Puso la mano sobre la suya brevemente; un gesto cordial, y sonrió de vuelta. Quería creerlo y quizá incluso fuese verdad y tan sencillo. Quizá era cosa de los guerreros, que parecían tener facilidad pasmosa para dejar ciertas querellas y batallas atrás mientras a ella se la comía el remordimiento de noches pasadas.
-Será como dices. Dejarlo atrás y ya. En cualquier caso, me alegro haber hablado contigo. No sé si hay algo más que quieres preguntar, aunque de Drunfo poco más te puedo decir.
Apartando la mano del hombro de Saga negó con la cabeza, -No, eso era todo- terminó con una sonrisa, y arrebujándose en su capa inclinó la cabeza hacia la sala común, -Quizás deberíamos volver-
Asintió y, tras recordarle que pensara sobre la proposición de acompañarla, accedió a caminar de vuelta al refugio del hogar.