Partida Rol por web

Saga parpadeó, anonadada al no verle corriendo y en vez, exigiéndole explicaciones. Porque el asunto no urgía lo suficiente como para detenerse a explicar todo.

-Porque necesitamos a los 10 extranjeros para completar el ritual del círculo cerrado con el que neutralizar a la bestia. Pero Hadar, el crío que apareció la misma noche que nosotros, está muerto. Eso nos deja con 9, por lo que no funcionaría, pero el círculo siempre se completa de una manera u otra y Dag es su reemplazo. -Inspiró, a punto de perder los nervios-. ¿Te acuerdas del extraño que se encontró Will, el que dijo lo del círculo? También le dijo, literalmente: "El círculo está incompleto. Pero se cerrará con amanecer. Sin saberlo aún, él será el desencadenante". No dijo 'el amanecer', dijo amanecer, como nombre. Hablaba de una persona y la traducción de amanecer en Arkes antiguo es Dagan, cuyo diminutivo es Dag. Por favor, sin ese niño estamos perdidos y yo necesito tiempo para resolver el resto del ritual. 

Yngrid parpadea.

-No me he enterado de nada. Pero si hay alguien a quien merece la pena salvar en este pueblucho, es ese niño -mira a Resmit, luego a Drunfo-. Vamos.

Acto seguido se da la vuelta y se interna en el bosque.

Parpadeo rápido y sorprendido a la vez que alucinado por cantidad de información que he recibido en un momento. Indeciso me quedo mirando a Saga hasta que Ingrid habla.

- Eeeeee... yo creo que sí... - digo duditativo.

¿De donde viene ese crío...? ¿Cómo sabe tanto ese hombre que se encontró Will...? Que cojones... Esto se está descontrolando demasiado. 

Miro a Drunfo, como si esperara a que reaccionara, dudando si ir a salvar al niño o no.

Creo que no hay otra opción...

Me giro y sigo a Yngrid con la maza aún en la mano. - No la voy a dejar sola...

Drunfo permaneció pasivo ante todo aquello, mirando constantemente el trozo de abrigo. Tras escuchar todo lo acontecido miró a Yngrid y con un gesto casi triste dijo:

-Vamos

Los tres desaparecen entre los árboles. Varios han vuelto con Ashe, por lo que ahora mismo solo quedáis Rorar, Jostein y tú. El primero mira hacia el bosque, pensativo. El segundo te mira a ti.

-No deberían haber ido solos.

Saga ni siquiera tuvo tiempo de musitar un 'gracias', o de preguntar si había vuelto Bedelia también. Aquello llegó a su cabeza segundos más tarde, cuando las figuras de los tres incursores estaban ya demasiado lejos.

Al escuchar al chico, le dirigió una mirada de las que de haber sido cuchillos, mataban.

-Si corres todavía les alcanzas.

Dicho aquello, echó a andar hacia la sala común. En algún punto de la trayectoria había soltado su libro y sus apuntes, y todavía le quedaba por descifrar y callarle la boca a Ahmel de un revés.

Antes de dar tres pasos, algo llama tu atención, en el suelo. Está cerca de donde encontraste a Ashe y, por tanto, cerca de donde ella encontró el trozo del abrigo de Dag. Al agacharte a recoger el pequeño objeto, lo reconoces: Es un colgante que llevaba Thorir alrededor del cuello, un colmillo de alguna fiera decorado de forma simple aunque estética, probablemente de un lobo u oso. ¿Qué hace ahí?

Antes de que puedas responder a esa pregunta, oyes pasos. Al girarte, ves que Rorar y Jostein se han internado en el bosque. Parece que tu comentario ha despejado las dudas del segundo... Y quizás el primero siempre estuvo destinado a entrar. No dudas de que encontrarán a Resmit, Drunfo e Yngrid, si apuran el paso, y seguir el rastro será cosa de niños, ya que la ventisca no puede borrar los pasos con tanta rapidez.

Decidiendo no perder más el tiempo, corres en dirección a la cabaña y encuentras el libro a medio camino. Nada más recogerlo, ves que Will corre hacia ti.

-Ingur está en la sala común -dice, entre jadeos-. Y Ahmel. Ya les he dicho que esperen allí, que es importante. Pero no hay rastro de Thorir ni Bedelia, pero alguien me ha dicho que ha visto a Add paseando solo antes, entre las cabañas.

Antes de que te de tiempo a responder, un movimiento capta tu atención. Thorir y Bedelia, que acaban de llegar desde el bosque, se dirigen a la sala común. Parece que Fredrick, que estaba fuera de la sala común, también ha reparado en ellos, porque les intercepta a medio camino.

-¿Thorir?

¿Se lo había llevado la bestia también a él? Pero no tenía sentido...

Tampoco le dio tiempo a seguir en aquella línea. En breves los hados comenzaron a hilar aquel telar como debía ser, y su cabeza se vio asaltada por otras cosas.

-Gracias. Gracias... -le dijo a Will, abrazándola. Por un momento, el tiempo se detuvo y fue capaz de retomar el aliento-. Escucha: sé lo que hay que hacer. Hay un ritual, el círculo cerrado. Todos los extranjeros estamos aquí por una razón, y la razón es está aquí. -Señaló su libro sabiendo que probablemente no estuviese entendiendo nada, pero que aun así contaba con su apoyo incondicional-. Tengo que poner orden, dales esperanza. Van a traer a Dag de vuelta y entonces podremos enfrentarla. Vamos a salir de aquí.

Lo decía en alto, pero casi pareciera que se lo estaba repitiendo a ella misma, tratando de convencerse de que aquello era verdad y que podían lograrlo. Que después de todo, quedaba una esperanza.

-Vamos a reunir a los que estén. Tengo que hablarle al pueblo.

Will asiente.

-¿Voy a buscar a Add? ¿Vuelvo a la sala común?

-Add. Yo voy a...

Miró a la sureña a lo lejos y toda aquella determinación y sentido de la justicia y la verdad se derrumbó de golpe. No podía... Pero debía.

Le palmeó el brazo a Will a modo de despedida y echó a andar hacia la sala común.

-¡¡Bedelia!!

En el fondo, a pesar de todo, se alegraba de verla.