Cuando el hombre que se ha llevado a Eskol regresa, Thaldein se aclara la garganta y habla con tono grave.
-Estamos todos muy cansados. Ha sido una noche difícil, y esta mañana ha resultado muy larga. Hemos tomado una decisión respecto al liderazgo. Hemos debatido sobre la bestia que nos asola, y hemos intentado encontrar una solución al problema de la escasez de comida. También hemos escuchado la historia de las forasteras. Con todo esto en mente, creo que llegar a un consenso va a ser complicado.
Toma aire y luego mira al hombre más anciano.
-Hjalmar, propongo una votación.
Ha sido una semana dura, pero no puedo prometer que la próxima vaya a ser mejor (al final empiezo a trabajar mañana, por lo que intuyo que los inicios van a ser revoltosos hasta que me adapte, y todavía no tenemos casita). Pero bueno, a ver si al menos puedo mantener un buen ritmo de posts cortitos.
El hombre ni siquiera levanta la mirada, pero asiente de forma casi imperceptible.
-Coincido. La duración de este thing entra dentro de lo esperado, pero no es algo habitual. Habla.
El cazador alza la voz para dirigirse al resto del círculo.
-Eskol ha depositado su confianza en mí, y así lo habéis hecho muchos de vosotros. Ahora yo os pido que me concedáis unas horas para meditar sobre los asuntos que nos conciernen. Esta tarde, antes del mediodía, nos reuniremos en la casa de Einar, y os comunicaré mis decisiones.
-Que te jodan, Thaldein.
La gente se gira hacia Godwin, que da un paso adelante.
-No eres el jarl, no te lo creas. Mi voz vale tanto como la tuya. Si estamos aquí es justamente para tomar una decisión entre todos, no para aceptar lo que tu digas.
-Os aseguro -Dice Thaldein, con seriedad-, que tendré en cuenta todo lo que se ha dicho aquí esta mañana. Pero esta discusión no nos lleva a ningún lugar, y a nadie se le ha ocurrido una idea brillante que nos ilumine a todos. Estamos perdiendo el tiempo. Creédme, soy el que menos desea tener una responsabilidad así de grande. Pero tenemos que ser realistas.
-No olvidéis que el propio Eskol ha delegado en Thaldein. El hecho de dejarle decidir es una decisión en sí misma, pero no necesariamente una mala. Votemos, si así lo deseáis.
-¿Votar si seguimos hablando? No seas ridículo, Lamont.
Varias personas empiezan a hablar a la vez, y la discusión se reaviva. Entonces, una voz firme irrumpe en el lugar y silencia a las demás.
-¡Por Mannaz, miraos! Parecéis chiquillos, discutiendo por la menor minucia.
Ashe da un paso al frente, y se dirige a Godwin.
-Tú. Entiendo que estés enfadado con el mundo, pero si vas a intervenir mejor que sea para decir algo constructivo. Y tú -Se gira para mirar a Lamont-, por favor, vuelve a poner los pies en la tierra. El thing es algo serio, no podemos estar votando cada dos por tres.
Por último, mira a Thaldein y se cruza de brazos. Esta vez, mira al cazador durante unos segundos, midiendo sus palabras con cuidado.
-Creo -Dice, poniendo énfasis en la primera palabra-, que eres un hombre sincero, Thaldein. Y estoy segura de que tu propuesta se debe a una preocupación genuina por solucionar todo este embrollo de la mejor forma posible. Pero estos -Extiende sus brazos, abarcando al resto del círculo-, son tus amigos, tus vecinos, tus hermanos. Tienen derecho a decidir sobre su destino, y más cuando hay tanto en juego. No puedes esperar que te sigan, que acepten... Que aceptemos tus decisiones con fe ciega. No es justo.
Thaldein baja la mirada, con expresión sombría. Ashe suspira.
-Hjalmar... ¿Alguna vez se ha interrumpido el thing?
Hjalmar medita su respuesta.
-... No. El thing es no es solo una manera de decidir, es un ritual sagrado. Empieza cuando empieza, y acaba cuando acaba. Realizar una pausa a mitad sería algo... Inusual.
Ashe asiente.
-Bien, porque esto es una situación inusual.
Luego se dirige al resto del pueblo.
