Partida Rol por web

--- Mensaje para Eimi ---

Reanudáis el viaje siguiendo el sendero hasta que llegáis a las inmediaciones del Monasterio de los Monjes Cerveceros. Allí los carruajes se detienen ante una persona encapuchada que está parada en mitad del sendero.

Cuando Kia y Randolf se asoman la primera se pone pálida y se apresura a esconder al segundo.

—¡Ni se os ocurra esconderos, par de golfos!— reconocéis la voz de Keyleth, la cual se ha vuelto muy carismática y respetable.

Esa voz hace que se detengan ambos en seco, como si ejercieran algún tipo de poder sobre ellos. Los chicos bajan del carruaje y desfilan delante de ella. La paladín se cruza de brazos delante de ellos y espera a que se expliquen.

—Verás, mamá... estábamos persiguiendo a un maleante y nos topamos con este carruaje. Nos vimos obligados a protegerlos y escoltarlos en el viaje— Kia va a apoyarse en Randolf pero recuerda que el chico es demasiado honesto, así que opta por evitar establecer contacto visual en él.

Keyleth enarca una ceja, os mira y os saluda con una sonrisa.

—Ha pasado mucho tiempo. Veo que tu hija ya está encinta Eimi. Mi más sincera enhorabuena. Disculpadme si no os saludo de forma más efusiva pero he de regañar a estos dos— suspira —Ya podría Nathan ser más estricto con ella y no dejarme a mí el papel de mala...

Keyleth empieza a regañar a Kiara de forma intensa, empezando por desobedecer sus órdenes, actuar de forma temeraria y encima mentir descaradamente. Acto seguido le toca a Randolf por no detenerla y no ser más firme cuando tiene que oponerse a las locuras de su compañera. No parece enfadada pero su presencia impone bastante respeto. Eimi nota que ha crecido mucho la paladín como persona, ha ganado muchísima confianza en estos años. Y que también le ha sentado muy bien la maternidad.

Cuando acaba, la paladín se gira hacia Nathan, quien se está acercando.

—Nathan, deberías dejar de consentir tanto a nuestra hija, que luego malinfluencia a los pequeños— le reprocha.

A Nathan se le nota un poco el paso de los años, pero se ve sorprendentemente bien y saludable. De hecho, da la sensación de estar más fuerte y en forma que nunca. De su cinto cuelga la katana athariense, la cual ha pasado a ser su arma principal desde que la Décima Indomable/Divisor de Mundos acabara destrozada.

El pelirrojo se rasca la nuca al escuchar los reproches de su esposa.

—¿Y qué quieres que le haga? Sabes que cuando se trata de mis hijas soy un blando— responde el pelirrojo mientras mira a los chavales —¿Qué habéis hecho ahora?

—¿Yooo? Nadaaa, soy una chica buena— responde Kia con la boca pequeña y mirando hacia un lado. Luego agacha la mirada con culpabilidad —Lo siento mucho...

Nathan esboza una sonrisa tierna.

—Nos alivia comprobar que os encontráis bien. Cuando os decimos las cosas tienen una razón de ser, Kia, no lo hacemos por fastidiar. Nos preocupa que podáis meter en problemas y no os podamos ayudar. ¿Entiendes?

Kia asiente la cabeza y se acerca a su padre, quien la abraza.

—Perdóname, mamá...— musita visiblemente avergonzada.

—Si soy dura es porque me preocupo, pero me alegro de que estéis bien— acto seguido se dirige hacia Randolf y le revuelve el pelo —Buen trabajo cuidando de ella, Randy.

Nathan se acerca al carruaje para saludar. Kia no se separa de él, mostrándose muy apegada a su progenitor.

—Ha pasado mucho tiempo, Eimi y Uwyn. ¿Ellas son vuestras hijas?— se fija también en Kenzo —Y tú debes de ser Kenzo. Athan me ha hablado bien de ti. Y...— frunce el ceño al ver a Alondra —Un momento... ¿eres Alondra? ¡Has crecido muchísimo! Estás hecha toda una mujer.

—Gracias, tío Nathan. Usted también se ve muy saludable— responde la semielfa, evidentemente feliz.

—Deberíamos dejar los reencuentros para el viaje. Porque supongo que también habéis recibido las invitaciones del gremio. ¿Estoy en lo cierto?— pregunta Keyleth —Espero que no os importe si viajamos juntos. Por favor, contadme cómo os va la vida.

