Partida Rol por web

Megara esboza una media sonrisa.

 —Los huevos de roc, ¿eh? Solo diré que si el plan de Danika saliese bien podría recuperarlos para vosotros— da media vuelta y se encoge de hombros —Pero si no quieres ayudar da igual, ya haré unas deliciosas tortillas con ellos.

Te mira de reojo esbozando una media sonrisa, esperando ver tu reacción.

La reacción de Megara no me puso en ningún aprieto. Al contrario, fue como un desafío de sarcasmo e ingenio al que decidí jugar.

-No creo que hacerse una tortilla con huevos fecundados sea una buena idea- Contesté. -Quedarían unos tropezones desagradables. Partes a medio formar de roc. Huesos, picos...-

Le sostuve la mirada. Seguramente, no se esperaba esa respuesta.

-Pero si aceptando los recupero y ayudo a Danika con esa cucaracha, ganaremos doblemente. Acepto-

Megara esboza una sonrisa, satisfecha.

 —Estupendo. Acompañadme por favor, nos reuniremos con Danika.

 —Un momento. O sea, esperad. Hay algunas cosas que no me cuadran.

 —¿Qué quieres decir, Annabella?

 —Hay un par de cosas que no me cuadran de Megara, o sea, que veo raro. Lo primero, cómo es que está aquí si cuando fuimos del gremio a lomos de Palax ella se había quedado con la maestra? Y lo segundo es que al verme no preguntara por Miyu. A ella le interesaba mucho mi amiga (y no me extraña, o sea, ella está cañón).

Megara mira fijamente a Anabella y esboza una media sonrisa.

 —Me has pillado— tras asegurarse de que nadie más os ve chasquea los dedos para anular el conjuro que la mantenía con ese aspecto y deja ver su verdadera apariencia, la de una atractiva semielfa.

 —Disculpad lo de antes, pero esta misión es personalmente muy importante y debo tomar precauciones extra. Soy Caster, el apoyo mágico de la unidad de Danika.

Seguís a "Caster" hasta un lugar del edificio donde ves asomarse a Danika. Irvine y Frederick también están allí.

 —¿Ah? ¿Caster, qué hace aquí mi hermano?— pregunta la capitana, extrañada.

 —Me lo he encontrado aquí y pensé que podrían ser de gran ayuda.

 —Sí, es verdad que puede ser de utilidad pero no quería involucrarle.

 —Aunque no quieras, sabes que él querrá ayudar. Eres su hermana— añade Anna, dedicándote después una sonrisa —¿Verdad?

Mi desconcierto fue total al ver que una de las subordinanadas de Danika se estaba haciendo pasar por Megara. Había picado por completo y no tenía excusa para ello. Afortunadamente, nadie pareció darle importancia, aunque eso no me tranquilizaba en absoluto.

Caster nos guio por el edificio hasta reunirnos con Danika y algunos otros de su grupo. El grandullón y el sumiso de Anko. No era mala idea tratar de recordar sus nombres una vez los oyese por si había una próxima vez.

-Si, claro- Respondí en un tono que reflejaba mi aun desconcierto.

¿Qué narices hacían allí haciéndose pasar por un contacto del mercado negro? Lo único que me cuadraba era que quisieran usar a Hunt y a otros incautos para tratar de sonsacarles información. Pero eran, normalmente, los intermediarios los que la tenían, y a por los que había que ir.

-¿Cuál es el plan?-

Tal vez, así, se despejaran mis dudas.

Danika esboza una media sonrisa.

 —Teniendo en cuenta que hemos detenido a Sawyer Muertenegra y su negocio de venta de esclavos, Darko no tiene quien le provea de esa clase de productos. Especialmente esclavas sexuales para su Barrio Rojo. El plan es acercarnos a él con un cebo que le resulte especialmente apetecible y eliminarlo. Desgraciadamente con el incidente que causó Hanna se ha vuelto más cauteloso y se ha rodeado de gente fuerte, por lo que necesitamos crear una distracción que divida a sus escoltas. Había pensado en que se ocuparan Saber, Caster y Assassin, pero me dejaría sin el esclavista que me venda.

 —Espera. ¿Tú vas a ser el cebo?

 —Sí. Caster no puede hacerlo pues ya conoce su rostro— te mira de reojo —Ya que Caster te ha traído esperaba que tú pudieras hacer de escolta para el tipo que pretende venderme. Tendrás que aguantar, seguramente me harán cosas muy desagradables.

-No es mal plan. Pero si arriesgado-

Además, era su operación y yo estaba allí para ayudarla. No trataría de desbaratárselos para buscar otra solución. Pero si hacer algún apunte de seguridad.

