Partida Rol por web

  - ¡Keyleth!, rápido ven hacia aquí, te protegeré mientras tanto.

  Cargo el arco con la flecha y la suelto, todo indica que le va a dar, ahora sólo queda rezar para que le pueda hacer daño...

La flecha de Myrth sale a gran velocidad y se clava en la pierna del cazador de dragones, quien empieza ahora a verse en problemas.

*Preparo el conjuro y lo lanzo sobre Keyleth* No se rá de mucha ayuda... Pero algo he hecho. Espero que te ayude...

Keyleth se siente revitalizada gracias al conjuro curativo de Kirara.

- ¡Gracias! - la paladín esgrime su arma con sus dos manos y ataca a Exalder, haciédole un rasguño en la cara - ¡VAS A PAGARLO CARO! Soy la paladín esmeralda, y vas a pagar por tu crimen.

- Exalder: ¡Je! Vais a morir todos... ¿dices ser una paladín? ¡Defiendes a una bestia sanguinaria! No eres más que una maldita elfa que juega con una espadita y una armadura.

Una figura se abalanza sobre Exalder, estampándole contra el suelo de forma violenta y colocando la hoja de la katana en su cuello. Aquella persona también estaba envuelta en llamas y rayos, pero su rostro es mucho más familiar para vosotros...

Nizel: ¡Eres un tardón, Nathan!

Nathan mira hacia Exalder con una ira indescriptible. Parece dispuesto a rebanarle el cuello con su katana.

Nathan: No hay honor en cazar a un dragón pacífico, maldita escoria...

Exalder intenta forcejear, pero un lobo negro le gruñe junto a la cara.

???: ¡Shadow! Si intenta algo arráncale la cara a dentelladas - la voz procede de una muchacha que se acerca detrás de vosotros.

Keyleth: Es... es ella...

Nizel: Cuánto tiempo sin verte, Anna.

Exalder mira a Nathan con furia, pero finalmente cede y su aura de dragón se desvanece.

Exalder: De acuerdo, me rindo. No me cobraré la vida de este dragón... de todos modos ya está acabado.

Nathan retira la hoja y deja que aquel tipo se incorporara y empezara a retirarse.

Nathan: Escucha atentamente. Vuelve a tocar a un dragón amigo mío, y la próxima vez no tendré compasión alguna.

Exalder no responde a las palabras de Nathan y se aleja caminando, cruzándose a vuestro lado.

Xai Yin va corriendo a acercarse al dragón.

Xai Yin: ¡Papá! ¡Papá! Aguanta, ya estoy aquí...

Nathan observa al dragón, preocupado.

Nathan: Esto no tiene buena pinta... ¡acercaos, deprisa!

*Me acerco junto con la niña pequeña. *
Me da rabia creer que no puedo hacer nada. No me enseñaron a ser sanadora para no poder curar a alguien. Se lo había prometido a Xai...
Dejadme ver... *Busco en mi mochila*
De verdad no serviria de nada que intentase curarle?

- Tú sola no, pero con 5 sanadores sería posible. Conmigo seríamos 2 - afirma la druida, decidida.

Xan Yin: ¡Yo también puedo curar! ¡Quiero salvar a mi papá!

Keyleth: Soy paladín, y como tal debería conocer conjuros curativos, y es el caso.

- Somos cuatro... - mira a Myrth y a Maya - Mierda...

Nathan: Después de irte a aprender de ese druida, estuve aprendiendo con mamá. No soy el mejor curando, pero...

- ¡Eso es fantástico, hermanito! - se gira hacia el dragón y le acaricia el hocico - Aún hay una opción de salvarte la vida, lo intentaremos. Atentos, tenemos que lanzar todos a la vez un conjuro de curación. ¡No importa cuánto maná quememos!

Xai Yin, Anna, Keyleth y Nathan colocan sus manos sobre el dragón, preparados para lanzar sus respectivos hechizos curativos.

*Pongo las manos sobre el dragón y sonrio. * Benditas coincidencias... Menos mal que somos 5.

Todos se concentran y usan todo su maná en intentar curar al dragón... excepto Xai Yin, quien parece demasiado nerviosa y no atina a invocar el conjuro.

Xai Yin: ¡Vamos! Tengo que curar a papá... ¿por qué no me sale? ¿POR QUÉ NO ME SALE?

La pequeña empieza a ofuscarse intentándolo una y otra vez, hasta que todos se quedan sin energía. El intento ha fracasado.

Xai Yin: No... he fallado... te he fallado papá... - dice con abundantes lágrimas abrazando al dragón

Xai Yin llora desconsoladamente abrazando a su padre dragón.

- Xai Yin... no te sientas culpable. Hiciste todo lo que pudiste, mi niña - con su hocico dedica una delicada acaricia a la pequeña - Esto era inevitable, estaba escrito en el destino...

Xai Yin: ¡Yo no quiero perderte! ¿Qué será de mí?

De los ojos del dragón caen lágrimas de tristeza.

- Lamento tener que dejarte, pero no estarás sola. Seguro que el gremio al que pertenece Nathan te acogerá con los brazos abiertos.

Xai Yin sigue llorando sin parar.

- Por favor, lleváosla. No quiero que lo último que recuerde de mí sea mi cadáver.

Nizel se acerca a Xai Yin y se la lleva en brazos. Ella continúa llorando en su regazo.

Todos empezáis a abandonar la caverna.

- Nathan... en honor a mi amistad con tu tatarabuelo, quisiera pedirte un último favor.

Nathan se gira hacia el dragón.

Nathan: Por supuesto, Balfer-Ark. Chicos, ya os alcanzaré.

Empezáis a ir saliendo de aquella caverna yendo por la gruta, en dirección a la salida de aquellas cuevas. Todos os sentís cabizbajos e impotentes, no pudisteis evitar que aquel cazador consiguiera su objetivo... ¡y para colmo Nathan le dejó ir!

¡IAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - Keyleth grita por pura frustración, pateando una piedra furiosa.

Nizel trata de mantener la calma, tratando de tranquilizar a la pequeña. Se gira hacia Kirara.

Nizel: Me temo que la semana de relax se ha fastidiado... lo siento Kirara...

  La verdad es que no me siento del todo triste, pero sí puedo entender por lo que está pasando la pobre niña y siento un poco de pena por ella, pero desgraciadamente no puedo hacer nada mas que tratar de consolarla. Pongo mi mano en su cabeza, me agacho para mirarla a la cara y mientras el acaricio le dedico una sonrisa para tratar de tranquilizarla.

  - Tranquila pequeña, ya verás como en el gremio harás amigos y lo pasarás bien, encontrarás mucha gente que querrá ser como tu familia y hacer reír a todas horas.

Lo imaginé desde que empezó. No te preocupes... Tampoco estoy de humor ahora mismo... No des pues de... Te importa que suerma conmigo ella?
*Cabizbaja y algo triste intento poner una sonrisa tan falsa que ni ebisu se la creeria*
Igual si ha perdido al padre... Puedo ser su "madre" o protectora...

- Por favor, eso ni se pregunta... no me importa dormir en el sofá o en un árbol, descuida - acaricia a la pequeña con ternura mientras se la lleva fuera.

Keyleth y Anna se detienen un momento en la salida para esperar a Nathan. Él no tarda en aparecer, con mirada sombría y cabizbajo.

Keyleth: Nathan, ¿qué quería...? Oh, cielos... - se fija en que Nathan tiene la katana desenfundada y manchada en sangre.

Nathan: Me pidió que acabase con su agonía...

Nathan suelta un grito de rabia antes de caer de rodillas. Keyleth se acerca a él y le abraza, tratando de consolarle.