—Agk...
Una vez más tiene razón ella, pero no es eso a lo que iba en realidad y seguir con esto podría poner en peligro la buena impresión que le ha causado a Damian.
—Ven para aquí, tú.
Tomo del hombro a Saya y me la llevo a unos cuantos pasos de distancia, lejos de los oídos probablemente finos del montaraz y de... Más le vale a ese perro que no escuche.
—¿Quieres realmente que sigamos? ¿Te parece bien que cuente lo de la poción de amor? ¿Quién fue la atolondrada ahí? ¿Hm? Saya, please.
Llevas a Saya a otra parte, dejando atrás a Damian.
—¿Quieres realmente que sigamos? ¿Te parece bien que cuente lo de la poción de amor? ¿Quién fue la atolondrada ahí? ¿Hm? Saya, please.
—Pero eso no era motivo para que dieses ese paso. Y a Damian ya le conté lo de la poción, le pareció una anécdota divertida— Saya mantiene cara de póker —Espero que con esto hayas escarmentado un poquito. ¿Vale? Si es así mostraré piedad.
Notas que os ha seguido Frost, quien os escucha ladeando la cabeza. Saya sonríe y se agacha para acariciarlo, pero el animal rápidamente se coloca a tu lado.
—Ugh... cómo se nota que prefiere el frío.
—Y yo preocupándome por nada. Como siempre.
Ruedo los ojos mientras me doy la vuelta para irme y dejarlos solos.
—A veces me gustaría parecerme más a mamá que a papá, como tú, Saya —digo, yéndome, bastante más triste que cuando aparecí. Se me fue una preocupación, pero entró otra que probablemente sea peor—. Vas a ser mejor madre que yo.
Vas a ser mejor madre que yo.
—Eso no lo sabremos hasta que llegue el día, lo único que sé seguro es que le darás mucho amor a tus hijos. Y espero que en ese entonces nuestros niños puedan jugar juntos en un ambiente pacífico y seguro— hace una pausa —Pero para eso primero tenemos que ocuparnos de la amenaza que se viene ahora. Tenemos que permanecer unidas y darlo todo. Me preocupa que no haya un plan claro, y sé que eso también le preocupa a otros.
Notas que Frost te llama golpeando suavemente tu pierna con su pata y ladea la cabeza. Da la sensación de que quiere animarte.
—Es un husky ártico, una raza de perro habituada al frío. Damian me contó que no lleva bien el calor de esta región, imagino que por eso ahora no se despega de ti.
—Gracias —digo a Saya, de espaldas para que no vea mi cara.
Sí me volteo cuando cuenta lo del perro.
—Ag, primero el peluche aquel y ahora este. ¡No me gustan los perros! Son sucios y huelen mal. Bueno, no, este no huele tan mal.
Me pongo en cuclillas para quedar a su altura, mirándolo fijamente, pero con cuidado de no acercarme demasiado, no vaya a ser que quiera lambetearme y ahí sí que habrá problemas.
—¿Así que te gusta el frío a ti? Qué dueño malo tienes, trayéndote a un desierto.
Produzco un carámbano en mi mano y se lo ofrezco.
—Ten, seguro te calmará aunque sea un poco. Em, a ver...
Tras pensar un momento, lo dejo sujeto en su collar.
—¿Mejor? Se derretirá en nada, pero al menos es algo.
Ay no, qué hice... Ahora no me lo quito más de encima al bicho este.
A pesar de mi tamaño, mi abrazo transmite seguridad y protección, incluso desde fuera queda claro quién es la madre y quién la hija.
"Si lo que dice Megara es cierto, es muy difícil que nada altere las posibilidades de victoria, si existe una ley que equilibra la balanza y en todas las líneas cae del mismo lado, puede que signifique que la ley se creó demasiado tarde" —no tengo miedo de ello ahora mismo, con Sanae cerca sólo puedo asumirlo bien, por ella—. "Si estáis aquí, al igual que Kiara o yo misma, puede que los retos al otro lado sean también mayores... Incluso Megara piensa que Urske, un enemigo anterior a Némesis, podría estar vivo, creo que él volvió loco a Némesis, todos lo quieren usar a su placer... La voz pretende lo mismo, ¿verdad? Al final todos actúan igual".