-Te ayudaré- Me fiaba más de mis capacidades que las de cualquiera de su grupo. -Pero sí que me gustaría que estableciéramos una palabra de seguridad. Y en cuanto la pronuncies, se acaba la pantomima y nos cargamos a todos. Y además de la palabra, un gesto o una seña por si no pudieras hablar-

Esas serían mis adiciones al plan.

 —Sí. Incluso tenemos un par de aliados infiltrados por si la cosa se torciese. Son de fiar— esboza una media sonrisa —Sí, eso iba a comentar. La frase de seguridad es "hora que que saques tu gran lanza".

 —Eso, súbele más el ego que lo necesita— replica Anna —Entonces es mejor que Anabella y yo no vayamos con vosotros, ¿verdad?

 —Es mejor que os quedéis con Karen, Hanna, Irvine y nuestros aliados. Athan, tú y Frederick nos escoltaréis al vendedor y a mí. Dadme un momento para que me ponga el disfraz.

Tras ponerse un vestido bastante provocador, Frederick y tú la acompañáis hasta el tipo que supuestamente va a venderla. Es un tipo bajito y de aspecto realmente turbio.

 —Ya estoy preparada, señor Galarga. Ellos harán de escoltas.

—Entiendo— dice con una sonrisa taimada —Soy Elber Galarga, espero que hagan bien su trabajo y me mantengáis protegido. Ya me he enterado de los dos escoltas que acompañan todo el tiempo a Darko.

 —¿Solo dos?

—Sí, pero son dos monstruos. Uno de ellos es el mismísimo "Ojo de Demonio" Lazarus Arnold. El otro parece ser un maestro de corte zivalio joven, pero el aura que desprende es el de un auténtico monstruo.

—¿Tiene el cabello negro y largo? Si es así yo os acompaño— os interrumpe y sorprende otro tipo, de cabello negro con una coleta..

Ninguno le habíais sentido acercarse, y eso provoca que Danika y Frederick se pongan en guardia.

 —¿Quién eres?

El tipo levanta las manos con actitud despreocupada.

 —Calma, calma. Solo me interesa cazar al ese tipo zivalio antes de que cause una desgracia. Me llamo Wei y soy un maestro del corte de Zival al igual que Han, el escolta de ese señor de la guerra. Y ya os lo aviso, no vais a poder manejar a ese tipo, necesitaréis mi ayuda.

La frase era un poco... Azarosa. Y como mencionó Anna, cabía la posibilidad de que se me subiese a la cabeza.

El tipo que tenía que vender a Danika resultaba realmente patético a la vista, y su nombre parecía sacado de una novela guarra. No daba mucha confianza. Seguramente, si Darko le apretase un poco, no le costaría cantar todo el plan.

No alteré mi expresión al oírle hablar. Pero si esperaba contar con mi protección, mejor haría en pedírsela a cualquier otro. Yo había ido para proteger a Danika. Era bastante más plausible que Némesis se preocupase por el culo del Elber a que lo hiciese yo.

En cuanto a los escoltas, la infamia de Lazarus era muy conocida. En Espectro, era uno de los criminales más buscados. Incluso habían creado un protocolo de actuación en caso de toparse con él: Retirada inmediata e informar cuanto antes.

Y en cuanto al zivalio, seguro que no era para tanto. Si su espada sería pan comido. Sin embargo, las palabras del recién llegado me hicieron dudar.

-¿Qué nos puedes contar acerca de ese Han?-

 —Han es el alumno más talentoso de mi padre. O mejor dicho era, se le metió en la cabeza que es un arma viviente que debía vivir por y para la batalla hasta encontrar la muerte, y con ese pretexto se enfrentó a los otros estudiantes dándoles una paliza para luego marcharse. Es muy fuerte, rápido y técnico, nunca pelea con armas porque no las necesita. Podría cortarte la cabeza con un simple movimiento con sus manos gracias a las técnicas de corte.

 —Anda, como Lei.

Wei se gira hacia Anna, pálido.

 —¿Lei...? ¿Conoces a Lei?

 —Sí. Estaba entrenando a mi hermano hasta que lo a...— se calla repentinamente al darse cuenta que iba a delatarse.

 —Entiendo. No he escuchado nada. Pero esto es malo, si mi hermana está aquí descubrirá tarde o temprano que Han está aquí. Y entonces ocurrirá un desastre.

 —¿Eres... hermano de Lei?

 —Soy su hermano pequeño. No tengo ni de lejos la fuerza de esa monstruosidad ciega que tengo por hermana.

¿Y ese tipo, con esa apariencia de gorrón taimado, era el hermano de Lei Fong? Desde luego que todo lo bueno de la familia se lo había llevado su hermana.

