Partida Rol por web

- Oh, claro, no recuerdas... en realidad eres una dracónica, humana descendiente de dragones. El día que perdiste la memoria, según el informe que me enviaste el día anterior, te dirigías a Pelidia para fingir que cumplías el encargo de acercarte y asesinar a Sheppard para indagar desde la distancia. Lo que te pasó durante el camino lo ignoro, te dimos por muerta hasta que te encontramos en el templo.

Suspira.

- Lamento no ser de más ayuda. Me fastidia ver a mis subordinados pasarlo mal. Solo puedo decirte que seas fuerte. Esa fuerza la tienes en tu interior, en tu ser, en tu personalidad. Aunque no lo recuerdes, lo tienes. Solo has de sacarlo cuando te encuentres con las adversidades.

Respiró algo más calmada, y tomó las manos del hombre, sabía que lo apreciaba aunque no lograra saber de donde o porqué apreciaba así. Snow  suelta al soldado, y se pone firma - averiguaré cuanto pueda, ellos no saben que he perdido la memoría, por lo menos eso me hizo ver aquel hombre, haré todo lo que pueda, quizás pueda recordar  mi vida también...-inclina su cabeza, y ambos salen dela habitación, ella debía buscar al conde, lamentaba el hecho d que tendría que ocultarle la verdad, pero era lo más seguro para él.

Caminó por el aspillo, Ray saldría después para no despertar sospechas, y ella avanzaba, aunque pasó su mano por su vestido,  se había estropeando. ¿dónde estaría Sheappar?. Pobre hombre, la vida lo ha castigado más de la cuenta ya muchas veces.

Sheppard aparece en la parte de abajo de las escaleras. Al verte, sube corriendo hasta ti, deteniéndose justo enfrente. Coloca las manos sobre tus hombros, con dulzura. Por sus ojos puedes ver que ha estado preocupado por ti.

- ¡White! ¿Se encuentra bien? ¿Qué le ha pasado?

Al verlo correr hacia ella, teme que le hagan algo, pero termina abrazándolo, ocultándose en sus ropas - me senti muy mal, la discusión me puso así... y comenzó a sangrarme la nariz, debí buscar donde limpiarme, pero no encontré, este lugar es muy grande - pone carita de niña buena, aún tiene rastros de sangre en el rostro, y le sonríe, separándose de él - lo lamento, quizás estropee la misión...¿aun quieren escucharme? - se encoge de hombros y comienza a bajar las escaleras.

Sheppard: No se preocupe por el encargo. Lo primordial es usted, señorita White.

En cuanto bajáis las escaleras, el embajador se reúne con vosotros.

Embajador: Si la intérprete se encuentra mejor, me encantaría que nos deleitara con otra exquisita pieza - el embajador se dirige a ti sonriente - No se preocupe, aquello fue algo violento, lo entiendo. No debe preocuparse por el señor Reacher, ha ido a la sala contigua.

Agradeció a las palabras de ambos hombres e inclinó su cabeza, caminando de vuelta al salón. En verdad le preocupaba la presencia de aquel hombre, la perturbaba, pero ya tenía las cosas más claras, sabía porque era tan molesta la presencia de aquel sujeto. Entró de nuevo en el salón y se puso en el escenario, para  tomar su flauta, la que nunca había soltado y deleitar a los presentes con su música. Puso la boquilla en sus labios y comenzó a tocar, no tenía partituras, las notas las recordaba, su cuerpo las recordaba y nacían con naturalidad de sus dedos delgados.

Sheppard vuelve a lanzar las copas y la vajilla al aire y vuelve a ralentizar su movimiento, pero esta vez hace que giren en círculos creando otro increíble espectáculo visual.

El encargo está siendo un verdadero éxito gracias a tu talento musical y las habilidades únicas de Sheppard, pero la animación se va al traste bruscamente cuando uno de los invitados es alcanzado por una flecha de plumaje blanco y cae inerte al piso. La gente empieza a gritar por el pánico y a correr por todos lados. Algunos señalan hacia la planta superior, donde hay apostado un encapuchado blanco empuñando un arco élfico.

Invitado: ¡ES PLUMA BLANCA!

El general Aldren y varios guardias sube para intentar capturarle, pero éste salta a la planta inferior, cayendo prácticamente a tu lado. Antes de que pudieras reaccionar te coge y te lleva de rehén, con una daga apuntando a tu cuello.

Pluma Blanca: ¡No os acerquéis!

Sheppard: ¡White, no! - Sheppard extiende las manos y empieza a recitar un conjuro, pero se detiene al darse cuenta de que no le queda energía para ejecutarlo - Maldición... ¡Ni se te ocurra hacerle daño!

Pluma Blanca te lleva contigo por la cocina, salís por la salida de servicio y te arrastra hasta la verja de la parte trasera, donde hay unos barrotes cortados. En cuanto salís te suelta y rápidamente empuña su arco con una flecha preparada, apuntándote al corazón.

Pluma Blanca: Dime qué relación tienes con Darill Reacher... ¡rápido!

