugar. Hay algo cósmico, casi divino, en ese intercambio de miradas. Los dientes que se apretan, la rabia contenida al reconocer a un igual. El respeto hacia el oponente es solo equivalente al ansia por acabar con su vida, por convertirle en un recuerdo.
Bestia y hombre, hombre y bestia. La fuerza de la naturaleza contra el poder del hombre, la astucia contra el instinto, la voluntad y la rabia. Vuestros espíritus danzan en círculos, entrelazándose en un baile eterno, que ha existido desde el amanecer de Gaïa, que existirá hasta su ocaso.
Solo aquel que se convierta en el lobo podrá vencer al lobo.
Todo esto ocurre, en un instante, apenas un segundo, en el que el tiempo parece detenerse, y solo estáis los dos. Como una fórmula de respeto, un saludo marcial antes de iniciar el duelo. Si luego te preguntaran, no sabrías describir lo que sentiste, pues la percepción de lo infinito se redujo a ese momento, y luego desapareció. Dejaste de ser un avatar, y volviste a ser, simplemente, Thorir.
Entonces empiezas a correr.
La criatura gruñe, enseña los dientes, pero tú no te echas atrás. Tus manos, guiadas por quién sabe qué fuerza oculta, trazan un arco para colocar las espadas a los costados de tu cuerpo. Las orejas de la bestia pegan a su nuca, su cuerpo se arquea, dispuesta a saltar. No hay escapatoria para ella, como tampoco la hay para ti. Os acorraláis mutuamente, tocando una sinfonía de la que solo uno puede salir vivo.
Entonces sus músculos se activan, y salta. Le encuentras en el aire, mientras el tiempo transcurre a tu alrededor diez veces más lento de lo normal. Kaldtneve asciende a los cielos, encajándose en la boca de la bestia, justo cuando sus mandíbulas están a punto de cerrarse sobre tu rostro. Notas su aliento en la cara, el aliento de la muerte. Os quedáis congelados en el aire, como dos estatuas, mientras notas la vibración de su fuerza, su energía, el impulso de su cuerpo, contra tu brazo tenso, que le mantiene a raya contrayéndose ante la sacudida.
Entonces Kalthensyns toma vida, y en un revuelo se alza, levantando cientos de copos de nieve. El blanco se junta con el rojo, y la espada atraviesa a la criatura de lado a lado. Sus ojos se encuentran con los tuyos, sorprendidos y resignados. Eres el ganador, el depredador más fuerte, el hijo predilecto del destino. Él debe ceder el paso, volver a la tierra de la que vino. Siempre tuvo que ser así, no podría haber ocurrido de otra forma, aunque ninguno de los dos lo supierais.
Mientras una ráfaga de viento dispersa la nieve y la sangre, el cuerpo del lobo se relaja, su figura se destensa. El hálito de la vida desaparece de su cuerpo, y al salir tu espada cae, muerto, sobre el frío manto blanco que cubre el suelo.
Entonces, como si quisiera hacer un alto en aquella guerra, el sol decide conceder una tregua y asomarse por primera vez en el día, entre las nubes. Sus rayos te iluminan, y por un instante pareciera que el astro ha apartado las nubes solo para poder contemplar el resultado de aquella batalla épica, que quedará relegada al olvido. Los únicos testigos de tu victoria son el sol y la nieve.
Tu silueta su recorta contra el horizonte, y tu sombra se extiende sobre el cadáver de la criatura, aún bella y majestuosa incluso después de su muerte. Apenas han pasado unos segundos desde que todo empezó.
Expiras.
La batalla ha acabado.
