Todo lo ves borroso. Te duele todo el cuerpo. Lo único que puedes ver es el cadáver de una forma monstruosa al fondo, y a tu lado dos personas, una de ellas estaba encapuchada.
Puedes sentir sus espíritus atormentados pero bondadosos, pero el del encapuchado te llama la atención: ¡su aura está cubierta de llamas blancas! ¿Qué diablos es eso?
Pero eso no importa ahora. Notas cómo tu vida se va extinguiendo y todo se va tornando oscuro.
???: ¡Eh! ¡Aguanta! - escuchas a duras penas al hombre de cabello largo, pero todo se va desvaneciendo. Lo último que ves antes de verte envuelta en la oscuridad es el grabado de su katana, la pluma de un fénix. A partir de ahí todo son imágenes confusas: un troll del vacío como el que yacía muerto cerca, brechas en el plano físico, espíritus que se apagaban... y varias plumas de fénix, como el que estaba dibujado en esa arma, ardiendo con fuerza, inspirando... esperanza.
Al despertar te encuentras tumbada en una cama. Parece una enfermería... ¿en un templo podría ser? Ves varias camas vacías, y otra ocupada por un anciano que duerme plácidamente, mientras una sanadora comprueba su estado. Al girarse te ve despierta y muestra una gran sorpresa.
Enfermera: Será posible... ¿estás despierta? - se acerca a comprobar tu estado - Vaya... parece que todo está bien. Es sorprendente. Llegaste aquí prácticamente muerta cuando te trajeron esos aventureros de Pluma de Fénix. Creíamos que jamás despertarías de ese coma.
Esto ha pasado hace un año
Había estado así quién sabe cuanto tiempo, a veces tenía conciencia de las voces, de las personas que le hablaba, otras, todo era oscuridad, y el tiempo y el espacio desaparecieron como conceptos, no sabía donde estaba, nada, hasta cuando sintió que comenzaban a hablar, y las voces se hicieron más cercanas, no si fueran las sombras proyectadas sobre la pared de una cueva, no, eran más y más vívidas. Incluso pudo notar como pasaban los días, pero no lograba abrir los ojos, pero al tercer día, abrió los ojos, y se vio en un lugar blanco, todo era demasiado luminoso, sus ojos tardaron bastante en adaptarse a la luz, y vio como una mujer se acercó a ella, y hablaba cosas que no comprendía, pluma, fenix...
- ¿dón.. dónde estoy? - preguntó, su voz apenas sonaba, le había costado hablar - ¿ quién es ud?...- preguntó despacio la joven, quería moverse,pero sentía el cuerpo entumecido.
- Estás en el templo de los 5 dioses. Yo solo soy una sanadora. Él y un colega suyo no han dejado de visitarte - te giras y ves a aquel hombre de pelo largo, dormido con un libro en sus manos - Comentó que guardabas cierto parecido a un antiguo amor suyo del pasado.
Aquella muchacha muestra una mirada extrañada.
- No me quisieron contar qué pasó, se limitaron a decirnos que te habían apuñalado tras librar una peligrosa batalla.
Aquel hombre sigue durmiendo apaciblemente.
- Por si te interesa saber cómo se llama, su nombre es Sheppard. Es un poderoso cronomante del gremio Pluma de Fénix.
Bajó la mirada, la sanadora la ayuda a levantarse, por lo menos hasta quedar sentada en la cama, mira sus manos, y su cabello, una gran trenza que descasa sobre su hombro y llega hasta el suelo, se toca la cara, e intenta recordar... pero no había nada, no había ningún recuerdo, era como si su vida hubiera comenzado en ese momento. Llevó sus manos a sus sienes y las apretó con fuerza, no recordaba, no sabía quién era ese hombre, ni nada...
- no... no sé de que habla.. no sé quien es ese hombre.. ni yo... no sé quién soy... - aprieta su cabeza, le duele mucho, todo estaba borrado, sólo algunas imágenes, plumas de fénix y llamas, nada más - ¿quién soy señorita? - levanta su mano y toma la mano de la mujer, la chica estaba helada.
- No te esfuerces - te comenta el hombre, despierto - Has debido de perder la memoria por el shock de aquella batalla por la que pasaste.
