Partida Rol por web

 Lo entiendo perfectamente, caballero, y tiene razón - ¡te ha llamado caballero! - De hecho procuro evitar acercarme a lugares poblados aparte del gremio de pasteleros, ya que me conocen. De hecho ellos me proveen de dulces, pastitas y bolsas de hierbas aromatizadas para hacer té - esboza su mejor sonrisa. Con esa cara definitivamente no da sensación de ser peligroso - Será mejor que regrese a mi morada. Si desean visitarme pregunten a los del gremio pastelero, saben dónde está mi cueva.

 He oído hablar de ellos. Creo que antiguamente eran bandidos de la banda del Hacha Sangrienta que decidieron redimirse.

 Precisamente. En realidad son buenos tipos que fueron muy mal liderados y aconsejados. Capitán, espero que no planee tomar medidas contra ellos.

 Han tomado parte de muchos asaltos con violencia, incluso con asesinatos. Pero es cierto que llevan mucho tiempo sin causar problemas - reflexiona un momento sobre esa cuestión - Puede que lo deje estar mientras no vuelvan a las andadas y sigan dedicándose a repartir y vender dulces por los caminos.

 Me alegra que les de una oportunidad, capitán, es usted una gran persona. Bueno, será mejor que me vaya antes de que cause una conmoción o se me haga tarde. Ha sido un placer conversar con ustedes, que tengan un buen día.

Y con un cortés gesto el trol se despide y vuelve por donde vino.

 Y se fue... jamás pensé que dejaría marchar a un trol, y menos aún que me entren ganas de hacerle una visita. ¿No crees? Y gracias por la ayuda, Hun Tor

El reptiliano todavía trataba de asimilar lo ocurrido cuando el trol se despidió y habló del gremio de pasteleros. Le surgió la duda de si aquel corpulento pero educado trol era capaz de pelear. La fuerza de un trol y la disciplina y conocimientos de un caballero... -Pensó cuando lo vio partir.

-Fascinante, sí.- Le respondió al Capitán Frost. Entonces pensó en los orígenes del gremio de panaderos, si esto fuese su tribu, lo raro sería que ningún adulto que no se dedicase al mundo espitirual no hubiese participado en algún conflicto. Las tribus eran tremendamente conflictivas. El impresionante tamaño del imperio del fuego le dejó perplejo cuando lo conoció acompañando a Rakko.

Entonces se inclinó ligeramente, serio como siempre, y respondió a Frost asintiendo con la cabeza.

 Entonces vayamos regresando, el incidente con ese trol tan culto y educado ha interrumpido la patrulla de práctica, y estoy seguro de que mis reclutas estarán preocupados.

El capitán inicia el camino de regreso al poblado, en cuyo camino os encontrasteis con un par de guardias armados con espadas y antorchas prendidas (para quemar y anular la regeneración del trol, supones), pero tras las explicaciones del capitán las caras de los soldados fueron de profunda incredulidad.

Mientras llegáis al poblado uno de los soldados explica que otros dos aventureros fueron a encargarse del tema del secuestro, y que ambos eran felinos.

 ¿Dos aventureros felinos?

 Sí, capitán. Vania se está ocupando del tema.

 Vale, deje que me ocupe primero de este aventurero que ha sido de gran utilidad - te dirige la mirada con una sonrisa afable - Me has sido de gran ayuda, aportando conocimientos y experiencias a mis jóvenes reclutas. Son bastante inexpertos, y casi nadie ha salido nunca de Retiro del Dragón. Si no te importa me gustaría que les dieras una charla para concluir el trabajo, preferiblemente hablando un poco del mundo exterior y tus experiencias. Presiento que estuviste en la misma situación que ellos.

El repitliano camina con tranqulidad junto a Frost, observando todo a su alrededor con curiosidad. No trada mucho en llegar, Hun Tor se da cuenta de que el capitán conoce bastante bien los bosques de este lugar y se pregunta si los conoce tan bien como él conocía los yermos del lugar que antes era su hogar.

Un soldado les habla de un secuestro, que parece que ha sido resulto por un duo de felinos aventureros. No decide decir nada, no le incumbe.

Entonces Frost se dirige a él. Hun Tor asiente tras escuchar su petición, sin embargo recibe la petición como un gran puñetazo en el estómago. Se pone a pensar confundido qué les diría a los recultas, allí en su tribu no decían discursos moralizantes antes de las batallas ni nada por el estilo. Pero finalmente se acerca a los reclutas y comienza a hablar.
-Donde yo vivía -comienza-. existían criaturas bastante duras, animales que habitan yermos calientes donde solo aguantan los más duros. En la naturaleza habitan seres muy poderosos, tenéis que haceros fuertes, entrenar y crecer con la naturaleza que os rodea. Sed aquellos que esta gente espera que seáis. -Dice, sin alzar el tono demasiado, pero más de lo que deseaba hacerlo.

Los reclutas te miran con cara de no entender un pimiento, creándome un momento tremendamente incómodo.

 Excelentes palabras - interviene el capitán antes de dirigirse a sus reclutas - No habéis entendido lo que quiso decir, ¿verdad? Es sencillo, en este mundo hay amenazas de todo tipo, y nosotros los guardias tenemos que estar preparados para tratar con ellas y proteger a los ciudadanos. También debemos ser capaces de convivir con nuestro entorno y aprovecharlo en nuestro favor, plantas, animales, disposición geográfica... y por último, sed amables y ejemplares ante la gente, y estad dispuestos a ayudarles pues es nuestro trabajo. Esto es igual aquí que en Ojo de Leviatán o en el yermo del Imperio del Fuego.

Los reclutas aplauden tras la explicación del capitán, y por algún motivo sientes que parte de los aplausos van dirigidos a ti.

 ¡Ahora entiendo las palabras del guerrero reptiliano! - exclama uno de los jóvenes aspirantes.

 Lo siento, debí suponer que no estabas acostumbrado a dar charlas, pero tus palabras fueron acertadas - te murmura con una sonrisa antes de dirigirse a sus pupilos - Bueno, la instrucción ha acabado. Aprovechad el tiempo libre para reflexionar sobre lo aprendido hoy, y no os desmadréis demasiado.

Todos: ¡Sí, capitán!

Los reclutas se marchan rápidamente, dejándote solo con el capitán y una guardia que está en una mesa organizando papeles.

 Pues ya está. Le agradezco la ayuda con este encargo, mis aspirantes han aprendido mucho de usted y espero que lo aprovechen. Le soy sincero, tenía la esperanza de que se presentase alguien como Nathan, pero en ese caso no habrían aprendido gran cosa aparte de cómo desmembrar monstruos y ayudar a los vecinos a cargar peso - se ríe - ¿Le importa si le invito a una comida, ahora?