Motivo: Turno lobo
Tirada: 1d100
Resultado: 22(+60)=82
Motivo: Ataque lobo
Tirada: 1d100
Resultado: 59(+60)=119
Motivo: Parada Thorir
Tirada: 1d100
Dificultad: 119+
Resultado: 30(+90)=120 (Exito)
Motivo: Esquiva Lobo
Tirada: 1d100
Dificultad: 285+
Resultado: 13(+50)=63 (Fracaso)
Motivo: Criticazo
Tirada: 1d100
Resultado: 74(+130)=204
Motivo: RF Lobo
Tirada: 1d100
Dificultad: 204+
Resultado: 27(+30)=57 (Fracaso)
Motivo: Estilo Thorir
Tirada: 1d100
Resultado: 90(+20)=110
Motivo: Estilo Thorir (Abierta)
Tirada: 1d100
Resultado: 25(+110)=135
Te lo paso todo al mismo post que si no se llena
NO TE CREES NI TÚ el criticazo que acabas de sacar, chaval
Aleh, narra lo que te dé la gana, que con esa tirada y el estilo que te ha salido, te dejo vía libre. Ya me he tomado yo la libertad de fliparme un poco.
Me quedo mirando a la bestia que acabo de matar, allí tendida en la nieve que empieza a cubrirse de rojo y a relucir con los primeros rayos de sol, allí está, tendida, luchó con todo lo que tenía, pero perdió. Los Dioses me conceden otro día. Envaino las espadas y busco mi caballo.
ufffff, pedazo de narración jajaja, súper épica ehh.
De nuevo en tu montura, continúas tu camino en silencio, reflexionando sobre lo ocurrido. Un simple encuentro, azar del destino. ¿O quizás no? Aquella criatura pasaba por allí, simplemente, es la explicación más sencilla. Aunque a veces los dioses mandan mensajes crípticos que no llegamos a entender. Les gusta comunicarse así.
Un lobo, como aquel que mataste años atrás con tus propias manos. Tocando la piel sobre tus hombros, no puedes evitar imaginar que, solo quizás, aquel encuentro no es fortuito. Puede que todo tenga un significado, y algo tan simple como cruzarse con una bestia pueda encerrar el futuro, el pasado, o el presente. El destino se construye con nuestras acciones, por muy insignificantes que sean, y el más mínimo cambio puede suponer un efecto en cadena con consecuencias insospechadas.
Solo dura un momento. Luego te encoges de hombros y sigues tu camino. Al fin y al cabo, es solo un lobo.
Te cierro el prólogo en un par de días, te lo dejo abierto por ahora por si quieres cerrar con algún mensaje o algo. Ha sido cortito, pero ya estáis todos más o menos listos, y toca empezar la primera partida.
Vastos páramos nevados en el horizonte, frío y silencio, sólo se escucha la respiración de mi caballo y el gemir de algún árbol, quizás penando por sus años en aquel lugar. Me arrebujo en mi capa y en la piel de lobo que llevo sobre mis hombros, el frío penetra hasta los huesos como el cuchillo más afilado. Recuerdo el tiempo en el que no sentía el frío, era un tiempo feliz, cuando campaba a mis anchas por mis tierras, cuando era Thorir, ahora sólo soy un maldito bastardo, desterrado de mi Clan y de cualquier tipo de honor, ahora sólo soy un jinete que vaga por los Yermos Gélidos en busca de un futuro incierto. Cuando llevaba cierto tiempo cabalgando y pensando, vi algo que me llamó la atención, quizás fue por culpa del frío y del cansancio acumulado pero vi una sombra que se escondía tras un árbol, me bajé del caballo y fui hacia aquel lugar, penetré varias hileras de árboles hasta que llegué a un pequeño claro y allí estaba, la sombra que había visto antes, arrodillada ante un árbol central, un árbol que parecía tener un aura misteriosa, pero a la vez cálida, la figura de aquella sombra se me hacía familiar, conocía aquella espalda, recia y fuerte, era mi difunto padre. Me acerqué hacia él y sentía como mi corazón latía más fuerte a medida que me acercaba, cuando estuve a su altura el espíritu de mi padre se alzó poniéndose a mi altura y me dijo - Resiste Thorir, sólo tu puedes vences -, entonces sentí como un calor inundaba mi cuerpo, un agradable calor que reconfortaba tanto el alma como el corazón. De repente desperté, seguía sobre mi caballo, me había dormido encima de mi caballo, pensé que todo aquello había sido un simple sueño, pero noté que no tenía el frío de antes, ahora estaba bien, me sentía bien. Miré hacia el horizonte y dije, - Allá voy, vencer o morir -.
Puede ser el final del prólogo, así que cuando quieras empezamos la partida en serio jaja