Bastian se incorporó desabrochando su camisa y al mostrar el colgante Auriel pudo sentir el gran poder que emanaba de él. Lo miró boquiabierta cuando de repente, Eloril se lanzó contra el vampiro envolviéndole en llamas blancas. La explosión les alcanzó a todos y la elfa giró instintivamente su cabeza hacia otra dirección tapándose el rostro con las manos.
De nuevo Eloril la había sorprendido: lo que apuntaba ser una batalla realmente cruda, había concluido en cuestión de segundos. Le miró suspirando profundamente aliviada mientras Myrth le preguntaba sobre el Espadachín Errante. Luego se acercó junto al resto del grupo para ver el botín, realmente era mucho mejor de lo esperado.
-Caray! Un conjuro de teletransporte! –dijo con los ojos iluminados- Me pregunto de dónde lo habrá sacado aquel tipo. Seguramente lo mejor sería venderlo todo y poder invertir cada uno su parte en aquello que más le interesara, si los demás estaban de acuerdo.
Se había relajado una vez finalizado todo y se estremeció sintiendo como sus pies descalzos absorbían el frío del suelo repartiéndolo por todo su cuerpo. Decidió ir en busca de sus botas.
-Disculpad, enseguida vuelvo! –salió corriendo al pasillo en dirección a su habitación.
Al llegar cogió las botas y se sentó en la cama para calzarse. “Vaya… qué cómoda es… “ Se quedó un momento quieta, descansando y disfrutando de la tranquilidad y la calidez de la habitación. “Realmente es una cama confortable…” Se puso una bota y no pudo resistir la tentación. “A ver… si me estiro un momentito de nada… un minuto nada más… tampoco pasa nada”. Echó su espalda hacia atrás y miraba el techo. Se habría quedado allí, donde la temperatura era perfecta y se habría abandonado al sueño pero no iba a hacer eso. Les había dicho que iría y eso iba a hacer, dentro de un momento...
Notaba como le pesaban los párpados. Subió las piernas y se estiró completamente, iba a estar tan poco rato que ni siquiera se darían cuenta, pero encontró una postura comodísima y estaba bastante cansada. “Mmm… no debería cerrar los ojos, si me voy a levantar enseguida… bueno… solo un minuto... o dos… me pongo la otra bota… y voy para allá…”
Pero no volvió. Ese fue su último pensamiento antes de cerrar los ojos y caer profundamente dormida.
Auriel se va a por sus botas, pero pasados unos minutos no regresa.
- Mierda... ¿se habrá encontrado con esos malditos perros?
Eloril no tarda en ir corriendo, preocupado. Raudo y veloz gira hacia el pasillo donde las habitaciones y abre la puerta del dormitorio, encontrando a la elfa completamente dormida. normal, está agotada.
- Maldita sea... menos mal que se encuentra bien - murmura aliviado. En cuanto Naery y Myrth se acercan se gira hacia ellos - Tranquilos, está dormida. Deberíamos descansar. Me quedaré vigilando, y espero que a Myrth no le importe turnarse conmigo.
-Ay, de verdad, esta chica siempre desmayándose o cayendo dormida- dijo, casi divertida y recordando la primera vez que la vio en el gremio.
Su actitud despreocupada era un poco extraña, pero no pudo evitar alegrarse de que todo hubiera salido bien. O medio bien. Y tras ser atacada por un vampiro baboso ya no podía deprimirse más.
-A ver... ¿qué hacemos?
Con Auriel dormida no deberíamos hacer nada arriesgado.
- Deberías ir a descansar, te va a venir bien después de lo que has pasado. Yo me quedaré vigilando el pasillo si hace falta, aunque dudo que vaya a ocurrir nada más - comenta Eloril respondiendo a Naery, con tono tranquilizador.
El chico mira a Myrth, esperando su respuesta. Le vendría bien que el elfo se turnase con él para vigilar, pero no le importaría quedarse vigilando toda la noche por el bien de sus compañeros.
La última vez que "se fue a dormir" no pasó nada bueno, así que se estremecía con solo pensar en volver a hacerlo. Realmente tenía mucho sueño y se le había acumulado un cansancio casi impensable. Pero...
Realmente odiaba cuando le entraba aquel miedo irracional ante aquel tipo de cosas, pero era normal al no estar todavía acostumbrada a vivir fuera de la protección del palacio.
Todavía era una joven inexperta y miedosa.
Suspiró.
-¿Os importa si me quedo haciendo guardia con alguno?
Seguramente me quede dormida, pero necesito saber que tengo a alguien al lado, despierto.
Ya no me fío ni de las ventanas.
Aprovecho hoy que no tengo mierdi-trabajos para postear a tope xDDDDDDDDDD
Eloril sonríe cordialmente.
- Como prefieras. En cuanto empiece a vencerte el sueño puedes retirarte si lo deseas. Te prometo que no te pasará nada malo.
La mira de Eloril es convincente, y tanto Naery como Myrth saben de sobra que él es muy capaz de cumplir esa promesa.