—Me encantaría volver antes a Retiro del Dragón para recoger a mis hijos, pero como que nos pilla más cerca la capital— se lamenta Nathan.

—Sí, también echo de menos a mis pequeños— agacha la cabeza la paladín —Soy una madre horrible, paso poco tiempo con mis pequeños.

—¡Nada de eso, mamá!— replica enérgica Kia —Eres una mujer dedicada a proteger el mundo, y te admiramos por ello. Además, cuando estamos todos juntos eres increíblemente cariñosa, y te... te... queremos un... montón...

A Keyleth se le dibuja una enorme sonrisa en la cara y abraza a su hija.

—Eres un cielo, Kia. Gracias, hija.

—Verás, mamá... estábamos persiguiendo a un maleante y nos topamos con este carruaje. Nos vimos obligados a protegerlos y escoltarlos en el viaje— Kia va a apoyarse en Randolf pero recuerda que el chico es demasiado honesto, así que opta por evitar establecer contacto visual en él.

 Cuando bajo he de mirar hacia arriba para ver a Keyleth, es entonces cuando Kia se da cuenta de lo bajita que soy, durante todo el viaje he estado con Yukiru, quien ahora baja con la ayuda de su esposo semi-elfo y erudito-mago.

^Aelwyn

—Ha pasado mucho tiempo. Veo que tu hija ya está encinta Eimi. Mi más sincera enhorabuena. Disculpadme si no os saludo de forma más efusiva pero he de regañar a estos dos— suspira —Ya podría Nathan ser más estricto con ella y no dejarme a mí el papel de mala...

Me alegro mucho de verte en persona querida, las cartas no son lo mismo por más que siempre es grato recibirlas. Haz, haz, no te preocupes.

Me meto en la cabeza de Kia para hablarle telepaticamente «Nos conocemos muy bien como para que logres engañar a alguien utilizándonos de excusa, te meterás en más lios».

Encantada de conoceros Sr. Nathan, soy Amaya, me alegro de veros nuevamente señora Keyleth.

Soy Kenzo, Encantado —se presenta ante los dos, interrumpiendo más que Amaya el momento, pues él no espera al momento adecuado.

Tanto tiempo, un placer. ¿Hay alguien más conocido por aquí? Estoy deseando ver a todos.

Me alegro de veros —admira a Keyleth especialmente, aunque ha oído a hablar de todos ellos en muchas ocasiones.

Se nos hará de noche entre que se da el castigo y nos reencontramos. Me gustaría que Yukiru pase la noche en el mejor lugar posible.

Si no os importa ir un poco más despacio de lo habitual, podemos ir juntos.

--- Mensaje para Eimi ---

Me meto en la cabeza de Kia para hablarle telepaticamente «Nos conocemos muy bien como para que logres engañar a alguien utilizándonos de excusa, te meterás en más lios».

Kia mira de reojo a Eimi y esboza una sonrisa traviesa.

"Por intentarlo que no quede"— responde mentalmente con absoluta naturalidad, cosa que sorprende a la kinética. Le ha parecido como si hubiese sido la propia Kiara quien le replicó.

Se nos hará de noche entre que se da el castigo y nos reencontramos. Me gustaría que Yukiru pase la noche en el mejor lugar posible.

Nathan señala hacia una posada que hay enfrente del monasterio.

—Podríamos descansar allí, es un lugar de parada común para aventureros como viajeros o amantes de los desafíos. Tiene un acceso a unas mazmorras subterráneas cambiantes que son tan emocionantes como letales, conocidas como las Mazmorras de Telashar*. Mi esposa y yo logramos completarlas un par de meses después de casarnos.

—Ni me lo recuerdes, pocas veces me he sentido tan en peligro como explorando esas mazmorras locas.

Kia mira a su padre con emoción.

—¡Me encantaría probar esas mazmorras!

—Aún te falta experiencia para ello, hija. Te aseguro que es un desafío muy complicado para tu preparación actual— le advierte el pelirrojo —Pero te prometo que en cuanto te vea preparada lo visitaremos.

—Luego negará que la consiente— musita Keyleth con una sonrisa —Considero que será mejor que prosigamos el viaje por el bien de Yukiru.