Sanadora: Es cierto. Deberías descansar, aún te encuentras muy débil.
- Por favor, señorita, déjenos a solas, yo me encargo de eso.
Sanadora: Como desee, señor Renard - la mujer hace una reverencia y se retira a atender a otros pacientes.
Aquel hombre te observa fijamente, quizás preguntándose varias cosas.
- No nos conocemos de nada. Un colega de mi gremio y yo te encontramos moribunda junto al cadáver de una bestia, a los pies de un tipo que huyó al vernos. Al llegar hasta ti vimos que estabas al borde de la muerte y actuamos rápido. Gracias a mi amigo logramos mantenerte con vida.
Se oyen unos pasos acercarse. Ambos alzáis la vista para ver a un chico alto y esbelto, de cabello rojizo.
???: Así que ella es la chica que andaba en coma tanto tiempo, ¿no, Sheppard?
- Así es, Nathan. ¿Qué haces aquí?
Nathan: Quería ver si podía hacer algo antes de irme a hacer el encargo.
Sheppard sonríe.
- Siempre tan dispuesto a ayudar. Eres tan buen hombre como tu abuelo.
Nathan: Solo echo un cable a mis colegas de gremio, no es para tanto - dice sonrojado, rascándose la cabeza. La verdad es que parece un tipo realmente agradable.
- Dices que te vas a un encargo, ¿a cuál de ellos?
Nathan: El de capturar con vida a Aldrix el dragón verde.
- Tiene pinta de ser una tarea complicada.
El muchacho pelirrojo resopla.
Nathan: Ya me dirás, tiene fama de ser extremadamente escurridizo. Perfectamente nos puede llevar 4 o 5 años completar el encargo, pero al menos está muy bien pagado. En fin... - se acerca a ti y se presenta con una reverencia - Soy Nathan Filofirme, un placer.
Accidentalmente puedes sentir su aura. Es diferente a la de Sheppard o la de aquel tipo encapuchado... ¡arde con gran intensidad, como si se tratase de una bestia mística! Te sientes abrumada pero no asustada, ya que no notas un ápice de maldad en él, si bien oculta un gran dolor.
Te comento, esto sería hace un año. Tras tu post te avanzaré un año el transcurso de las cosas
Escucha a esas personas, los hombres hablan de una batalla, realmente hablan mucho que la marean demasiado, que vuelve a recostarse en la cama y los queda viendo con un gesto ausente, pero luego les sonrió a ambos jóvenes, incluso luego de sentir esa intensa aura del segundo chico, era tan grande, tan... y algunas imágenes de la otra aura, - ay...- exclama sujetando su cabeza, siente un sudor helado recorriéndola.
- muchas... gracias...- cerró sus ojos y los quedó mirando - entonces... no saben quién soy.. cierto? - la respuesta era clara, no la conocían no sabían quién era, y volvió a sentir un cansancio terrible, la chica sin nombre se fue durmiendo, lentamente, pero esta vez, con una sonrisa en los labios.
Los dos observan cómo te quedas dormida.
- Debe ser duro para ella, no recordar nada. Y encima nosotros bombardeándola con información... va a necesitar tiempo.
Sheppard: Así es... además está muy débil, delicada - Sheppard se da cuenta de que Nathan la mira fijamente - ¿Ocurre algo?
- No sé, es una sensación extraña, como si fuese de alguna forma familiar o... afín, pero estoy completamente seguro de no haberla visto nunca. Me acordaría.
Sheppard: Hum... ya veo.
Nathan resopla por pura frustración.
- ¡Maldita sea! No puedo ayudarte en nada... si averiguo algo haré que Pyros se comunique contigo telepáticamente. Tengo que partir.
Sheppard: Ya veo. Supongo que no nos veremos en años...
Pasó el tiempo, en el que te recuperabas muy lentamente de las heridas.
Sheppard te visitó tanto como pudo pudo, aunque había temporadas en las que no aparecía por algún que otro encargo. También te visitaba con frecuencia un chico joven llamado Eloril Austin, muy agradable.
Una de las veces viste accidentalmente su espíritu y estaba envuelto en llamas blancas, como la de aquel encapuchado. ¿Sería él? No estás segura y no sabes qué significa, pero percibes que esa aura estaba llena de... existencia pura, vida, como si fuese un aura sagrada.
