Partida Rol por web

Estaba por levantar la blusa de Sena y palparla cuando algo me separó de ella. -¡EEEeehh!- de la sorpresa pasé al desconcierto cuando vi la habitación del revés y entonces todo volvió a fundirse a negro.

Desperté desubicada y con un fuerte dolor de cabeza. ¿Había tenido un sueño húmedo? Sólo recordaba intentar meterle mano a Sena... -¡SENA!- todo había sido real, mi cráneo era la muestra de ello, además de las palabras de Keyleth. ¿Qué hacía ahí vigilando? ¡Como si fuese a hacer algo malo! -Creo que estoy viva- traté de moverme para tocar el chichón (o fila de chichones) pero  me fue imposible. -¡Eh! ¿Qué hago maniatada?- estaba indignada, pero mi cara cambió del cabreo al deseo cuando mencionó el desayuno. -Uhhhh, ¡COMIDA! Pero, ¿luego me dejaréis ver a Sena?

La elfa suspira.

 Sí, te dejaremos verla, pero no permitiremos que hagáis cosas indecentes. Recuerda que estás bajo los efectos de una droga, por mucho que no nos creas lo hacemos por vuestro bien - la elfa se levanta y te acerca un trozo de carne a la boca, sin desatarte ni nada - Anda, come. Ah, Haemi se fue esta mañana.

-¿Una droga? ¡Paparruchas! Lo que siento por Sena es real y puro, cual océano resplandeciente bajo el sol del amanecer- me puse poetisa, tras lo cual abrí la boca cual buzón para devorar el trozo de carne.

La noticia de que Haemi se había marchado esa misma mañana la dejó algo inquieta. ¿Cuánto tiempo llevaba durmiendo? -¿Se ha ido sola? ¿Se ha enfadado conmigo?- seguro que me odiaba... Después de todo mi amor había cambiado radicalmente de Haemi a Sena. "Pero el amor es así, un tsunami de sentimientos que golpea cuando menos lo esperas".

 Como decía, no nos crees - preguntas por Haemi, algo inquieta - Se ha ido con Uwyn y casi todo el gremio, el monje y esa chica rara obsesionada con la simetría.

La paladín siente escalofríos.

 Del gremio solo quedamos Cassandra, Eleanor y yo, aparte del paladín Brauer, su hijo y Zero. Por cierto, ya han limpiado tu ropa, no queda rastro alguno de la poción de amor - te señala con un muslo de pollo - Pero sigues en cuarentena.

La elfa vuelve a acercarte comida, el muslo con el que te señaló antes.

-Me abandonan por estar en cuarentena- puse pucheros mientras lagrimones caían de mis ojos. 

No entendía por qué se había quedado el resto en lugar de volver todos al gremio. -Oh, ¡entonces ya puedo volver a ponerme mi ropa super chachi guay!- rosigué cual conejito el muslo de pollo cuando lo acercó a mi boca, dejándola abierta en señal de que quería comer más. -No entiendo por qué estoy en cuarentena si no os voy a pegar nada...

No llego a presentarme, pues claramente sabe quién soy, así que asiento ante la idea de volver a cenar.

— ¿Vendrás al alba mañana o os quedaréis un poco más?

Llegamos al lugar y el plato está listo, cojo otro plato y me separo uno de los trozos. 

— Es mejor si supera sus problemas facilmente, ella podría solucionar los problemas del reino del aire... 

Me levanto y me voy a ofrecer el resto de carne a Laius, Brauer y Eleanor, que me pidieron que pidiera algo por ellos.

 Iré contigo. Mis padres también quieren irse mañana así que...

Regresasteis a la posada donde la cena ya estaba servida. Entregas la comida que no quieres tomar a los demás y disfrutas de la velada. Hasta que un estruendo procedente de arriba hace que alces la mirada. Te quedas clavada viendo cómo del techo asoma la cabeza de Anko, quien parece fuera de combate.

 ¿Qué has hecho, Cassandra? ¡Acabas de cargártela! - se oye de arriba.

 Para nada, hace falta mucho más que eso para acabar con ella. Hay que maniatarla y llevarla a su habitación antes de que recupere el sentido. De otra forma solo nos dará más problemas.

Baelor baja la cabeza y sigue comiendo.

 Es mejor no inmiscuirse - sentencia.