El abrazo sigue, por fortuna nuestra telepáticamente se puede reflexionar mucho en muy poco tiempo.
"Durante todo este tiempo estuve enfrentando a un Ygmir enloquecido que daba muestras de querer ser liberado. Me recuerda también a Némesis"
—¡Aaaah! ¡Esto es vida! ¡Nunca pensé que podría darme un baño así en público sin que intenten matarme!— suelta tan campante, provocando una risita de Sanae —¿Eh? ¿Qué pasa? ¿He interrumpido algo? ¡Lo siento!
Está bien, nos estamos arrugando —ahora sí, dejo ir a Sanae tras unas palmaditas en la espalda—. No quiero ir con esos artistas, ¿Vosotras qué váis a hacer?
Incluso Megara piensa que Urske, un enemigo anterior a Némesis, podría estar vivo, creo que él volvió loco a Némesis, todos lo quieren usar a su placer... La voz pretende lo mismo, ¿verdad? Al final todos actúan igual
Sanae se pone tensa al escuchar esa teoría.
"Espero que estés equivocada. Urske fue un personaje terrible, lo suficientemente poderoso como para oponerse a las Hermanas de la Creación y darles algo de batalla".
Está bien, nos estamos arrugando —ahora sí, dejo ir a Sanae tras unas palmaditas en la espalda—. No quiero ir con esos artistas, ¿Vosotras qué vais a hacer?
—Debería volver al trabajo, este rato me ha cargado de ganas y energías— Sanae se sumerge un poco en el agua —Y seguro que a los 5 minutos querré morirme...
—Yo no veo mal lo de vivir con el circo, parece divertido— suelta Farran haciendo gala de su envidiable ingenuidad.
—De todos modos, parece que no tenéis otras opciones. ¿O sí?
Sanae se despide de vosotras, y no tardáis vosotras en abandonar también los baños. En la salida veis a Shinji y Shariel cabizbajos. Al parecer la elfa se coló en los vestuarios de hombres para hacer una trastada y el tema acabó con los dos expulsados del local.
Voy cerrando la escena.
Frost ladra alegremente y se aleja con el trozo de hielo en su collar para acercarse a Saya, quien no pierde la ocasión para acariciar al animal.
—¡Ay, pero qué suave que eres! Hermana, es una pena que no te gusten los animales pero Frost tiene el pelaje más suave que nuestro pelo.
Damian se acerca y el perro no duda en ir con él.
—¿Va todo bien? Espero que no haya ningún problema entre vosotras...— se interesa el explorador.
—Sí, todo está bien entre nosotras, tranquilo. ¿Verdad, hermana?
—Eso me tranquiliza. Temía que hubiese provocado una pelea entre vosotras.
—No te preocupes, es normal que peleemos un poco. Tengo un poco de sed. ¿Vamos a tomar algo?
—Mientras no sea una poción de amor me parece bien— bromea.
Saya se sonroja un poco y se tapa la cara.
—Cielos, no debí contártelo.
Al final los acompañaste. Damian contó algunas anécdotas de sus viajes por el mundo lo que amenizó la velada, y te animó a contar los vuestros. Al final pasaste un buen rato con ellos.
Vamos acabando la escena.
—No hay de qué, pienso cobrarme el favor cuando necesite de tus conocimientos— comenta Lianne con una sonrisa intrigante antes de alejarse contoneando la cadera con elegancia.
—Bufff... está tremenda— admite Megara por lo bajo después de tomarse su tiempo observando a la felina alejarse.
Parece ser que no habrá problemas para tu nuevo entrenamiento, el cual comenzará una vez os hayáis establecido en el nuevo lugar.
Cerramos escena.