Partida Rol por web

 Sé quién es Bane, me las tuve que ver con él en una ocasión, tal y como expliqué antes - cierra los ojos y suspira - Yo también necesito un descanso, esto ha sido demasiado. Arandur, Lady Eleanor. Por favor, cuídense.

Tras despediros de Arandur y Eleanor (quien pese a ser una adolescente ya se veía desarrollada) reanudáis el camino hacia Diente de Hidra. Al fin algo de tranquilidad.

... o no. Avanzando por la acera veis salir de un callejón a una drow gravemente herida, quien cae al suelo.

 ¡MAYA! - Keyleth va corriendo en su ayuda y la ayuda a incorporarse mientras lanza un conjuro curativo sobre ella - ¿Qué te ha pasado? ¿Y dónde está Loreth?

 Loreth está muerta... nos atacaron las asesinas de la Daga Roja. ¡Keyleth, no hay tiempo, van a por Arkan e Iris!

Keyleth ayuda a la drow a reincorporarse y todos vais corriendo hacia la sede, temiendo lo peor. Ian, instintivamente, da indicaciones para acortar por los callejones. Pero gracias a eso os encontráis con un espectáculo dantesco: varios cuerpos sin vida, ensangrentados y con cuchillos arrojadizos clavados, de asesinas drow. Y en medio de aquella orgía de sangre se alza un siniestro tipo de negro con sombrero, mirada gélida y una sonrisa escalofriante, limpiando sus cuchillos.

 Éstas asesinas ya no serán un problema... - afirma antes de acercarse a uno de los cadáveres y arrancarle uno de los cuchillos para limpiarlo con sumo cuidado, y sin miraros os habla - Os aconsejo que os marchéis pronto...

Su expresión gélida os resulta escalofriante.

Parecía que todo lo que teníamos que hacer por los alrededores había terminado. El encargo había sido realizado y, para mi sorpresa, me acaban dando parte del encargo (el cual no rechazo...sería de mala educación). 

Al final estábamos de camino de nuevo al gremio -"Echo de menos estar en Pluma de Fénix... Este sitio parece tan..."-

Me agacho junto a Keyleth acariciando el cabello de la drow preocupada. Casi hacíamos las mismas preguntas al principio por lo que, para no aturullarla decidir callarme esperando la explicación. ¿Loreth había muerto? ¡Y sus asesinas iban a por Arkan e Iris!

-¡No podemos permitirlo!- reanudamos la marcha, esta vez a toda leche entre callejones que me parecían iguales los mirase por donde los mirase... Lo cual me hacía pensar que Ian se había perdido, aunque parecía muy seguro de sí mismo. Me centré en seguir apretando la marcha para llegar cuanto antes. 

Pero entonces apareció esa escena tan... 

-¿Quién eres?, ¿protector o solo has aprovechado la situación?- en mis entrañas sentía miedo. Miedo por la sangre, por todos los cuerpos que habían... Por la olor supe que eran las que habían herido a Maya. No era porque el tipo extraño hubiese dicho que eran asesinas....... Pero bien podría haberse aprovechado de que las chicas tenían un objetivo en mente y no estaban atentas a sus movimientos... Que podía ser. No me fiaba, y se notaba. Además, los músculos de mi cuerpo no querían reaccionar, parecían estar de huelga. 

Aquel siniestro tipo sonríe.

 La verdad es que disfruto haciendo esto. Digamos que a mi organización no le interesa que ningún Varith sufra daño alguno, y yo encantado de hacer el trabajo sucio. Es todo lo que necesitáis saber.

???: No hace falta que actúes así, Kain - escucháis una voz femenina, emergiendo de las sombras. Una atractiva mujer de pelo negro, largo, vestida de cuero y con un látigo colgando de su cinto - Otra vez te has pasado con lo de ser sangriento. Bastaba con reducirlas.

 Pero no sería tan divertido, Amelia. Por cierto, ¿dónde anda Dante? Pensaba que iba siempre pegado a tu culo.

 Estoy aquí, maldito sádico - comenta un hombre, de negro, con un arco a su espalda y una katana de mitril colgado de su cinto. Al llegar a la escena contiene una arcada - Cielos, otra vez te has pasado...

Kain ríe.

 Creía que estabas acostumbrado a cosas así. ¿No eras un cazador de muertos vivientes?

 Eres demasiado sádico y sangriento...

 Qué más da... lo importante es que Arkan y su hermana están a salvo.

 Siento interrumpir, pero... ¿estáis seguros de que habéis reducido a todas las asesinas?