Al menos debería de ser un tipo de fiar que no revelaría la identidad de Anna.

Lo que sí era preocupante eran las habilidades del maestro del corte. Lidiar con alguien que capaz de cortar cabezas con sus extremidades sería peligroso y complicado. Pero no por ello me iba a achantar. 

-No tengo ninguna queja con que se apunte alguien para lidiar con ese maestro del corte-

Miré a Danika.

-Pero es tu operación. Tú decides, hermana-

Danika reflexiona un momento y mira a Wei.

 —¿Cómo podemos enfrentarnos a una técnica de corte?

 —Evita las haces cortantes a toda costa— explica de forma concisa —Solo las armas más fuertes y de calidad podrían pararlas.

 —Entendido. ¿Ese Han si te ve te reconocerá?

 —Sí.

 —No podría hacerte pasar por escolta, nos delatarías. Tendrías que seguirnos a escondidas.

 —Ése era mi plan— empieza a comerse un sandwich cuyo envoltorio tiene escrito "Irvine" —Yo me ocuparé de Han y os quitaré esa molestia para que vosotros podáis ocuparos de ese señor de la guerra y sus demás escoltas. No me interesan en absoluto.

Danika suspira.

 —De acuerdo, estás dentro. Ahora tengo otra preocupación— mira de reojo al señor Galarga —Dijiste que podrías facilitarnos el asunto con Lazarus Arnold, pero no has soltado prenda. Necesito saber cómo antes de seguir con el plan.

El pequeño tipo esboza una sonrisa taimada.

—Solo tenéis que dejar que me ataque.

 —Eso es un poco... vago. No me inspira confianza.

—Y aun así accediste a mi plan inicialmente porque sabes que tengo cuentas pendientes con Lazarus. Y sabes que yo siempre cumplo con mis tratos.

 —Pactar cualquier cosa contigo es como pactar con el diablo.

Elber afila aún más su sonrisa.

—Gracias por el halago.

 —Entendido, seguiremos adelante con el plan. Athan, te legaré el nombre clave "Lancer". Yo pasaré a ser "Avenger". Lancer, Saber, actuad y no me tratéis con amabilidad porque me resistiré. Se supone que soy una guerrera cazadora de las tierras del Extremo Sur capturada para ser vendida como una exótica esclava sexual.

—Pero tampoco lo hagáis bruscamente— añade Eber —Tened en cuenta que ella es una "mercancía muy valiosa".

Seguís adelante con el plan. Escoltas a Elber y a Danika junto a Frederick, mientras que Anabella y Anna se quedan con Hanna para prestar apoyo llegado el momento. A Wei lo perdiste de vista al momento, desapareció con la destreza de un "simpa" profesional.

Volvéis a la sala común donde está el resto de gente esperando su turno, y pasan unos largos minutos hasta que os dan el turno. Unos matones os conducen hasta la sala principal. Allí veis a Darko Stimmen sentado en un trono. A su derecha está Lazarus Arnold, estudiándoos con su experto ojo. A su izquierda ves al que presumiblemente debe ser Han. Es un chico joven con el pelo largo recogido con una coleta, pero puedes percibir que es muy fuerte.

Desde luego son tres hombres muy problemáticos, y no están solos. Hay como 10 hombres más de aspecto fornidos, pero son claramente más débiles que esos tres.

Danika, metida en su papel, forcejea con Frederick quien la mantiene bien amarrada.

 —Bueno, bueno, ¿pero qué tenemos...?

Danika le propina un tremendo cabezazo a Frederick, quien pese a ese tremendo golpe se mantiene firme.

 —¡Soltadme, cerdos! ¡En cuanto me libere os destriparé como a las focas y os despellejaré como a un zorro!

—Lo siento mucho...— se disculpa Elber.

Darko se ríe.

 —Vaya, vaya, esa mujer es muy interesante. Es atractiva, fuerte y tiene mucho carácter. Es justo como me gustan. Por favor, preséntese primero.

—Sí, claro. Soy Galarga, un humilde transportista y comerciante. Le ofrezco esta exótica mujer procedente de las tierras del extremo sur. Por un módico precio, claro está.

 —Hmmm... sí, a simple vista parece un producto que puede alcanzar un precio muy elevado. Sobre todo teniendo en cuenta que es dracónica.

—¿Eh? ¡Ah, sí sí! Tengo entendido que es descendiente de un dragón de hielo.

 —Hmmm... Solo conozco a un dragón de hielo que habite en esas tierras, y es Parinaxis. Pero ella es estéril.

Darko os mira con sospecha y parece que va a dar una señal.

—¡Ah! Bueno, dije que tenía entendido eso. Yo no sé tanto de dragones como usted, mi señor.