Y así prosiguieron el viaje, volviéndose más amena por los que se acoplaron a la caravana de Eimi.

Poco a poco van llegando todos los invitados al gremio. Los más tempraneros fueron la caravana de Eimi, quien iba a acompañada por su familia (Uwyn y sus tres hijos, estando la mayor embarazada), la de Shinji (Shariel y su hija Alondra), además de Havoc y Dave.

Con ellos llegaron Nathan y Keyleth, junto con Kia (la primogénita de ambos) y Randolf, el discípulo de la elfa.

Después llegó Nor Knothole, acompañado por Arcadia Azur y Creati, causando una gran conmoción. Por el camino se cruzaron con Pyros y Lianne, quienes coincidieron en el camino. Es bien sabido que Lianne ha estado centrada en la búsqueda de las almas desperdigadas de Urske, mientras que Pyros ha estado bastante centrado en su papel como archimago de la Ciudadela Arcana y máxima autoridad mágica.

Y finalmente llegaría la comitiva liderada por Elyssa Heartlily, acompañada por sus nietos Naleth y Bianca. Con ellos están Saya, su marido Damian, las hijas gemelas de ambos y los animales que acompañan al guardabosques, los cuales son muchos más.

Bianca sale corriendo para abrazar a sus padres. Parece que les ha echado mucho de menos. Naleth va detrás con más calma, siendo arropado también por el abrazo familiar.

—Lamento haberos dejado solos tanto tiempo, mis niños— murmura la paladín algo apenada.

—No os preocupéis, sabemos que andáis salvando el mundo— responde Bianca poniendo pucheros pese a sus palabras.

Kia rápidamente se acerca con los brazos en jarra.

—Oye, oye. ¿Me excluís a mí en el abrazo familiar?— acto seguido arranca a Naleth y Bianca del abrazo familiar para abrazarlos ella —¡Yo también os he echado de menos, pequeñajos!

Keyleth aprovecha el momento para acercarse a Saya.

—Me alegro de verte, Saya— la paladín la abraza —¿Cómo te encuentras, amiga mía? ¿Se sabe algo de tu hermana Miyu?

—Lo último que supe de ella estaba recorriendo las Tierras del Extremo Sur, y creo que está pasando un tiempo en la aldea natal de mi esposo. Anda tan desconectada que hasta me cuesta saber algo de ella— explica la sacerdotisa.

—Bienvenida, señora Kawakami— saluda Randolf, muy cortés y educado como suele ser ante Saya —Se encuentra radiante como siempre.

—Os veo muy bien— comenta Lianne a Eimi y Uwyn con una sonrisa entrañable —Qué envidia, tenéis unos hijos maravillosos. ¿Te importaría si me prestaras a Uwyn un par de años?

Es evidente para Eimi que Lianne bromea con robarle a su marido.

Se suceden los demás reencuentros, todos felices. Y a todos les va más o menos bien. También está presente Aeria, quien no pierde la ocasión de acercarse a Eimi. Tampoco falta el rey de Zival, acompañada por su consorte Blanca (antigua aventurera del gremio), su primogénito y heredero (ya que Marian renunció al trono para vivir con Faelan) y sus numerosos hijos. Además de la mayoría de los consejeros, entre los que se encuentra Lei Fong (quien no pierde la oportunidad para hacer chistes sobre su ceguera).

El salón principal está preparado para ir sirviendo comida y bebida, y todo bien decorado. Allí están trabajando los empleados de la nueva posada de Jurgen, quien abrió su nuevo local enfrente del gremio (todo para estar cerca de su hija Elsa, quien es actualmente una aventurera de rango S).

También hay montado un escenario, donde está Milene tratando de llamar la atención.

—¡Atención todos! Estamos aquí reunidos para conmemorar la gran victoria que tuvo lugar hace 18 años, cuando un antiguo mal que no debía nombrarse terminó siendo derrotado. Cuando derrotamos a Urske el Absoluto. Esto no habría sido posible sin vuestro esfuerzo, o la ayuda de los diversos actores con los que colaboramos, o con la indispensable intervención de los que ya no están aquí con nosotros.

Se os viene a la mente algunos caídos, especialmente Pyros del futuro, Kiara y Kathandrix.

Tras un momento de silencio para honrar su memoria, Milene prosigue.