 Eran 10. Aquí están los restos de 9 de ellas. Me falta por comprobar la última, tiene que estar al final del callejón, clavada contra la pared.

 La hemos visto. Casi vomito allí... - Amelia le da unas palmaditas en la espalda, tratando de calmarle. Dante, una vez recupera la compostura, mira brevemente a Keyleth y Anko y esboza una sonrisa cordial - Me alegro de veros nuevamente. ¿Cómo os va?

 Bien. También me alegra verte, Dante - parece que la paladín le conoce.

Mi intención era la de estar solo, al menos un rato. Sentarme, pensar... intentar recordar, quizás. Pero Keyleth no supo ver los símbolos, las señales, y pronto echó a andar tras él. Anko y Honoka no tardaron en unirse a la expedición de vuelta. Por suerte, nadie parecía tener muchas ganas de hablar, cosa que agradecía...

...hasta que encontramos una drow tirada en el suelo, gravemente herida. No sabía quien era, pero la elfa si parecía conocerla, y se lanzó a por ella en su auxilio. No sería yo quien negara el auxilio de una señorita (por muy drow que fuera) en apuros. Me lancé a la carrera junto a la elfa, comprobando las heridas y ayudando a la drow a ponerse en pie. Yo mismo utilicé un par de conjuros para sanar heridas que conocía para ayudar a la paladina a curar a la drow.

La mitad de nombres no me sonaban de nada. La otra mitad, no sabía quienes eran. - Seguidme, por aquí llegaremos más rápido. - Pasé el brazo de la Drow por mi hombro, ayudandole a caminar y abriendo camino a aspavientos y gritos... hasta dar de bruces con aquella grotesca escena.

Aquel tipo no me daba buena espina. Retiré el brazo de la drow, adelantandome un paso e interponiendome entre ellas y el hombre del sombrero, dispuesto a enfrentarme con él de ser necesario. La posición de mis manos dejaba claro que ya había decidido que conjuro iba a usar, y por supuesto, que iba a tomar cartas en el asunto.

Parecía algún tipo de trío de asesinos, aunque el más despiadado y sangriento parecía ser el de las dagas... y comenzaron a hablar tan tranquilamente sobre como les iba la vida.

- Lamento interrumpir, pero quizás Maya necesite descansar. - Comenté, mirando a la Drow durante unos segundos. - Deberiamos seguir hacia el gremio, esto se llenará muy rápido de guardias y no me apetece estar dando explicaciones durante las proximas tres semanas. -

Ian observa unos instantes a Maya y comprueba que, pese a ser drow, no está nada mal.

 Tranquilo, estoy mejor... y más aliviada sabiendo que ellas no serán un problema para Arkan e Iris - dice con cierto odio hacia sus similares.

 Pero vuestro amigo tiene razón. Deberíais iros antes de que la guardia llegue... o vuestra amiga paladín reporte lo sucedido.

 Ay, no lo sabes bien. Esta paladín es toda una aguafiestas...

 ¡Maya!

La drow se ríe al escuchar a la elfa, pero la sonrisa se le borra rápido.

 Tengo que contarle a Arkan lo ocurrido con Loreth...

 Sí, vamos - la paladín no puede evitar dedicar una mirada de desconfianza hacia Kain, y luego dedica una cordial sonrisa hacia los otros dos - Amelia, Dante, cuidaos mucho.

 Lo mismo os digo. No os preocupéis, os cubriremos desde las sombras.

 Os ayudaremos cuando las cosas se pongan feas, pues estamos aquí por lo mismo que vosotros.

 Está bien saberlo - se gira hacia vosotros - Bueno, nos vamos.

Abandonáis a esos 3 misteriosos personajes (al menos para Ian y Honoka, pues Anko conoce a 2 de ellos -especialmente a Dante-). Una vez regresáis a una calle principal Keyleth procede a explicaros.

 El tipo de la katana era un antiguo miembro del gremio, un exterminador de muertos vivientes. Dejó el gremio porque se enamoró de esa cazadora de vampiros que va con él, uniéndose ambos a la Liga de las Sombras.

 La Liga de las Sombras... una organización bastante misteriosa que afirman luchar contra el mal desde el subterfugio. Lo único que sé es que para ellos la protección de Arkan e Iris es prioritario y que son aliados... aunque ese tipo del sombrero da bastante mal rollo.

 Es un psicópata sin más. No me gusta nada que anden con él.

 Aún no entiendo por qué no nos hemos encargado de ese tipo. Estoy segura de que es malvado.

La paladín suspira.

 No todo es blanco o negro, Honoka...

