Partida Rol por web

Paso como un torbellino entre Rash y el aprovechado de Elmer y me pongo en medio, sirviendo de escudo a mi hermana. 

-Ni juegos ni mierdas. Nos vamos. Ahora- los ojos me chispean de pura rabia y estoy a punto de partirle la cara a ese raterillo del tres al cuarto. -Rash ponte eso y tu Neeryl, búscate un saco viejo y hazle un par de agujeros. Ya he tenido suficientes gilipolleces por hoy. 

Agarro a mi hermana del brazo y empiezo a retroceder hacia la puerta, pero sin perder el contacto visual con la banda. -Elmer, un placer. Muy bien, has demostrado que eres el uhmmm... miembro dela una banda más hábil del reino. Un placer, si nos disculpas...- le dedico una sonrisa burlona mientras intento que Neeryl deje de poner caras raras y haga algo por su vida, y por la nuestra. 

 Alto el carro, esto lo acordamos entre ella y yo. ¿Pensáis incumplir las condiciones de la derrota? Seguro que no os parecería bien si hubiese ganado tu hermanita y yo decidiera no cumplir. Os advierto que si os vais me quedo con las cosas de vuestro noviete, y creedme que no es buena idea que vaya desarmado sabiendo cómo están las cosas fuera, necesitáis esa katana.

 Mierda, tiene razón...

Elmer esboza una sonrisa triunfal.

 Además, no me habéis dejado plantear la alternativa. Es solo firmar un contrato de nada que me va a ayudar. Dadme un momento. Brim, asegúrate de que no salgan y te conseguiré un espadón chulísimo.

 ¿En serio? - le brillan los ojos cuando escucha "espadón chulísimo" - ¡Cuenta conmigo, Elmer! - se coloca justo en la salida, impidiéndoos el paso mientras Elmer se retira unos momentos a la habitación contigua - Lo siento, no podéis pasar sin la contraseña.

 Yo que vosotros no me fiaba de ese contrato - rezonga Dorian, quien está sacándole filo a su daga con una piedra, acompañada de una sonrisa siniestra - Algún día, algún día los mataré a todos y nada impedirá que me apodere del mundo...

 - ¡¿Q-qué haces?! ¡Todavía no has gan...! - Me quejo a Elmer cuando me besa, ruborizada y luego muda, al ver que tiene mi top. 

 Le empujo y me tapo, cabizbaja, y luego me pongo el top cuando me lo devuelve. - Pero, Miel... No podemos dejar a Neer desarmado, se supone que habíamos venido a ayudar. - No a hacer el tonto. ¿Cómo me he metido en esto? - Y nosotras no podemos permitirnos ir por ahí desprotegidas, precisamente... - Miro al tipo de la daga y sonrío de medio lado, recuperando un poco el ánimo después de mi derrota. - ¿Quien detendrá si no el plan de Dorian de dominar el mundo? - Lo miro divertida, como si fuera un niño pequeño. 

 - Bueno, ¿De qué va esa alternativa? ¿Ese contrato? - Pregunto a Elmer torciendo la boca, aun molesta con la situación.

 Así es - regresa con un papel manuscrito, y señala un hueco en él acercándote un tintero y una pluma - Solo tienes que firmar aquí, os devuelvo las cosas de vuestro novio y no volveréis a vernos más. No os preocupéis, tengo a éste bien controlado.

 Hasta que me harte y te carbonice o te apuñale por la espalda, desgraciado estafador.

Neeryl mira fijamente a Brim, quien sigue en mitad de la salida.

 ¿No podemos salir?

 No, salvo que Elmer lo diga o me digáis la contraseña.

 ¿Hay contraseña? ¿Cuál es?

 Pues es "Elmer me va a comprar un espadón chulo" - dice tan alegre.

 En cuanto éstos se vayan lo apuñalo por tonto...

Me sorprendía ver allí a Stacey. ¿Qué hacía en un lugar tan peligroso? Lo único que llegaba a medio entender es que seguramente todos estaban por los alrededores ayudando como buenamente podían. Tal y como le había pasado antes, a mi hermano le entusiasmó la simple idea de entrar en una pelea, se le veía tan ilusionado que me pegó esa cierta ilusión haciendo que esbozara una pequeña sonrisa y les siguiese. ¡Debíamos seguir pateando traseros! 