Al final pasó un año de lenta recuperación. Tu cuerpo está recuperado del todo y los sanadores te dio el alta, pero aún no recuerdas nada de tu pasado. Nadie vino a visitarte ese día, supusiste que habrán estado ocupados. Pero te hablaron mucho del gremio Pluma de Fénix, y que dispone entre otras cosas de una biblioteca muy completa y de gente dispuesta a ayudar en lo que haga falta. Ya es tu decisión si encaminarte o no a ese gremio, pero sientes deseos de ver a esas dos personas que procuraron que no te sintieras sola.
Bien, te lo dejo a tu elección. Si decides ingresar en el gremio concluiré la escena y te doy paso al gremio.
Estaba de pie, era una mujer preciosa, su cabello estaba suelto y caía hasta casi el suelo, la enfermera le había traído ropa, un lindo vestido blanco que caía por su cuerpo hasta el suelo también, con un lazo negro en su torso, y en sus mangas. Guardó algunos libros que le habían traído esas buenas personas y un peluche con el que había despertado un día y estaba a su lado, no había mucho más que echar en la maleta que le habían prestado. Guardó las cosas, y tomo su cabello en una trenza, tomó la maleta y pensó en que hacer, no tenía pasado, ni trabajo ni nada, sólo esa extraña habilidad que habia mantenido oculta, podía ver fantasmas.
No era agradable, en las noches despertaba asustada y rodeada de los fantasma de aquel templo, también a veces veía otros espíritus, o de muertos, había guardado silencio de esto, no quería asustar a la gente, así que suspiró simplemente y caminó saliendo de la sala, ahí, una niña oculta entre las camas se despidió de ella, así como los demás fantasmas de aquel templo, eran mucho...
Camino por las calles, tenía la dirección del gremio, ahí debían estar esas personas que tanto la ayudaron, además, quizás podría trabajar en algo, en lo que sea, imaginó...
Llegas a una de las calles principales y la sigues rumbo al centro de la ciudad. A lo lejos puedes ver el recinto del gremio. En el camino encuentras a una cara conocida, un hombre alto de cabello rojizo. Nathan, era su nombre. También recuerdas su extraordinario espíritu, puro fuego.
Nathan: Hum... vaya mala pata... como Nizel y Arkan se enteren se van a descojonar de mí durante una buena temporada... - dice con evidente mala cara. Al girarse te ve y, tras unos segundos, parece reconocerte. Esboza una cordial sonrisa y se acerca a ti - ¡Vaya, hola! Ha pasado mucho tiempo... ¿un año, puede ser? Veo que estás bastante bien. No sé si me recuerda, mi nombre es Nathan Filofirme.
Le recuerdas. Además has escuchado durante tu estancia ese nombre: un chico a la altura de su abuelo, el gran héroe, Lord Celdric Filofirme, haciendo hazañas y ayudando a la gente. No recuerdas los sucesos pasados pero por lo que te contaron ocurrieron muchas cosas terribles.
Llega a la calle principal, al final está el gremio, no le costó mucho hacerlo, y caminó entre las personas sin ser notada al parecer, y camina lentamente hasta dar con el chico de fuego, al verlo lo saludo con una reverencia, inclinándose hacia delante, a pesar de no recordar nada, tenia naturalmente modales muy educados, levantó la cabeza y lo quedó mirando, ellos le habían puesto White Snow, por donde la había encontrado y por el color de su cabello y piel.
- sí... claro que lo recuerdo...- murmuró la joven,- pero ud siguió yéndome a ver, ¿no? - le sonríe, mirándolo a los ojos, y le regaló una tímida sonrisa- no.. no sabía a donde ir, me han dado el alta y no tengo nada, pensé que podría conseguir algún trabajo aquí, - mordió su labio inferior, hablando sumamente nerviosa.
- La verdad es que solo vine a verla una vez. He estado mucho tiempo fuera por un encargo bastante complicado, pero ya ves, estoy regresando... - se rasca la cabeza sonrojado - Pues si quieres algo de trabajo, podrías unirte al gremio. No importa si no sabes luchar, hay todo tipo de encargos, muchos de ellos muy sencillos.
Te sonríe con amabilidad. Desde luego este chico es agradable, muestra total predisposición a ayudar. Su fama le hace justicia.