Tras la cena fuisteis a descansar. Te levantas a la mañana siguiente, y al bajar para desayunar ves que eres la primera. Poco después van apareciendo casi todos. Solo faltan Brauer y su hijo, Eleanor, Baelor, Cassandra, Keyleth, Anko y Sena. Una sensación de inquietud te invade al sentir a Maggie observarte con ojos lascivos.

 Buenos días, Haemi. Los que estamos aquí, salvo el señor de las alas de la entrada - señala con la mirada a Zero - regresaremos al gremio. Estuvimos hablándolo anoche después de que te fueras a dormir. Ah, parece que la señorita Maggie quiere venir y unirse al gremio.

Uwyn aparece a tu lado y esboza una sonrisa, lo que calma tu inquietud por aquella extraña chica.

 Mi padre se queda ya que Eleanor quiere quedarse con los paladines un poco más.

Palax esboza una sonrisa al escuchar aquello.

 Lo siento por él, pero es su deber protegerla y es muy dedicado en lo que respecta al trabajo.

Tras desayunar emprendisteis el viaje de regreso al gremio.

 ¿Que no lo entiendes? Ayer eras tú la única afectada por esa poción de amor, y cuando quisimos darnos cuenta Sena ya estaba infectada - te señala con dedo acusador - ¡Es obvio que eres tú el foco de la epidemia!

Te da de comer algo más y te acerca un vaso de agua.

 Cuando acabes de comer te desataré para que te cambies de ropa. Pero te aviso, intenta algo extraño y te aplacaré con mi escudo.

-¡¿EHHH?! ¿¿YOOOO??- la miré con ojos como platos, sacudí la cabeza con energía. -¡Pe-pero yo no hice nada! Ella olisqueó la ropa... Luego solo recuerdo que me la lanzó. Y seguro que fue la fuerza con que la lanzó lo que me enamoró- mi cara pasó a la de una boba enamorada.

Bebí agua con algo de torpeza, mojándome al final. -Es más difícil que te den de beber...- pero al menos tenía el estómago más contento que cuando me había despertado y por tanto yo estaba de mejor humor.

Pasan los días en los que te vigilan estrechamente, y a pesar de todo no logras encontrar la forma de escabullirte en la habitación de Sena por la noche.

Pasa el cuarto día tras el encargo. Te levantas algo más despejada de lo normal, pero maniatada. Ya no piensas en Sena y se lo haces saber a Keyleth, quien no se fía. Tras pensarlo un poco te conducen hasta la habitación de Sena, quien parece hacer vuelto a la normalidad, y os dejan a solas. No, ya no sientes amor por ella, y ésta confirma que está igual. Podéis escuchar a ambas guerreras suspirar aliviadas, y poco después escucháis a Eleanor preguntar por vosotras.

Tras liberaros bajáis a la cantina para desayunar. Cassandra coge el periódico para leerlo. Vas a pedir lo de siempre para llenar tu insaciable estómago.

 No... esto no puede ser verdad... - Cassandra deja caer el periódico horrorizada, retrocede un par de pasos, se gira y abandona la posada corriendo.

 ¿Cassandra? ¿Qué ocurre?

Baelor (quien al final no se había ido para cuidar de Eleanor) coge el periódico y frunce el ceño consternado.

 Creo que es por esta noticia. Anko, tendrías que mirarlo tú también.

El veterano guerrero te acerca el periódico, cuya noticia principal te impacta ya que te afecta directamente.

Había pasado los últimos días atada y vigilada. Eso se parecía más a estar en una cárcel que en una romántica luna de miel... Sin embargo, uno de los días en los que desperté noté la mente más despejada, como si hubiese sacado la cabeza de un bloque de yeso. Ya no sentía nada cuando pensaba en Sena, solo una profunda confusión. Se lo hice saber a Keyleth. Al principio parecía no tragárselo pero cuando vieron que nuestra reacción estando juntas era nula decidieron darnos el alta.

-¡Al fin libre! No te lo tomes a mal, Sena, estás de muy buen ver, pero que se despierten ese tipo de sentimientos por una poción es raro, dejas de ser tú mismo...- hice un movimiento con la mano para quitarle importancia, pero mi rostro no tardó en congelarse en una mueca de terror. -Mierda, ¿y ahora cómo le explico esto a Irvine? Al pobre, que lo llevo de calle cada vez que tontea o fantasea con otras chicas... ¡Decidido! ¡Seré mejor novia y más benévola! Intentaré no zurrarle más- "o al menos no tanto".