"Mierda mierda mierda, ¡¡pero NO ESE trasero!!" el instinto me decía huir, pero en esos momentos lo único que podíamos hacer era escondernos como mejor podíamos. 

Glenn estaba allí, pero no serviríamos de ayuda, y menos contra Sawyer... -Maldito malnacido...- sí, sería un malnacido, pero era jodidamente fuerte, y encima sus esbirros lo seguían sin dudar. "A saber si mi hermano con su tripulación no se cruzó en el camino de ese pirata". 

Desde el lugar en el que nos habíamos conseguido esconder podíamos escuchar lo que hablaban. ¿Por qué habrían acorralado de esa forma a Glenn? ... Pero ahora mismo esa no era la pregunta a la que más importancia podía darle en mi cabeza. Un momento. ¡¿Había dicho "HIJO"?! ¡¿Hablando de Irvine?! Me removí un poco en el sitio, sintiendo cómo iba perdiendo el color de la piel mientras las manos comenzaban a helarse. Tenía una sensación de vértigo. No podía ser... no podía... "Pero la madre de Irvine está muerta... No puede ser que sea... no..." 

Tan pronto como Glenn se quitó la máscara un puñado de piratas salieron por patas y Sawyer pareció achicarse. Miré con más atención, curiosa por saber qué era lo que le asustaba tanto al pirata. Glenn parecía dispuesto a darlo todo, o al menos más de lo que yo conocía, sacando una especie de guadaña gigante, o algo por el estilo, la cual sorprendió bastante a Gwen. 

Lo que a Stacy pareció preocuparle más fue el probable conjuro que había utilizado para espantar a los piratas. -Tal vez sin la máscara es tan horrible que los ha asustado. 

Sawyer Muertenegra retrocede un par de pasos.

 Creo que ya sé quién es... Karina, deberíamos marcharnos. Este tipo sería capaz de aniquilar a toda mi tripulación.

A Karina no le hace ninguna gracia el plan de Sawyer, pero mira a Glenn con miedo.

 Mi instinto me dice que si le atacamos acabaremos muertos. No entiendo cómo alguien tan apuesto puede dar tanto miedo... vale, nos iremos.

Y así Sawyer y Karina se retiran con el rabo entre las piernas. En cuanto se van, Glenn suelta un buen suspiro.

 Menos mal que se han ido, no quería pelear... - intenta desenroscar la empuñadura de su naginata pero el mango se rompe - Mierda... bueno, qué más da. Debo informar a Lord Celdric.

Se encoge de hombros y guarda los restos de la naginata en la bolsa de sus instrumentos, y vuelve a colocarse la máscara.

 Se va...

 Al menos no ha habido violencia...

 - Sí, ya. - Contesto a lo del contrato, entendiendo que tendría que firmarlo. - ¿Pero de qué va ese contrato? Quiero verlo antes. - Alzo una ceja mientras me cruzo de brazos, desconfiada. - No me gustaría acabar detrás de esta panda de tontos... Perro ladrador, poco apuñalador. - Me burlo de Dorian, afilando media sonrisa.

 - ...Bueno. - Vuelvo a dirigirme a Elmer. - ¿Me vas a dejar verlo? -

 Tranquila, solo dice que te haces cargo de algún pago pendiente que tengo, adornado con varios tecnicismos burocráticos, poca cosa. Te aseguro que no firmarás que serás mi sirviente ni nada por el estilo, pero sería una buena idea. Tranquilos, solo bromeaba.

Se escucha un ¡chac! y veis que Brim tiene una daga clavada en su cabeza, por el lado. Dorian cumplió con su amenaza antes de lo esperado.

 Y no se muere... es demasiado idiota para morir...

 ¿Por qué me miráis así? ¿Tengo algo en la cara? ¡No me digáis que tengo monos en la cara, me dan miedo!

