A mi querido Frederick.
Mi padre solía recordarme algo cuando creía que lo necesitaba. "Hija", me decía, "me encantan los animales. Pero de entre ellos temo a las gallinas, pues son animales fieros y despiadados. Sin embargo los leones me transmiten tranquilidad, se que con ellos estaré seguro".
La primera vez que lo hizo esperó mi reacción, y recuerdo vagamente que me enfadé. Creía que me tomaba el pelo, que por ser pequeña se reía de mi. Pero, como muchas otras veces, estaba equivocada. Me acarició el pelo y se sentó a mi lado. Bajando la voz, como si me estuviera contando un secreto, se explicó.
"Bedelia, crees que soy una persona, pero en realidad soy un pequeño gusano. Las gallinas me perseguirán y comerán, porque soy su alimento, pero los leones me dejarán tranquilo. Las gallinas me aterran, pero cerca de un león no las habrá, podré sentirme protegido".
No lo entendí, al menos no tan bien como lo entiendo ahora, pero siempre estaré agradecida a mi padre por esa lección. Me enseñó lo que es la perspectiva, lo que implica plantearte las cosas bajo otro prisma. Por eso entiendo que nuestras acciones son incomprensibles sin nuestras ineludibles circunstancias. Si alguien no conociera nuestra historia podría juzgar de cruel tu decisión de abandonar el hogar, sin embargo creo que fue lo mejor que pudiste hacer. Por supuesto, bajo tus circunstancias. De la misma manera que lo mejor que yo pude hacer es alejarme de allí también.
Por eso creo que la maldad de una persona es relativa. Creo que podemos retorcer nuestro comportamiento hasta adaptarlo a lo que nuestras circunstancias nos exigen, pero creo también que nunca llegamos a estar del todo cómodos con esa exigencia cuando va en contra de nuestra naturaleza, seamos conscientes de ello o no.
Y creo que nuestra naturaleza tiende hacia la bondad.
Si después de su muerte yo me hubiese vuelto una persona cínica, odiosa, agresiva y un largo etcétera, ¿sabiendo lo que sabes podrías haber dicho que sería "mala"? ¿O dicha "maldad" no sería sino una reacción a su muerte? ¿Algo que va en contra de mi naturaleza?
No soy ninguna ilusa, la redención no llega automáticamente. Mucha gente muere sin posibilidad de evolucionar porque no ha podido plantearse ninguna alternativa, porque ha sido incapaz de cambiar su prisma o porque nadie le ha ayudado a modificarlo. Por eso debemos ser precavidos al juzgar, porque tendemos a hacerlo desde nuestras propias circunstancias.
Y, además, nunca sabes cuándo o cómo vas a cambiar el prisma de una persona. A veces incluso sin ser consciente de que lo estás haciendo.
Con amor, Bedelia.