-Thaldein tiene razón. Estamos cansados, y necesitamos tener las mentes despejadas para resolver este asunto. Reanudaremos el thing al mediodía, aquí mismo. Entonces, Thaldein, podrás proponer tus soluciones. Serán sometidas a votación. Y a todos aquellos que se opongan a ellas -Se gira hacia Godwin-, os aconsejo que tengáis alguna alternativa que aportar. Cada hora que pasa estamos más cerca del olvido, y el invierno no va a darnos ninguna tregua.
De alguna manera, nadie se atreve a contradecir a Ashe. Como si su autoridad fuera la del propio Einar, todos aceptan sus palabras como un hecho, y tras unos segundos las familias empiezan a dispersarse. El thing ha llegado a un punto muerto.
Tras unos segundos, la voz de Thaldein se alza sobre los murmullos, empezando a dar órdenes al resto de los allí presentes.
-Rorar, Fredrick, escoltad a las forasteras hasta la casa de Ein... Eskol. Ashe...
-Sí.
No hace falta que Thaldein termine la frase siquiera. La mujer se acerca a Saga y Bedelia, y con un gesto amable aunque algo frío les pide que la sigan. Fredrick y Rorar hacen lo propio.
-Sigbjörn... Ve a por los Yormef. Lamont, Godwin, acompañadle. Aseguraos de que llegan aquí ilesos... Pero no os confiéis. No sabemos de qué son capaces. Ni tampoco Yngrid. Resmit -Mira al guerrero, que había estado todo el rato a no mucha distancia de él en el thing-, acompáñales por si acaso.
Amos a ver, a esta escena le queda poco ya. A partir de ahora toca lo que haga cada uno, hasta algo después del mediodía que se reanuda el thing. Poned que es dentro de tres o cuatro horas. Por si queréis ir poniéndome en privado (o en público, si no son cosas chungo-nazis) lo que vais a hacer y tal. A menos, claro, que ahora salte alguien con un "¡PROTESTO!" y de repente la escena se alargue, que no sería la primera vez.
Godwin pretende tener la boca casi tan grande como Rorar y por lo que parece es un aférrimo seguidor de Eskol. Puede causar problemas, además que parece culpara Thaldein de algo. ¿Será por la desaparición de su mujer? ¿Estaría thaldein liado con ella...?
La figura de Ashe es autoritaria y firme, me sorprende que no la propusieran para ser jarl ya que parecen que todos la respetan.
Un poco de descanso no me vendría mal, la verdad, una noche estera sin dormir acabará pasando factura a lo largo del día. Se ilumina mi cara decaída y con pequeñas ojeras cuando esta idea surge en el circulo, aunque sea algo "inusual" y una sonrisa se dibuja en mi rostro.
No obstante, cuando Thaldein me mira y me envía a acompañar a Sigbjörn y a los otros dos mi gesto se desvanece.
No tengo ninguna gana de ir con lo Yormef, pero si con eso ayudo a Thaldein y consigo que los juzguen no me quedará otro remedio.
Asiento mirando a mi compañero con cara seria, no me importa que sepa que no quero ir, él sabe perfectamente la noche que hemos pasado, pero iré igualmente. Pero antes de partir quiero hablar con él para que no tome una decisión precipitada. Asique antes de reunirme con los otros hombres lo agarro por el hombro y le digo:
- Iré, pero antes quiero tener unas palabras contigo. - y lo alejo lo suficiente como para que el resto no nos oigan.
- Antes de que tomes una decisión tengo que decirte dos cosas, tengo algo de comida, la compartiré con vosotros no tengo ningún problema, pero el otro tema es más serio. Ayer, cuando Halki se fue y Renmo lo asaltó, oí parte de su conversación y escuche las palabras "amenazas", "esta noche" y "Eskol". No quiero acusar a nadie, pero aún no sabemos quien inició el fuego. Es posible que Renmo trasmitiera la orden de Einar, pero sino, y solo si los Yormef no fueron; yo consideraría a Eskol como un posible culpable viendo la ambición que demuestra por el puesto de jarl. No quiero que pienses que intento mal meter en contra de Eskol, solo te lo digo por que te aprecio y quiero que estés advertido de todo cuando tomes una decisión, ya que la posibilidad está ahí. Ten cuidado amigo, por que puede que Einar no muriera por casualidad.
Saga permaneció en su sitio observando la querella sin añadir nada. No era su guerra; la suya quedaba bien lejos de aquel lugar, aunque siempre le quedasen las ganas en la punta de la lengua de decir algo más. Supo contenerse, por suerte, mirando de tanto en cuando a Bedelia como si quisiese averiguar sus pensamientos.