—Bueno, ya que hemos honrado a los que participaron en aquella batalla, como maestra del gremio digo que empiece la fiesta.

—Un momento— interrumpe Nathan —¿No le dejaste el gremio a Sheppard?

Milene mira a Nathan con cara de fastidio.

—Sí, pero renunció hace poco para "pasar más tiempo con sus nietos" y me colgó el marrón. Si no fuera porque tengo montañas de dulces ahora estaría subiéndome por las paredes.

Nada más llegar busco a Shepard, para mi sorpresa soy la primera en llegar al gremio. He de presentar a mis hijos más pequeños con Milene, ya que han viajado menos por aquí que Yukiru, una vez hecha la presentación se van a montar la red de la pista de Tenis que construimos cuando Shepard estaba al mando.

Me quedo con Marina y Yukiru, quien le trae dulces para ganarse su favor. Se sabe que es bien complicado de ganarse a la diosa del capricho.

En cuanto llega Nor y compañía voy a saludar a los tres.

Bienvenidos, todavía queda mucha gente por llegar. Os presento a mi hija mayor Yukiru, y a Aelwyn, su esposo —digo yendo al grano, pero con bastante más expresividad y gracia que anteriormente—. Ya habéis oido de sobras sobre ellos, ahora podéis poner cara a Nor Knothole, Arcadia Azur y Silvia Feather, la compañera de la hija de mi otro yo.

Yukiru y Aelwyn en cinta

Continúo marcando distancias con mi línea temporal, es algo que siempre hice con gran ahínco, pero la presentación también indica a Creati que he guardado su secreto incluso para ellos, y que está en ella contarles más o no.

Kenzo y Amaya están montando la red de tenis con Alondra, Shinji y Uwyn, no sé si habéis oído a hablar.

Aelwyn toma de las manos a Yukiru, que se queda con Eimi después de dar un besito a su esposo, después de eso Aelwyn se acerca a Nor.

Encantado de conoceros, he oído mucho por parte de Eimi; sin embargo, como Erudito, me surgen mil preguntas a todos estos sucesos. Me encantaría conversar con usted y encontrar algunas respuestas, tendré una larga vida y siento que aun así este momento histórico será irrepetible, ¿le importaría?

Ha sido una fuente de inspiración muy fuerte para él, su motivación ha ido acompañada de sus sucesos.

Después llegó Nor Knothole, acompañado por Arcadia Azur y Creati, causando una gran conmoción. Por el camino se cruzaron con Pyros y Lianne, quienes coincidieron en el camino. Es bien sabido que Lianne ha estado centrada en la búsqueda de las almas desperdigadas de Urske, mientras que Pyros ha estado bastante centrado en su papel como archimago de la Ciudadela Arcana y máxima autoridad mágica.

De camino al gremio tengo un maravilloso viaje hablando con mis compañeras. Pero el viaje se vuelve todavía más interesante cuando nos cruzamos por el camino con la señora Lianne y el señor Pyros, quienes nos ponen al día de lo sucedido durante este tiempo. Aunque, en lo que a mí respecta, había podido cartearme y visitar de vez en cuando al señor Pyros.

Al llegar al gremio es indudable que noto la mirada de muchos de los presentes sobre mí, ya que las señoritas Arcadia y Silvia deciden entrar como habían comentado, sujetas cada una de uno de mis brazos. Dedico una sonrisa a los presentes junto con una leve inclinación de la cabeza. Ubico rápidamente a mis conocidos en la sala y me percato que la señora Eimi se acerca con su familia. 

 — Me alegro mucho de verla señora Eimi, está usted más radiante que nunca. Espero poder conocer al resto de la familia más tarde. — comento saludando a la hija mayor de la señora Eimi junto a su madre.

 Encantado de conoceros, he oído mucho por parte de Eimi; sin embargo, como Erudito, me surgen mil preguntas a todos estos sucesos. Me encantaría conversar con usted y encontrar algunas respuestas, tendré una larga vida y siento que aun así este momento histórico será irrepetible, ¿le importaría?

 Ha sido una fuente de inspiración muy fuerte para él, su motivación ha ido acompañada de sus sucesos.

