—¿Pero qué dices? Candy e Iris no van a venir, podría ponerse peligroso para ellas. Reiko me parece bien, ella parece muy capaz de valerse por sí misma, pero ellas no. Sobre todo Candy, me niego. Acaba de salir de una situación traumática y ahora necesita tranquilidad y mucho amor.
Reiko farfulla algo con la boca llena, pero no la entendéis. Traga lo que está masticando antes de intentarlo de nuevo.
—Vale, yo me apunto. ¿Y qué pasa con ellas dos? No estaba escuchando.
Debí tachar a Iris, pero supuse que entendería como mala idea llevar a una niña (vas y pretender ir con dos)
Saqué morritos ante la negativa de Elsa. No parecía posible convencerla de lo contrario...
—Vaaaale— alcé las manos en señal de paz. —Eleanor, ¿te apuntas?— hacía mucho que no compartía una misión con la joven elfa. Además, siempre parecía buena idea llevar un mago en el equipo. —Vosotras— miré de nuevo a las dos niñas —, ¡jugad mucho y pasarlo bien!
— Mientras no os pongáis en plan tortolitos— aunque eso seguramente supondría una disminución en las ganancias, cosa que no le gustaba en demasía a la piromante. Con todo, decidió no discutir, se encontraba de buen humor como para estropearlo tan temprano.
Se encogió de hombros ante la reacción de Athan. El lancero ya había expuesto de forma clara y contundente sus intenciones. Kally no pensaba quedarse atrás, por lo que después de observar a Eimi durante unos diez segundos, siguió sus pasos.
—Claro, contad conmigo. Espero ser de ayuda. ¿De qué trata el encargo?
—De localizar a un soldado desaparecido. A ver...— Elsa repasa a cada miembro —Guerrera, espadachina (yo), pícara y maga. Parece que tenemos un grupo equilibrado. ¡Ya tengo ganas de empezar! Voy a preparar las cosas que podamos necesitar, unas pocas provisiones y partiremos.
Pasamos al encargo.
Al final Eimi accede a unirse al encargo y los cinco os dirigís ahcia el cuartel para obtener más información al respecto.
Cierro la escena.