Cuando el asunto quedó zanjado, recogió sus pertenencias y avanzó hacia sus guardianes con buena disposición. En el fondo tenía ganas de quedar a resguardo, quizá incluso poder dormir un par de horas. Era más de lo que se habían podido permitir hasta entonces. No descartaba del todo reclamar audiencia con Thaldein, tal vez más tarde. Por ahora su mente seguía fija en el nuevo jarl.
Reitero mi petición de ver a Eskol. That's all for now.
Bedelia exhaló el aire con lentitud cuando el thing se tomó un receso, y fue entonces cuando se dio cuenta de que su respiración había sido irregular y superflua. Aquello era bueno para las mujeres, les dejaba tiempo para pensar, a ellas y al pueblo.
Miró a Saga, todavía sin abandonar la seriedad de su cara. Habían oído lo mismo y llegadas a ese punto verbalizar lo obvio se volvía totalmente innecesario. Rompió su gesto únicamente para dedicar a la hedense una sonrisa cansada, pero que dejaba entrever el positivismo innato de Bedelia, una pátina de esperanza que siempre acompañaba a la mujer.
Ashe se acercó hasta ellas y les "invitó" a seguirla, pero la sureña no lo hizo inmediatamente. Evitando brusquedades para que nadie la malinterpretase, se acercó hasta Restmit y le miró con seriedad.
-Necesito hablar contigo, si es que quieres atenderme-Su tono de voz acompañaba el gesto-Ya sabes donde estaré.
Antes de terminar se giró hacia Thaldein.
-Una vez más, gracias por atendernos.
Dando la conversación por concluida se acercó hasta Ashe y asintió, dispuesta a dejarse escoltar.
La cara de Thaldein pasa por varios estados mientras oye tu exposición. Primero, gratitud, al oír lo de la comida. Luego sorpresa, al escuchar tus sospechas. La sorpresa se convierte en incredulidad, luego en negación, y por último en cansancio.
-No saquemos conclusiones precipitadas. Lo que insinúas es peligroso, y conozco a Eskol desde hace muchos años... Dudo que sea capaz de algo así.
Pese a sus palabras, una sombra de duda en sus ojos te hace suponer que has plantado la semilla de la desconfianza en su cabeza. Suspira.
-Escucha, luego hablaremos. Ahora, ve. Si te he pedido que vayas a escoltar a los Yormef es por dos cosas: La primera, que eres un guerrero temerario, como he tenido la oportunidad de comprobar, y tus poderes pueden servir de ayuda contra esas dos bestias. La segunda, y más importante, para asegurarte de que nadie decide tomarse la justicia por su mano. Las cosas están caldeadas, como has visto. No me gustaría que, después de todo lo que hemos hablado, se complicaran aún más con la muerte de esos dos. Sigbjörn es de fiar, y Lamont es lo suficientemente honrado como para entender que hará lo correcto aunque no esté de acuerdo. Pero Godwin es inestable, así que no le quites ojo de encima, ¿entendido? No tiene por qué pasar nada, pero... Bueno, ya sabes. Mejor asegurarnos.
Me había arriesgado bastante al exponer mis sospechas ante Thaldein, mi intención no era que dudara de los suyos, pero considero que debe estar advertido de los riesgos y que antes de que tome una decisión considere todas las posibilidades. Sin embargo, visto la confianza que demuestra en mi mandándome a dicha misión, no le defraudaré. Haré que los Yormef vuelvan enteros.
- Haré lo que me pides, sabes que yo tampoco me llevo bien con los Yormef, pero evitare que los maten hasta que se celebre el juicio. Pero si me permites un último consejo, hazte respetar, ahora estás al mando, que ningún Godwin ni Rorar crea que ahora sois iguales, por que aunque no lo hallas pedido, eres tú quien toma las decisiones. - sonrío - Fijate en Ashe, todos la respetan y es una mujer de armas tomar.
Cuando acabe voy a reunirme con los otros hombres para ir a por lo Yormef, o si me da tiempo me paso a hablar con bedelia.
La gente se dispersa. Resmit y los otros tres se dirigen en dirección a la cabaña de Yngrid. Bedelia y Saga son escoltadas hasta su cautiverio.
Cierro escena