???: Van a atacarle... - escuchas una voz espectral detrás tuya. Te giras y ves el espíritu de una niña pequeña.
Un espíritu más... llevas tanto tiempo viéndolos que ya estás acostumbrada. Pero ese espíritu parece hablarte con urgencia.
Espíritu: Van a atacar a ese chico. Vencerá, pero saldrá gravemente herido. Avísale de que le van a atacar 3 hombres, uno de ellos un mago, para que pueda vencer sin problemas.
La voz del espíritu la asusta, y hace que se gire, dejando hablando al chico solo, por unos segundos, para ver a la chica y luego escuchar al chico, pero lo que le informa hace que se ponga nerviosa, no sabía como hacerlo, a veces había dado mensajes, pequeños, pero nada tan directo, tan extraño. Suspiró profundamente y dudo si hacerlo, pero el fantasma seguía en su espalda, helándola...
- lo van a atacar... tres hombres, un mago, ganará, pero saldrá mal herido...- le dice y lo queda mirando - debe tener cuidado y saber a que se enfrenta - traga saliva, y comienza a camiar hacia el gremio alejando de él, no quería que le hiciera preguntas, no podría explicarle ni nada, además, esperaba que ese espíritu no la siguiera y quedara en paz al darle aquella información al chico.
Nathan te mira extrañado.
- ¿Es que eres vidente? - tras preguntarte aquello inclina su cabeza esquivando un dardo envenenado que se clava en el suelo.
???: Tal y como se esperaba del nieto de Lord Celdric... ¡jajajajajaja!
La voz procede de 3 tipos con las caras ocultas, dos de ellos de pelo negro y corto, igualitos, y otro con el pelo más largo. todos llevan el emblema de una mano negra en sus túnicas.
- Asesinos de la Mano Negra... - Nathan desenfunda la katana que cuelga de su cinto, cuya bella hoja tiene un color áureo - Así que la mano negra envía a 3 nenazas.
Asesino: ¡Vaya! Tiene la lengua afilada. Esto va a ser divertido.
- Claro, será divertido ver cómo vuestro mago lanza conjuros que ni me harán cosquillas.
Mago asesino: ¿Acaso quieres comprobar mi magia en primer lugar? - aquel mago genera una bola de fuego.
Nathan te mira de reojo con una sonrisa confiada.
- Aléjate todo lo que puedas, me encargaré de esto en un santiamén.
Espíritu de la niña: Tiene razón, aléjate todo lo que puedas y observa el poder que una vez tuviste.
Ves cómo la gente se aleja aterrorizada del lugar.
Sí, he puesto dos imágenes repetidas para reflejar que dos de ellos son iguales.
Iba a salir corriendo pero esas personas aparecieron, y debió echarse hacia atrás, viendo como esos hombres atacaron al joven del aura en llamas, eran como el espíritu le dijo, dos hombres y un mago, estaban cargados de maldad y de muerte, habían sido culpables de muchas muertes, y sus auras estaban fisuradas por la maldad. El chico iba a atacarlos, y quizás si no le hubiera dicho nada, ahora estaría envenenado por ese dardo. Apretó los labios y retrocedió más y más, el espíritu le volvió a hablar..
- ¿el poder.. que tuve? - murmuró la joven, encogiéndose de hombros, no podía ser, ¿que poder?, ese espíritu sabía quien era ella... corrió para esconderse como le dijo el espíritu, pero la idea de dejar solo a ese chico le preocupó más, no podía dejarlo solo simplemente. Cerró los ojos, y se escondió tras uno de los árboles, pero aún podía ver al chico... - debes ayudarle.. por favor...- le susurra al espíritu de la niña. y sus ojos se tornaron blancos, mientras invocaba al espíritu de la niña para que fuera en ayuda del muchacho.
El espíritu se ríe y se gira hacia ti con mirada dulce, rechazando la invocación.
Espíritu: Tranquila, no necesita más ayuda. Vencerá con facilidad gracias a tu aviso.
- ¿A qué esperas, mago? ¿O es que solo sabes trucos de taberna? - por algún motivo Nathan no deja de provocarle.
Mago asesino: ¡Tú lo has querido! - el mago le lanza una bola de fuego a Nathan, dándole de lleno.