- ¿Segura? - Le pregunté, mirandola de reojo durante unos segundos y volviendo la vista hacia los tres desconocidos. Maya, el nombre me sonaba, y ahora no recordaba donde lo había escuchado, pero no debía ser hace mucho, eso sin duda. Hasta que Keyleth volvió a llamarla por su nombre, entonces cayó en la cuenta que era la chica a la que hizo referencia cuando habló con la ayudante de Bane. - ¡Ah, claro! - Acabé por explamar, al recordarlo.

- Perdón, es que recordé una cosa. - Me disculpé ante los presentes, con una sonrisa algo forzada y levantando la mano en señal de disculpa. Aun quedaban muchas dudas por resolver. Una buena pila, a decir verdad.

- Amelia, Dante. Un placer. - Si eran amigos o conocidos de la paladina, lo eran también para mi. Y dicho esto, nos marchamos, caminando hacia el gremio nuevamente.

- ¿Quienes son? - Le pregunté a Keyleth. Cuando me lo explicó, no pude evitar mirar atrás, como esperando verlos detrás nuestro. - Así que al menos en ellos dos podemos confiar ¿no? - Le pregunté. - Por lo que cuentas, la liga de las sombras debe ser algo asi como combatir el fuego con fuego. Es dificil saber lo noble de tus motivaciones cuando no te diferencias de tu enemigo. - Las buenas maneras contra las malas. El mundo era mucho más sencillo y pragmático.

- No sé que decirte, Keyleth... ese tipo parece un peligro potencial a punto de estallar... - Me encogí de hombros, volviendo la vista hacia Maya. - ¿Estás mejor?  - Pregunté, ya puestos a desvelar información. La miré de arriba a abajo, con poco o ningún disimulo.

Ian pregunta a Maya y la repasa sin disimulo, cosa que saca una sonrisa a la drow. Descubre a través del escote que en el pecho derecho tiene tatuado el emblema del gremio.

 Sí. Y estoy estupenda, tal y como puedes ver - bromea, posando para el mago - Voy a presentarme debidamente, soy Maya Mizzdrith, encantada.

¿Mizzdrith? ¿Es de la casa Mizzdrith? A Ian le suena de que esa familia es la que gobierna el Reino de las Sombras y anda detrás de incursiones en la superficie, ataques, campos de esclavos... una familia muy peligrosa y odiada.

 Maya no es como el resto de su familia, de hecho la quieren muerta - aclara Keyleth, muy seria - Maya puede ser traviesa, pervertida o demasiado liberal, pero no es malvada en absoluto.

 Esta chica siempre cuidando de mí - esboza una sonrisa tierna - Keyleth es la hermana que siempre quise tener. No intentase asesinarme a la mínima, y mira que le he dado motivos.

Keyleth dedica una sonrisa a la drow. Es obvio de que entre ambas hay una gran amistad.

- No seré yo quien diga lo contrario. - Me encogí de hombros, clavando la vista en los ojos de la drow, con una media sonrisa. La mujer sabía mantener la mirada, se daba cuenta de las cosas y le echaba morro. No estaba mal, a pesar de ser Drow. Pero cuando dijo su apellido, me quedé clavado.

No hacía falta tener una memoria de elefante, o al menos recordar algo más de seis meses de tu vida como para reconocer ese apellido. Por suerte, Keyleth intervino rapidamente, explicandolo todo. Mi mirada, volvió a la drow, ahora una mirada mucho menos dura, menos inquisitiva. - Las reuniones familiares deben ser la ostia. - Acabé por bromear, volviendo a sonreirle - Ian Victus, de la Ciudadela Arcana. - Y como todo buen caballero que se precie -o al menos uno que no tema tirarle a toda fémina- le tomé la mano para besarle el dorso de la misma. - Un placer. -

- ¿Motivos? - Preguntó, colocandose a su altura mientras caminaban. - Esto suena a batallita... ¿Que tipo de motivos? -

 Je. Solo bromeaba, solo le doy mucha guerra y me encanta chincharla, pero la adoro. Y ya sabe que si quiere experimentar "cosas nuevas" estoy dispuesta - eso último lo dice con tono sugerente, acompañado con una mirada pícara y una sonrisa traviesa.

 ¡MAYA! - Keyleth se sonroja - Eso... ¡eso nunca pasará!

 ¡JAJAJAJA! ¿Ves? ¡A esto me refiero! Me encanta incomodarla.

La paladín infla los mofletes, molesta. Aunque luego esboza una sonrisa malvada.

 Pues últimamente no me das demasiada guerra... ¿no será porque "pasas mucho tiempo a solas con Arkan", eeeeh?

Maya se sonroja un poco.