Darko relaja un poco la expresión.

 —Bueno, a veces es difícil saber de estas cosas. Dime cuánto quieres por ella.

Elber esboza una sonrisa taimada.

—Un millón de rublones.

Casi te caes de la impresión. ¡Ese precio es absurdamente excesivo! Darko no parece intimidarse.

 —¿Eres estúpido o intentas ponerme a prueba? Por ella no te ofreceré más de 5.000 rublones. No sin catarla antes.

—Eeeh... ya ha visto que ella es una fiera.

 —No se preocupe por ello, señor Galarga. Soy experto sometiendo a fieras como ella. Si me llega a satisfacer puede que esté dispuesto a subir la oferta a 100.000.

—... me parece bien.

Elber asiente con la cabeza mirando a Frederick, quien lleva a empujones a Danika hasta quedarse frente a Darko mientras Lazarus y Han se alejan un poco. El señor de la guerra sonríe de medio lado y sostiene la barbilla de tu hermana para contemplarla de cerca.

 —No me mires así, voy a hacerte disfrutar mucho. Te haré gemir como a una perra.

Danika esboza una sonrisa feroz.

 —¿Ah, sí? Entonces es hora de que saques tu gran lanza.

El plan se puso en marcha.

Llegar hasta Darko no fue complicado, pero sí precisó de paciencia. Esperando interminables minutos hasta que finalmente entramos al salón del nuestro objetivo.

Y allí estaba, junto a los dos escoltas que esperábamos ver, además de otros diez fornidos hombres. Pero sin duda más débiles.

El papel que interpreté fue el de guardaespaldas impasible. En ningún momento medié palabra. Ni siquiera abrí la boca. Contemplaba el desarrollo de la reunión con cara de póker, esperando a que Danika dijese las palabras acordadas para desatarme.

Y llegaron, tras casi cagarla, Elber. Aún estaba pronunciando Danika la última "a" de lanza cuando mi lanza se materializó en mi mano mientras me preparaba para atacar, arrojándola cuál jabalina directa a la cabeza de Darko.

Tu poderosa lanza vuela directo hacia Darko, pero se interpone Lazarus Arnold quien... simplemente se pone en medio para atravesarle el corazón.

Lo normal es que aquello hubiese sido mortal para prácticamente cualquiera, pero el tipo del parche se queda mirando la lanza y luego te observa serio.

 —Tenía la sensación de que intentaríais algo, pero jamás imaginé que harías aparecer de la nada una lanza— se la saca del pecho sin apenas inmutarse —Eso ha sido insensato, muchacho. Me temo que he de matarte, no es nada personal chico.

Los demás escoltas, excepto Han, van a por vosotros pero rápidamente Frederick empieza a ocuparse de ellos a puñetazo limpio, mientras Danika se quita las ataduras para pelear contra Darko.

Han mientras tanto te mira a ti con evidente interés.

 —Este tipo parece fuerte. ¿Hay alguna posibilidad de que me lo dejes como oponente?

 —Eso no pasará porque yo me ocuparé de ti, Han— aparece Wei, con absoluta naturalidad. ¿Se había colado con vosotros? —Pagarás el daño que le hiciste a mi familia.

 —Oooh. Tenía el presentimiento de que me encontraría con alguien de la familia Fong, pero solo es el debilucho de Wei. Preferiría encontrarme con tu hermana.

 —Precisamente eso es lo que quiero evitar. Y no deberías subestimarme, pues me he vuelto más fuerte y sé cómo detenerte. Me basto solo.

 —Uuuuh. Eso quisiera verlo.

Ambos se alejan a toda velocidad, dejándoos a los demás con el resto. Al menos Wei ha cumplido con su parte, quitándoos de encima a uno de los más problemáticos.

Elber corre a protegerse un poco de los demás, ocultándose bajo una mesita. Frederick parece capaz de ocuparse de los otros matones y Danika mantiene ocupado a Darko.

 —Agh... soy incapaz de descifrar a ese Han. Bueno, ahora toca ocuparme de ti, ¿verdad?— dice lanzándote la lanza para acto seguido desenfundar sus espadas —Prepárate para morir, chico.

Y Lazarus se prepara para atacar.

La pelea acaba mal. No esperabas la estratagema astuta de Lazarus para despistarte y crear una distracción para escapar con Darko, privándole a Danika la oportunidad de acabar con él.

Pasasteis por otra odisea para escapar de allí, pero finalmente lograsteis salir de una pieza gracias a una distracción llevada a cabo por Irvine y Anabella.

No habéis podido cazar al Señor de la Guerra, y ahora será mucho más cauteloso. Pero al menos no volverán a molestar a los rocs. Al menos no a corto plazo.