Estaba contenta, volvía a ser yo misma y volvía a pensar en Irvine como mi novio, la persona que más quería, sin que nada nublara mis sentidos. ¡Además, iba a desayunar! Pedí la gran ración de comida que solía ser normal en mí y me disponía a hincar el diente cuando Cassandra salió pálida de la posada y Baelor dijo que tenía que leer el periódico. Nunca lo había hecho, ¿qué habría tan importante? Me acerqué con curiosidad y comencé a leer el artículo, pero no pude terminarlo... Cuando vi esa inicial acompañada del apellido noté cómo todo mi cuerpo comenzaba a temblar y mi rostro se ensombrecía. -Yo... no tengo hambre- y sin mediar más palabra tomé el mismo rumbo que había cogido Cassandra. Necesitaba aire. Esto no podía ser cierto.

Sales a la calle tan pálida como Cassandra. No puedes creerlo, fijo es una errata del periódico y el fallecido es un tal I. Groswold o algo así. Pero ha especificado que era un soldado felino, y no conoces a nadie más excepto a Irvine.

Ves a Cassandra con la cabeza y los puños apoyados en la pared.

 Tiene que ser mentira, una treta de mi hermano. No pueden asesinarle así de fácil, es imposible - murmura intentando convencerse a sí misma.

Keyleth y Eleanor salen con vosotras, preocupadas.

 Lo siento mucho...

 No lo sientas. Debe ser un engaño de mi hermano para un plan suyo de esos maquiavélicos, seguro que se encuentra en un sótano riéndose mientras su plan se pone en marcha. Yo... hasta que no vea su cadáver me niego a creerlo.

Me habría gustado ser tan optimista como Cassandra, pero no podía negar que la pena me consumía lentamente conforme pensaba más y más en la situación. -¿Y cuál crees que sería ese plan?- pregunté con un nudo en la garganta y ojos lagrimosos.

Yo que pensaba ser una novia más considerada... Tendría que haberlo sido antes en lugar de corregirme a estas alturas... "Y ahora es tarde"

 No lo sé, pero pienso averiguarlo.

Cassandra se dispone a moverse pero Keyleth la retiene.

 Contrólate, Cass. Sé que es difícil asumir y aceptar la muerte de alguien querido, pero no te dejes llevar por un arrebato.

 ¿Un arrebato? ¿UN ARREBATO? ¡No te metas en esto, Keyleth! ¡No has perdido a nadie cercano, así que no sabes lo que se siente!

 Tienes razón, yo no he perdido a nadie cercano, por fortuna, pero tampoco voy a permitir que pase. ¿Qué planeas hacer?

 Voy a ir a casa de Marvin Watson a interrogarle. Es el amigo más cercano de mi hermano y ambos trabajan en inteligencia para el reino. Pienso negarme a aceptar la muerte de mi hermano hasta que no vea su cadáver con mis propios ojos. Pienso ir digas lo que digas, así que no me detengas.

 No pienso detenerte, pero iré contigo. Anko... ¿qué harás tú? ¿Volverás al gremio o vendrás con nosotras?

 Decidas lo que decidas quiero estar contigo ahora, Anko. Eres mi amiga, no puedo dejarte sola ahora.

-Gracias, Eleanor- dije en un murmullo, emocionada, mientras abrazaba a la joven elfa. ¿Cuándo había crecido tanto? Era la primera vez que realmente la veía como una joven adulta.

-Voto por ir a ver a Marvin. Puede que no sepa nada de los planes de tu hermano si se lo ha guardado bien, pero al menos podremos saber cuál fue la última misión en la que estuvieran y así poder ir y descubrir la verdad-, la terquedad de Cassandra hacía que yo también fuese capaz de ver una pequeña luz de esperanza a pesar de lo que me había impactado la noticia del periódico.

 Entonces está decidido. Prepararemos los pertrechos y regresaremos a la capital. Pienso llegar hasta el fondo de todo esto.

 ¡Sí, estoy con vosotras!

 En ese caso voy también. Mi deber es proteger a Lady Eleanor, pero os ayudaré si es necesario.

Y así los 5 termináis de desayunar (los que puedan y no hayan perdido el apetito) y partís para volver a Pelidia. El objetivo, interrogar a Marvin Watson y sonsacarle la verdad, si es que hay algo oculto.