 Puede, pero al menos le hago las cosas que no le haces a tu marido buenorro.

Con aquello la drow deja cortada a Keyleth.

 Bueno, ¿y qué hace alguien de la Ciudadela por estos lares? ¿Siguiendo acaso los pasos de Pyros, el orgullo de la Escuela Arcana?

-¡Un Dante!- exclamé al verlo allí mientras lo señalaba sorprendida. No esperaba verlo con semejante grupo tan... pintoresco. 

-Es bueno saber que sois amigos. O por lo menos que no nos haréis daño... Pero, ¿cómo funcionáis? Me refiero... ¿sois tipo a "caza recompensas" que funcionan por dinero?, ¿o trabajáis según vuestro propio criterio eligiendo qué hacer y qué no, quiénes son amigos y quiénes enemigos? 

Tras realizar las preguntas no pude evitar reírme ante la escena montada por Keyleth y Maya. Se notaba que se conocían bastante bien. Eran casi como hermanas. 

-Es bueno saber que sois amigos. O por lo menos que no nos haréis daño... Pero, ¿cómo funcionáis? Me refiero... ¿sois tipo a "caza recompensas" que funcionan por dinero?, ¿o trabajáis según vuestro propio criterio eligiendo qué hacer y qué no, quiénes son amigos y quiénes enemigos? 

 Nada de eso, nos dedicamos a hacer justicia - explica - Nuestro jefe, el Espadachín Errante nos dice qué hacer. Nos muestras sus fuentes y nos explica el por qué, no hacemos nada a ciegas ni nos obligan a hacerlo, sino actuar en consonancia a nuestra conciencia. Aunque éste se apuntaría a un bombardeo con tal de descuartizar gente - dedica una mirada repulsiva hacia Kain. Se nota que no le da buen rollo.

 Tranquilos, nunca ataco a quien "no lo merezca". Y no necesito la aprobación de nadie, es mi "arte", es... difícil de comprender para quien no está iniciado - replica, con frialdad. No parece alterarse lo más mínimo.

 No, si nos ha salido artista - comenta Amelia con cierto sarcasmo.

Al final os despedís de ellos y os marcháis, haciendo caso a la sugerencia de Kain. Maya lanza una pregunta a Ian, y antes de que él respondiera escucháis unos pasos acercarse corriendo. Parece ser un mensajero, quien os pasa como una exhalación, rumbo a la sede del gremio.

¡Venga ya! Fue lo primero que pensé, en cuanto Maya comentó que hacía no-se-qué (En realidad sabía perfectamente que era, pero tampoco había que hacer mención de el qué) con no-se-quién. - ¿Es que todas las tías buenas del Reino están pilladas? - Me pregunté, una pregunta que debía ser mental pero que acabé por verbalizar en alto.

En cuanto Maya preguntó que hacía aquí, negué con la cabeza. No, la verdad es que a Pyros lo descubrí estando ya aquí, lo que fue algo positivo de todo aquel viaje. - Pues mira, la verdad es que es una historia muy curiosa. Resulta ser que estaba jugando al póker en una tabe... - Me interrumpió un mensajero que pasó entre nosotros, y me quedé con la palabra con la boca, siguiéndolo con la mirada en silencio.

- ¿Soy el único que además de atribuirle esto a los Aliens, sabe que deberíamos seguir a ese mensajero? -

Maya estalla en una carcajada en cuanto escucha la queja de Ian.

 ¡Jajajaja! Pobrecito, la pelirroja no te hace caso, ¿verdad? Conozco a un par de chicas de Diente de Hidra que están solteras, por si te interesa. Una es Kassandra, esa sanadora elfa, y la otra es Natasha. Podrías probar con ellas.

 Maya, no estamos aquí para hacer de casamenteras. Aunque te has olvidado de mencionar a Kara.

 ¡Oh, es verdad, nuestra Kara! Es nuestra clériga, es una chica amable y gentil, pero cuidado con su bipolaridad, puede ponerse muy agresiva en cuestión de segundos.

Entonces pasa corriendo el mensajero e Ian lanza la pregunta.

 ¿Aliens...? - mira a Keyleth - ¿Qué diablos me he perdido?

 Nada, Maya, que nos cruzamos con un zumbado con los pelos de punta diciendo que los aliens estaba detrás de todo. Me cuesta creer que alguien con un mínimo de inteligencia le tome en serio - dedica una mala mirada a Ian - Pero sobre lo del mensajero me intriga, parecía algo urgente. Y se dirige al gremio.

Y así todos decidisteis regresar al gremio, más que nada para cotillear respecto al mensajero.