Te temes lo peor y apartas la mirada. Le van a hacer trizas, piensas. De pronto sientes una presión agobiante. Alzas la vista y ves que Nathan está rodeado de llamas y rayos, crepitando y chisporroteando continuamente a su alrededor como si se tratara de un aura de poder. Puedes ver y escuchar su espíritu, ardiendo con una intensidad impresionante y emitiendo un rugido ensordecedor... como el de un dragón. ¿Será ese el poder perdido que mencionaba el espíritu?
Asesino: ¿Qué diablos ocurre?
Mago asesino: ¡A mí no me preguntes! Debería estar frito.
El tercer asesino no había mencionado palabra alguna, parecía paralizado por el terror.
Tercer asesino: La... la hemos cagado... la hemos cagado... la hemos cagado... ¡¡¡LA HEMOS CAGADO, ES UN DRACÓNICO!!!
Nathan se abalanza con una velocidad sorprendente sobre el tercer asesino, al que agarra la cara a una mano con la izquierda y lo estampa en el suelo, hundiéndole la cabeza en el asfalto. Se pueden escuchar sus gruñidos monstruosos, mientras observa amenazante hacia los otros dos asesinos. Sus ojos están clavados sobre sus presas.
Espíritu: Éste es el poder que tuviste una vez y perdiste: la fuerza racial de los descendientes humanos de los dragones.
Objetivo: Nathan
Tirada: 3d6
Tirada: 2 2 4
Total: 8 = 8
Voy a frenar un poco la trama, a la espera de que avance Ruserly, ¿te parece bien? Cualquier cosa, coméntalo.
8 de daño, reducido en 3 por su armadura, y reducido a la mitad por su aura... solo recibe 3 de daño.
Salud de Nathan: 47/50
Y temió lo peor realmente, cuando esa bola de fuego fue lanzado en contra de ese chico quedó con el aliento contenido, más encima el espíritu no quiere ayudar, pensó que podría pedírselo, más cuando esa fuerza fue lanzada contra el chico, la fuerza de aquel ataque hizo que ella se levantara de su escondite y saliera hacia él para ayudarlo, pero no puede, ese poder era enorme y cuando se disipa, ella debe cubrirse la cara para protegerse, temiendo le peor, sin embargo el hombre estaba bien, y ahora atacaba a esos maleantes.
Levanta la cabeza y el espíritu le revela lo que era... ella era como ¿es chico?. se giró hacia el fantasma - ¿quién... quién soy? - preguntó con la voz temblorosa, pero algunas imágenes llegaron a su cabeza, algunas imágenes, voces, caras y ella controlando un gran poder. Soltó un grito, y cayó de rodillas, agarrándose la cabeza, cayendo desmayada en el suelo, el dolor fue intenso en su cabeza.
Mientras la muchacha yace inconsciente, Lady Keyleth, Kirara y Elyniel observan estupefactas la escena: ¡un tipo envuelto en llamas y relámpagos acaba de hundir en el asfalto a un asesino de la Mano Negra!
- Pero... qué rayos...
Elyniel sale de su asombro y sonríe de oreja a oreja. Parece que esto lo ha visto antes.
El tipo mantiene la mirada hacia los otros dos asesinos. Uno de ellos desenfunda su espada y carga como loco.
Asesino: ¡Te voy a rajar, desgraciado! - blande la espada con intención de atacarle, pero el dracónico blande su katana destrozando el arma de su contrincante, quien ve con horror que se queda desarmado. No puede reaccionar cuando el dracónico le agarra del cuello y lo estampa contra la pared con violencia.
El mago asesino sigue en pie, con los ojos clavados en aquella bestia, paralizado por el miedo. El dracónico se le acerca lentamente, envainando la katana. No necesita el arma contra él.
Mago asesino: Ma... maldito... - intenta lanzar un conjuro, pero el dracónico se le echa encima agarrándole de las muñecas, retorciéndoselas para inmovilizarle y causarle dolor - ¡¡¡GAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
Dracónico: Esto os pasa por atacar a un dracónico de Pluma de Fénix... - dicho eso le asesta un cabezazo contundente, dejándolo sin sentido. Él solo ha despachado a los 3 asesinos...