El nerviosismo te invade, una vez más. Ese hombre parece dispuesto a matarte sin dudarlo si no respondes. Pero entocnes el espíritu de un niño se pone entre vosotros.

Espíritu: No lo hagas, papá. Ella no es mala.

Pluma Blanca: ¡Apártate, Tim!

Un momento... ¿puede ver ese espíritu? Parece que aquel tipo está titubeando. Puedes ver el espíritu de aquel, esta movido por la venganza, roto por una gran pérdida, pero que no es maligno pese a todo.

Espíritu: No, papa. Ella no es mala, también puede verme - se gira hacia ti - ¿Verdad?

Los aplausos no se hacen esperar, ella había hecho muy bien el encargo y estaba disfrutándolo, porque sentía que era parte de su pasado, a pesar de que su pasado estaba a su alcance, un paso extraño, lleno de  intrigas de las que no se sentía parte. Tocaba su música hasta cuando escucha un grito y siente una fuerza que la jala hacia atrás, White se asusta y suelta su flauta la que va a dar al suelo, rodando y sonando asonante. 

El frío toque de la daga la hace respirar profundo, pegándose al cuerpo de aquel hombre que amenazaba con matarla. La chica no gritó, quedó en silencio mientras la jalaban hacia la salida. Sheppard intentaba  detenerlo, pero ella de todas formas era arrastrada lejos, hasta la parte trasera en donde la empuja contra unos barrotes, Swon choca y caey queda mirando al hombre.. le pregunta por el suegro de Sheppard. 

Snow no le responde nada, sólo se queda agachada, ese hombre realmente amenaza con matarla, y fue cuando vio al niño aparecer y le decia que no le hiciera daño, lo sorprendente es que ambos podían ver al espíritu. White sigue con sus ojos clavados en el sujeto, sin moverse.

- no puedo contar nada...- exclama entre dientes, molesta, altiva, sus ojos brillan - pero sé que puedes ver mi aura, no miento, pero en verdad, no puedo decirte nada -  se va lentamente colocándose de pie - suelta esa arma, no eres mala persona... y no me defenderé...-

El hombre te mira fijamente al escuchar tus palabras.

- ¡No sé de qué me hablas! Yo no veo ningún aura... pero no me parece que seas amiga suya...

Espíritu: Papá, ella es una medium. Puede ver y hablar con todos los espíritus. Puedo ver su aura, no es malvada... no puede ser amiga de ese hombre malo.

Aquel hombre parece dudar, y finalmente baja el arco y guarda su flecha.

- Mantente alejada de Darill Reacher. Si realmente eres una medium y puedes ver las auras como dice mi hijo, verás que él es extremadamente malvado.

Y con esas palabras aquel tipo se aleja corriendo. Poco después aparecen varios guardias persiguiéndole. El espíritu de ese niño sigue allí.

Espíritu: Mi padre no es un medium, solo puede ver los espíritus de mi madre, mi hermana y yo. Nos asesinaron y él solo busca justicia. Sentimos que te haya asustado.

El espíritu se desvanece. Sheppard aparece por el agujero entre los barrotes con agilidad, se acerca a ti preocupado y te abraza.

Sheppard: Gracias a los dioses, se encuentra bien, Snow. ¿Le ha hecho algo?

Pobre hombre, estaba atado a los espíritus de sus familiares muertos, cargando con sus muertes, Snow se quedó en silencio, y asintió al niño, él podía darse cuenta de quién era ella y se lo dijo a su padre, eso la salvó de ser asesinada, - vayan... deben irse, los guardáis ya vienen - mueve sus manos, y el hombre sale, escapa y el niño sigue ahí - ve...- murmura la chica, y el espíritu desaparece.

Snow cae de rodillas, estaba temblando por lo que había vivido, y sentía su corazón aún bombeando con violencia, cuando escucha a Sheappear que al verla,  corre hacia ella y la abraza, ella se acomoda en sus brazos, apoyada en su pecho - estoy bien... me confundió de persona, no es mala persona, dile a los guardias que no lo persigan por favor...- le imploró al hombre, mirándolo a los ojos, esperando que pudiera acceder a su petición.

- No puedo hacer nada aunque quisiera, no tengo tanto poder de influencia - lamenta - Ha asesinado ya a 5 personas y ofrecen mucho dinero por su cabeza. Aunque sus víctimas sean malvadas, él ha cometido crímenes y la justicia lo busca. Lo que yo diga no serviría de nada... de todos modos trataré de comentarle al general Aldren.

El embajador se acerca a vosotros.

Embajador: Menudo susto. Me alegro de que la intérprete se encuentre bien, estaba convencido de que encontraríamos su cadáver.

- Lo lamentamos, pero no nos encontramos en condiciones de seguir entreteniendo a los invitados.

Embajador: No se preocupe, la fiesta se fue al traste - se ríe - Al menos tendrán de qué hablar. En fin, me encargaré de ingresar vuestro pago a Lex, habéis hecho un gran trabajo. Tened cuidado en el regreso.