 — Oh, me halaga enormemente. Por supuesto. Mientras esperamos a que llegue el resto podríamos charlar un rato. — Parece que la señorita Arcadia y la señorita Silvia están entretenidas y mi compañía no es requerida, por lo que puedo enfrascarme con esta joven mente. 

La fiesta se anima, vosotros habláis con vuestros antiguos compañeros. Os invaden momentos de nostalgia rememorando las vivencias que habéis tenido siendo miembros del gremio, momentos divertidos, momentos alegres, momentos amargos, momentos duros, momentos en los que salisteis de la situación tirando de coraje...

Hay muchos momentos amenos en la reunión. Como una nueva y divertida discusión entre Shinji y Havoc en el que se intercambian pullas e insultos ingeniosos. O cuando veis volando una llave inglesa cerca de Pyros, lazada por Naomi quien estaba mosqueada porque no haya ido a saludarla todavía (y luego se enfrascan en una conversación sobre las mejoras que le hizo a "Gepy"). O cuando Nizel y Arkan se juntaron de nuevo para hacer de las suyas, con Maya y Rasheda como cómplices. O Milene regañanado a Kia cuando ésta le robó algunos dulces y empezó a perseguirla.

—Hacía tiempo que no veía tanta alegría en algún sitio— os sorprende Aeria con su comentario, esbozando una sonrisa. Una sonrisa con un toque de tristeza del que cuesta descifrar el motivo pero algunos se imaginan los posibles motivos.

Uwyn frunce el ceño y, al igual que Eimi, notan esa extraña sonrisa de Aeria.

—¿Hay algo que va mal, Aeria?— pregunta el clérigo —Es mejor que no trate de evadir la respuesta, sabes bien que Eimi se preocupará.

Aeria dedica una sonrisa amable a Uwyn.

—No he podido disimularlo, ¿verdad? La verdad es que Marina y Silvano van a despedirse del plano mortal para regresar definitivamente al plano celestial, y me imagino lo duro que tiene que ser para ella despedirse de todos vosotros y de su hijo. Aun que por él estará tranquila, se ha vuelto un hombre hecho y derecho con mucho éxito en la repostería, y no es como si no fuesen a volver a verse nunca más. Tranquilos, estoy bien, solo un poco de preocupación por Marina.

De repente Kia se sube a la mesa, alterada.

—¡Me aburro! ¡Quiero desafiar a alguno de los espadachines más fuertes del gremio a un duelo!

Milene toma un pastelillo, le da un bocado, lo saborea con calma y mira de reojo a Kia.

—Mira, niña, tú ahora aún estás muy verde. Y baja de la mesa.

—¿Verde? ¡Entre Randy y yo podemos darle batalla a mi padre, y aún estamos mejorando!

Nathan deja a un lado la pata de jabalí que estaba devorando y mira seriamente a su hija.

—¿Crees que estáis preparados para un desafío serio?— le pregunta con mirada intimidante, emanando una presión aterradora que sobresaltan a aquellos que no le conocen.

Kia esboza una sonrisa desafiante.

—Por fin. ¿A quién me voy a enfrentar?

—A mí. Y puede ayudarte Randolf.

Randolf los mira con cara de espanto y mira de reojo a Keyleth, quien niega con la cabeza resignada.

—Lo siento, pero te va a tocar aprender la lección de la zoquete de mi hija.

—Pero... ¿maestra?

Nathan, Kia y Randolf se dirigen a la arena de entrenamiento tras tomar armas de práctica, y muchos vais a observar. Naomi pone en marcha un mecanismo que activa un campo de protección que rodea el terreno de combate.

—Con esto deberíamos estar tranquilos y a salvo— comenta la ingeniera antes de dirigirse hacia el terreno de combate —¡Tranquilos, podéis pelear con todo!

Mientras Kia hace ejercicios de estiramientos Nathan se quita la parte superior de su ropa para desvelar que lleva puesto unas fajas y unas muñequeras.

—¿Ah? ¿Llevabas una faja para disimular la barriga, papá?— se burla.

—Sí, ríete mientras puedas.

En cuanto Nathan se quita la faja ésta cae a plomo provocando un estruendo. ¡Tiene pinta de ser terriblemente pesado! Lo mismo hace con las muñequeras y luego con las tobilleras, las cuales también parecen pesar mucho. Kia se acerca para observarlas, trata de levantarlas y pone cara de espanto.