 No, no tienes nada... - se gira hacia Rasheda - No te preocupes, tiene la cabeza hueca, sobrevivirá. ¿Entonces vas a firmarlo o no?

 - Uh... Bueno. - Abro los ojos de par en par, intentando hacer caso a Elmer y pensar que Brim está bien... O todo lo bien que puede estarlo, siendo tan paleto.

 - Está bien, qué otra me queda. - Me resigno a firmarlo, cabizbaja.

 - Por cierto, Brim. - Me giro al grandote después de firmar ese papel del que no me fío un pelo. - Tranquilo. No tengas miedo. No son monos lo que tienes en la cara, son arañas. - Le sonrío después de la broma, curiosa por su reacción.

 ¿QUÉEE? ¿ARAÑAS? ¡QUITÁDMELAS, QUITÁDMELAS! - exclama mientras corre de un lado para otro, haciendo aspavientos.

Elmer se acerca al documento que acaba de firmar Rasheda... ¡y está llorando!

 Por fin... por fin... no creí que fuese a picar, pero lo hizo. ¡Adiós a la deuda que tenía con Milene, ahora es toda tuya, jajajajaja! Keiran, copia el documento con ese conjuro que te enseñó esa amable mujer para dársela a esta pringada.

Keiran coge el documento y un pergamino en blanco, y lanza un conjuro con el que crea un duplicado.

 Toma, tu copia - le entrega la copia a Rasheda.

 ¡Un momento! ¿Qué le has hecho firmar?

 Le he hecho firmar una transferencia de deuda. La deuda que tenía con Milene ahora es toda suya. Buena suerte pagando a esa tía las 100.000 monedas de oro que faltan por pagar. Ah, toma tus cosas, ya no las necesito. Chicos, nos vamos...

Neeryl agarra del cuello a Elmer y amenaza con partirle la cara.

 ¡Maldito aprovechado!

 Calma, fiera, que ella ha escogido firmar el documento en vez de ir a la cama conmigo, y lo ha hecho porque perdiste los pantalones. Ahora que eso está firmado ya no puede deshacerse. Un contrato es un contrato.

 Os avisé de que no os fiárais de firmar un documento suyo. Seguro que tiene alguna letra pequeña en algún reverso del documento autorizándole a haceros cualquier cosa. Pero claro, como soy el psicópata del grupo nadie me hace caso... Lo dicho, estoy rodeado de idiotas.

 De todos modos, ahora es su problema. Igual Milene se muestra más razonable con ella, debería probar a hablar con ella. Y si me disculpas, tenemos que irnos de este infierno.

Antes de que pudierais hacer nada Elmer se da el piro a toda velocidad. Dorian mira a Keiran y lugo a Brim, quien sigue gesticulando intentando quitarse las "arañas" de su cara.

 Tenemos que llevarnos al merluzo éste.

Keiran saca una especie de papel y una pluma, y empieza a escribir.

 Vale, dame un segundo para quitarme puntos de percepción e inteligencia para pasármelos a fuerza... ya está, vamos.

Keiran agarra un trozo de madera y golpea en la cabeza a Brim, dejándolo inconsciente. Acto seguido, entre Dorian y él se lo llevan a rastras.

Otra vez estáis solos, esta vez con las cosas de Neeryl y con Rasheda con una deuda inmensa con Milene, la maestra del gremio. Toca reunirse con el resto del grupo.

Tras vivir cada cual sus propias aventuras o reunís en el lugar indicado. Allí parece que Lex y los guardias lo tienen todo controlado, y los civiles rescatados llegaron sanos y a salvo.

Con los felinos vino una chica adolescente llamada Stacey, risueña y alegre.

 Esto ya está controlado. Debemos volver rápidamente con Keyleth y Cassandra.

 Tened mucho cuidado, chicos. Cuando todo esto acabe quiero invitaros a una ronda en el club de mi papá. ¿Entendido?

 Tranquila Stacey. Anko es una tipa dura, y yo me encargaré de que Aaron no haga el tonto.

Y así todos fuisteis a reuniros con los demás. Algunos como Rasheda algo cabizbajos, y otros como lo felinos con preguntas sobre el misterioso Glenn.