Myrth dedica una mirada a Eloril antes de ir a su habitación. No parece estar muy convencido de su explicación acerca de que no es el Espadachín Errante, pero aun así se fía de su vigilancia.
Así pues, tras que Eroil decidiera el lugar donde pensaba montar la guardia, cogió alguna esquina o lugar relativamente cómodo para apoyarse y empezó a cerrar los ojos poco a poco hasta caer rendida.
Al día siguiente sus músculos y huesos no le agradecerían la postura, pero desde luego era la única manera en que conseguiría dormirse aquel día.
La noche transcurre sin más incidentes. Amanece finalmente. Hace un día espléndido y el sol está radiante.
Naery se levanta entumecida por la postura al dormir en una esquina. Al desperezarse ve que Eloril tiene unas ojeras tremendas, con un libro en sus manos.
- Oh, buenos días Naery. ¿Qué tal has dormido? - pone la mano delante de la boca antes de bostezar. Tiene cara de tener mucho sueño. ¿Será posible que haya estado toda la noche en vela guardando al grupo?
Podéis ir despertándoos. Pnjotizo a Myrth.
La noche había sido dura y, eso se había reflejado a la hora de dormir, tanto es así que me había quedado dormido durante horas.
Mis ojos apenas ven por el cansancio al salir de la habitación, me los agito con ambas manos para apartarme las legañas y, luego, me estiro, encorvándome hacia atrás de una forma exagerada, haciendo gala de mi buena flexibilidad.
- Buenos días chicos, ¿habéis dormido bien? Yo he hecho un gran esfuerzo por levantarme...
Perdón por no postear, la uni y mis cero ganas me han podido >.<
Auriel se despierta con la claridad que entra por la ventana. Tarda unos segundos en darse cuenta de donde está. Parece ser que al final le pudo el cansancio. Se pregunta dónde estarán los demás, pero la respuesta llega de sus voces, que se escuchan al otro lado de la puerta. Suspira y se pone la otra bota antes de asearse y salir.
-Buenos días a todos... -dice algo avergonzada por haber caído dormida de aquella manera.
Al ver a Eloril con el libro entre las manos y semejantes ojeras su expresión se convierte en una mezcla de ternura y tristeza. Seguro que el pobre se había quedado toda la noche en vela para que pudieran dormir los demás. Se acerca a él abrazándole y le besa suavemente.
-Aix... ¿Cómo estás? ¿No has dormido nada, verdad?
Eloril se gira al ver a Auriel y reacciona a su beso.
- No, no he dormido nada. Al menos he podido leer por la noche - le enseña el libro, titulado "Rituales y costumbres atharienses", de William Fuegorrojo - Me lo prestó Pyros, lo escribió su padre.
El chico se golpea las mejillas con sus manos para espabilarse y mira a sus compañeros con una sonrisa.
- Es hora de regresar al gremio. Aún tenemos que decidir qué hacer con el botín, pero eso lo haremos en el camino de vuelta - vuelve a taparse la boca para bostezar. Está muerto de sueño.
Eloril entra en la habitación de Auriel y vuelve a salir con su enorme petate en la espalda, poniendo rumbo al carruaje.
Sujeta con delicadeza el libro que le muestra Eloril.
-Vaya, qué interesante! -mira el libro con curiosidad preguntándose cuales serán esas costumbres atharienses. -¿Crees que a Pyros le importaría si le echo un vistazo?
Tal como suponía, no había podido descansar nada. Suspiró sintiéndose culpable por haber sucumbido al sueño la pasada noche. La elfa ni siquiera se había planteado que una vez muerto Bastian hubiese podido haber otro peligro pero estaba claro que había sido un tanto imprudente.
-Espero que puedas dormir de regreso al gremio -le dice con una sonrisa cómplice al venir a su memoria cierto día.
Aún no se había despertado del todo y seguía medio metido en su mundo, no se había percatado de la mayoría de la conversación de Auriel y Eloril, lo único que llegó a entender fue "regresar al gremio" y "decidir qué hacer con el botín", lo que le hizo volver al mismo plano que los demás. - Yo voto porque el conjuro de teleport se lo quede alguna de las dos magas si les interesa, lo demás podemos venderlo si queréis, a mi no me importa mucho el dinero, sinceramente, tampoco es que haya servido de mucha ayuda en este encargo, de no ser por vosotros no hubiésemos acabado con todos esos perros y el asqueroso de Bastian.
Tras estas palabras Myrth se dispone a recoger todas las cosas para volver al gremio junto al amor de su vida, Freya. - Espero poder ir en un encargo con Freya pronto...
Tras hacer los preparativos, todos os subís a carruaje para regresar al gremio.
Aquel encargo era una trampa y el objetivo eran las chicas, pero no sólo lograsteis salir bien parados sino que además obtuvisteis un buen botín. Sin mencionar ese misterioso fragmento que poseía aquel vampiro y que se lo ha quedado Eloril para investigar.
Y hablando de Eloril, se quedó profnundamente dormido nada más subirse al carro.
No espero más, cierro el encargo.
Auriel, Myrth y Naery ganáis 7px, lo he añadido en vuestras fichas