El embajador se despide de vosotros y regresa al edificio. Sheppard te mira y acaricia con delicadeza tu rostro.

- Se está haciendo tarde. ¿Le importa si la invito a pasar la noche en mi hogar? Está cerca de aquí.

Si,había notado que tenía su aura con sangre, pero no era una mala persona de todas formas, pero la venganza tampoco era correcta si no se hacía correctamente. Sin embargo comprendía su labor y porqué la estaba buscando, aquel hombre, Darill Reacher,era peligroso y no había que ser demasiado listo para darse cuenta que seguramente su familia fue asesinada por Mano Negra. La joven se quedó entre sus brazos, y escuchó como los guardias pasaban corriendo para poder cazar al vengador.

- está bien...- murmuró, antes de que el embajador apareciera, él les pagaría de todas formas, y Snow se separó del mago e inclinó su cabeza, agradeciendo  al embajador.

- pues está bien, no tengo donde quedarme ahora - le dice al hombre, sonriendo sonrojada, si tuviera donde quedarse, no aceptaría, pero estaba ya cansada, eran demasiadas emociones en tan poco tiempo.- vamos por mi maleta, y de ahí..a su casa, necesito descansar, ha sido mucho en un sólo día - le confiesa abiertamente  caminando  de vuelta al edificio.

Tras recoger tu maleta acompañas a Sheppard hasta su mansión. Realmente no estaba lejos, apenas a unos cinco minutos. Se trata de una mansión grande pero no muy ostentosa, quizás con un ambiente bastante solitario.

Nada más llegar a la puerta os recibe el personal de Sheppard.

Sirviente: ¡Qué sorpresa verle, mi señor! Veo que trae compañía. ¿Planean quedarse esta noche en casa?

- Así es. Por favor, lleve a la señorita White a una de las habitaciones de invitados.

Sirviente: Así haré. ¿Necesita algo más?

- No, ya es tarde. Preferiría que descansara.

Sirviente: Es muy amable, señor - se gira hacia ti - Por favor, acompáñeme, señorita.

Acompañas al sirviente hasta que te lleva a una ampla habitación, consistente en cama, tocador con espejo, un amplio armario, un par de mesitas, sillón, silla y escritorio.

Sirviente: Si necesita algo, solo tiene que avisarme, señorita White - dice amablemente antes de retirarse.

Ni siquiera empezaste a acomodarte cuando tocan la puerta. Al abrirla era Sheppard.

- Espero que todo esté a su gusto, señorita White - te mira fijamente - Cualquier cosa que necesite, estaré dispuesto a ayudarla en lo que sea.

Sheppard se te acerca un poco como si quisiera besarte, pero se detiene a escasos centímetros. Es como si dudase. Finalmente decide no hacerlo, no era apropiado, y además podría causarte más estrés. Había sido un día duro y no piensa con claridad.

- Que descanse, señorita White - con aquellas palabras y una leve reverencia con la cabeza se gira para dejarte sola en la habitación.

Llegaron a una hermosa mansión, el lugar era precioso,  y ella miraba a todos lados asombrada  y luego miraba al mago, sorprendida por el lugar, y el jardín que antecedía a la mansión, los rosales eran preciosos, y ella se quedo viendo uno en particular, uno de hermosas rosas blancas. Llegaron a la entrada y un sirviente salió al encuentro, Snow inclinó su cabeza, y  lo saludó,  viéndolo a los ojos, era un hombre de mansa aura, una buena persona.

Fue conducida por los pasillos por el sirviente a la invitación de invitados, dentro, la belleza de la decoración saltaba a la luz, era un lugar elegante, se notaba que habían años creando ese lugar, y vio uno que otro fantasma, pero que aún no se le cercaban, seguramente estaban atemorizados. Ya en la habitación la joven dejo su pequeña maleta en la cama, y agradeció al amable hombre.

Fue devuelta a la cama y abrió la maleta, estaba el peluche, la flauta, dos libros y  un poco de ropa interior, nada más había en esa pequeña maleta. Suspiró, tendría que comprar ropa, y esperaba que ese pago le ayudara para poder tener algo más que usar que un vestido sucio. La puerta se abrió y ella se giró, era el conde, y ella se acercó hasta la mitad de la habitación, Sheapperd también se acercó.

-todo es perfecto, es mucho más de lo que puedo pedir- le dice, y baja unos segundo los ojos, pero cuando lo ve, él se acerca para besarla, y Snow se asusta, era un beso, de él, su corazón se acelera, pero sabía que él aún  a su esposa, así que se empinó y besó su mejilla, pero cerca de sus labios, eso último fue involuntario- muchas gracias... me ha ayudado mucho... mañana buscaré en donde quedarme- susurra, sonrojada pero mirándolo a los ojos.

Sheppard: En el gremio pueden darte una habitación sin problema, no se preocupe por eso. Buenas noches - dice con una amable sonrisa, un poco sonrojado aún por la situación anterior, antes de abandonar definitivamente la habitación.

Finalmente te echas a la cama, y no tardas en quedarte rendida.