Elyniel: ¡Je! Por la voz diría que se trata de Nathan Filofirme, el líder del Pacto del Dragón.
El aura que rodea a aquel tipo desaparece, desvelando que se trata de un tipo alto, esbelto y de cabello rojizo. Él se acerca rápidamente a la muchacha que yace inconsciente.
Nathan?: ¡Eh! ¿Estás bien?
Kirara se fija en su mano derecha, en la cual... ¡lleva un anillo que brilla con intensidad! La elfa de cabello azul se gira hacia la paladín, pero ella parece pálida, con los ojos clavados en él, como si estuviera viendo un fantasma.
- Él... le vi morir... los orcos le... mataron por... rescatarme...
Salud de Nathan: 47/50
Todo vuelve a las sombras, pensó que había vuelto a caer en ese coma que le dijeron, en donde su cuerpo era la prisión de su alma, pero no, el dolor en su cabeza se hizo constante y cuando abrió de nuevo los ojos, para ella había pasado apenas un segundo,a pesar de haber estado instantes desmayada. Se siente en los brazos del chico, él le pregunta si estaba bien, pero la joven no le responde, tiene los ojos a media hasta y parece demasiado desorientada...
- no sé... qué... qué eres? - preguntó en un susurro, agarrándose de sus ropas, y jalándolas ligeramente - ella... dijo... que soy... como tú, pero no lo recuerdo..- susurró la joven, sus ojos rojos se llenaron de lágrimas, nadie podía comprender la impotencia y el miedo de sentir que no poseía pasado.
... Ese chico era una bestia... Habia terminado en un momento con esos... El anillo. *Miro a Keyleth, esperando a que haya contacto visual, de no haberlo me acercoa ella* Keyleth... Tú, ese chico... Lo que me comtaste y el anillo. El no es un fantasma, y... Creo que es el portador del otro anillo. Tu y el... Keyleth? Entonces empiezo a atar cabos... Puede ser que ese chico me lo haya mencionado Keyleth antes? * Tras intentar hacer reaccionar a la elfa, me acerco a la chica que está confusa.* Tranquila... Le encontraremos solución a eso, no te preocupes. Estás en muy buenas manos por lo que he podido ver... Mi nombre es Kirara. *Miro al chico esta vez, ya que no lo conozco. * Qué demonios ha pasado aquí? Eso ha sido tan... Increible... No se si esa es la palabra adecuada para definir eso...
- ¡Eh, eh, tranquila! - dice con delicadeza - No te fuerces. Sheppard me contó lo que te ocurre. Tómatelo con calma, ¿vale?.
La abraza y espera a que la muchacha se tranquilizase. En cuanto la nota más calmada, prosigue.
- Soy un dracónico, tataranieto del dragón que mora en la Montaña Roja. Ignoro quién ni qué eres, siento no tener esas respuestas.
En cuanto escucha a Kirara mencionar lo de los anillos, mira el suyo y ve el de Keyleth, y parece no tardar mucho en reconocerla y comprender la situación. Mira a Kirara con sorpresa.
- Espera... ¿has dicho que se llama Keyleth? ¿Keyleth Aldren? - su cara de sorpresa se convierte en otra de disgusto - Oh, mierda... Nizel me va a matar cuando se entere...
Kirara se acerca y se presenta.
- Encantado. Soy Nathan Filofirme, maestro de armas superclase, líder del Pacto del Dragón, y dentro de poco fiambre a manos de su hermano - dice refiriéndose a Keyleth.
Keyleth: Creí... que aquellos orcos te mataron hace unos 5 años - dice, aún con la sorpresa en el cuerpo.
- Lamento que creyeras eso. Sobreviví gracias a mi aura de dragón, lo mismo que utilicé contra estos asesinos.
Varios soldados aparecen alertados por los ciudadanos y proceden a arrestar a los asesinos de la Mano Negra.
- Aquí ya no pintamos nada, y ella necesita estar en un lugar más confortable. Sé que tenemos mucho de qué hablar, y os responderé en el gremio.
Nathan coge en brazos a White Snow e inicia la marcha, directo al gremio. Keyleth, Elyniel y Kirara le acompañaron. Tocaba regresar.
Fin de la escena. Ahora preparo post en Pluma de Fénix