Partida Rol por web

La noche había sido increíblemente maravillosa y Eloril fue un auténtico encanto durante toda la velada. Auriel se dejó arrastrar  hacia la playa y disfrutó del paseo y del baile bajo las estrellas. No eran los mejores bailarines del mundo, y tal vez la irregularidad de las dunas y el vino influyeron en que se pisaran varias veces, lo que fue realmente divertido.

Al llegar a la habitación se sonrojó y todavía más cuando le vio sonrojado a él. Le cogió de la mano y le condujo dentro. Le rodea el cuello con sus manos y le mira a los ojos.

-Recuerdas lo que me dijiste en las gradas, durante los torneos? -Auriel cree que es imposible que él sepa a qué se refiere, y le parece gracioso pensar que se pueda sentir algo apurado por un momento, aunque no es esa su intención. -Pues... yo también... quería decirte que... te quiero.

Le besa con ternura y luego se aparta unos pasos de él. Le mira con complicidad y se quita el vestido muy despacio quedándose en ropa interior. Después vuelve a acercarse a él y le besa con anhelo.

Eloril se sorprende cuando le coges de la mano, lo llevas adentro y le rodeas el cuello con tus manos. En cuanto escucha tu pregunta no sabe a qué te refieres y empieza a comerse el coco, cuando te escucha decir esas palabras y le besas.

Pone los ojos como platos cuando te apartas de él y te quedas en ropa interior, antes de que vuelvas a abordarle besándole con anhelo. Entonces él reacciona y se deja llevar con pasión, llevándote lentamente a la cama. En un momento se quita la ropa, se coloca sobre ti, mirándote a los ojos con deseo.

 Te quiero con toda mi alma, Auriel... - murmura antes de besarte intensamente y dejarse llevar por sus sentimientos en el que finalmente vuestros cuerpos tomaron contacto.

Despiertas la mañana siguiente, abrazada a Eloril. Decides remolonear unos minutos más, usándole de almohada. Él se gira y te mira con una dulce sonrisa, mientras acaricia tu brazo.

 ¡Hey! ¿Qué tal has dormido? - te pregunta antes de besarte con dulzura.

En los siguientes 3 días os dedicasteis a hacer turismo por Cala de la Sirena. Visitasteis el zoológico, el parque natural (donde visteis a Elyniel con el arco listo buscando algo con que cazar, hasta que Keyleth la noqueó y se la llevó a rastras), hicisteis un paseo en barco por la costa e incluso pasasteis por el casino, donde Eloril hizo una fortuna jugando al blackjack.

La segunda noche te llevó a cenar al restaurante del hotel, y en la tercera te sorprendió con una cena en la playa, aunque acabasteis llenos de arena por culpa de un golpe de viento. En la cuarta noche Eloril quería intentar de nuevo la cena en la playa, pero esta vez montando una especie de tienda para resguardaros de la "arena volante", pero antes de salir los dos con las cosas aparece por la habitación un empleado del hotel, con una nota.

 Siento molestarles, es un mensaje de Lord Byron.

 No se preocupe, gracias.

Eloril aprovecha para darle algo de propina al hombre, quien parece llorar lágrimas de felicidad al recibirla. Se despide de vosotros y sale de la habitación. Puedes escucharle fuera cómo murmura "pero qué buenos clientes son... snif... ¡no como esos dos elfos gorrones!".

Eloril abre la carta y lee la nota que tiene en su interior. Te preocupa la expresión que puso de sobresalto, y más aún cuando arrugó el papel y la tiró con furia. Rápidamente fue a preparar su petate.

 ¡Auriel, lo siento, pero tengo que regresar al gremio urgentemente! Quédate aquí.

Mientras prepara las cosas recoges la nota arrugada y la alisas para leerla.

Eloril, esto es urgente y muy grave.

Durante mi viaje he interceptado a un miembro de la Mano Negra. Al interrogarle me ha desvelado que su organización planea arrasar tu gremio. Al parecer su líder está interesado en Milene por algún motivo. Voy a reunir a la Liga de las Sombras con urgencia para enviaros refuerzos.

Por mucho que te diga que te quedes en el hotel a salvo sé que no lo harás, así que te pido que extremes la cautela y vayas con Frederick. No quiero perder a otro amigo.

Tras leer la nota decides ir con Eloril, diga lo que diga.