—¡Qué dem...! ¿Cuánto pesan estas cosas?

—Diez kilos cada muñequera y tobillera y cincuenta la faja.

El pelirrojo empieza a estirar y hacer estiramientos, y podéis contemplar su cuerpo hercúleo antes de que vuelva a colocarse la parte superior de la ropa. Empuña su arma e invita a los chicos con la mano izquierda que ataquen.

Y el duelo fue doloroso de ver, pues Nathan les dio una paliza tremenda sin apenas esfuerzo. Randolf quedó inconsciente rápidamente, pero Kia no dejaba de levantarse una y otra vez para volver a la carga sin cesar. Eimi y Nor recuerdan la historia de cuando Kiara conoció a Kathandrix, donde ella lo desafió a un duelo a muerte y el dragón hacía lo posible para que se rindiera sin matarla, pero ella no dejaba de levantarse una y otra vez... hasta que el dragón decidió dar por terminada la pelea rindiéndose.

Pero eso no iba a repetirse esta vez pues en la última carga de Kia, Nathan desató la Quinta Danza Zivalia, desapareciendo de la vista de su hija para moverse a gran velocidad alrededor de ella para después aparecer por su espalda y cargar para asestarle un golpe terrorífico, frenándose justo antes de golpearla.

La chica, impactada, cae de rodillas y suelta su arma. Nathan regresa a la normalidad y suspira, soltando vapor por la boca.

—Ésta es la fuerza que deberías aspirar a alcanzar algún día. Hoy por hoy aún estás muy lejos, te queda mucho trabajo y experiencia por delante.

Kia, lejos de mostrarse desanimada, sonríe emocionada.

—¡¡¡ESO HA SIDO ALUCINANTE, PAPÁ!!! ¡Cómo te movías con soltura, esos golpes aterradores, y luego cuando te envolviste de chistas y prácticamente te perdí y de vista para lanzar un último ataque fulminante! ¡¡¡SABÍA QUE ERAS FUERTE, PERO ESTO ESTÁ A OTRO NIVEL!!!

Kia observa a su padre con profunda admiración. Mientras tanto, Randolf observa el cielo tumbado y con evidente desánimo.

—¿Dónde diablos me he metido?

Keyleth se acerca a su discípulo y le ayuda a levantarse.

—Lo siento, Randy. Así son mi hija y mi marido.

Randy suspira y esboza una sonrisa.

—Qué remedio. Tendré que trabajar duro para no quedarme atrás y protegerla cuando lo necesite. Al fin y al cabo juré ser su escudo.

—Sí, todo esto está bien...— suelta Milene con cara de pocos amigos antes de señalar hacia la zona de entrenamiento, el cual ha quedado destrozado —¡Pero os habéis cargado el patio trasero! Bueno, da igual... de todos modos pensaba anunciar que me marchaba al plano celestial, así que este marrón no será cosa mía— acto seguido la diosa del agua señala a Nathan —¡Tú serás el próximo maestro del gremio, Nathan!

—Eh... ¿QUÉ?— responde la pareja al unísono, sorprendidos.

—La verdad es que me parece el más idóneo. ¿No te parece, cariño?— comenta Uwyn a Eimi.

—La verdad es que te pega totalmente. Enhorabuena, nuevo maestro del gremio— le felicita Pyros.

Nathan no sabe bien cómo reaccionar, cuando su hija tira de su manga muy ilusionada.

—¿Mi padre maestro del gremio? ¡Eso mola mucho!

Nathan se rinde tras ver la expresión de su hija y esboza una sonrisa. Mira de reojo a Keyleth y su esposa asiente con la cabeza.

—De acuerdo, acepto el cargo. Seré el nuevo maestro del gremio.

—¡Bien! Pues toda esta mierda es tuya y solo tuya— Milene toma una copa y la alza para brindar, y espera a que todos hagan lo mismo —¡Larga vida al cuarto maestro del gremio Pluma de Fénix!

Todos brindáis y celebráis el nuevo nombramiento y la despedida de Milene y Silvan.

Quién sabe lo que ocurrirá en años venideros. Habrá nuevos trabajos, nuevos peligros, amenazas y desafíos que afrontar. Y aventureros que seguirán rellenando páginas y páginas de epopeyas épicas que muchos leerán soñando con ser como los héroes de esas historias.

FIN