Partida Rol por web

 La verdad es que no me importa mucho la opinión que tengas de mí, pero sería una pena que una preciosidad como tú me pillase manía - afirma guiñándote un ojo.

Tomáis asiento en una mesa, donde Michelle os toma el pedido de bebidas y desayunos. Te sorprende la gran cantidad de opciones que hay, incluyendo ensaladas con aderezo élfico o enano, a elección de cada uno. O incluso ensaladas de setas.

Mientras esperáis el desayuno Arthur se acomoda.

 Todo empezó con la muerte de mi padre, el rey. Yo era muy pequeño y andaba jugando al escondite, y por eso estaba escondido detrás de un mueble en los aposentos de mis padres. Él se reunió con el consejero, quien le sirvió un vino envenenado.

A pesar de haberlo presenciado y contado, determinaron que mi padre murió de un infarto y que lo que vi fue fruto de mi imaginación. Cuando cumplí 15 años renuncié al trono en favor de mi hermana y me escapé para buscar ayuda en el extranjero. Había oído hablar de las hazañas pasadas de Lord Celdric, y esperaba que él me ayudase, pero el barco en el que iba naufragó. Habría muerto de no ser por una mujer que me rescató. Se llamaba Akane Stalker, y era aventurera de este gremio. (Aclaro que digo era porque ahora es instructora de sigilo, y de hecho lo aprendí todo de ella).

El tiempo que pasé aquí fui mejorando mis habilidades de "experto en seguridad y sigilo"...

 ¡Eres un maldito ladrón, no lo adornes! - interrumpe Keyleth.

 Amiga mía, todo pícaro debe tener labia y una lengua bien afilada. No duraría nada si fuese tan cándido como tú - Keyleth barrunta un par de cosas incomprensibles - Bueno, prosigo. Mientras fui mejorando mis habilidades empecé a formar una red de contactos e informadores para recopilar información sobre el consejero y buscar pistas y pruebas en su contra. Dio la casualidad de que conseguí una pista vital poco antes de la coronación de mi hermana, sobre un vendedor de venenos relacionado con el consejero. Así que gran parte del gremio viajó hacia la capital del Reino del Agua con la excusa de la coronación, y mientras ellos socializaban con la gente yo empecé a buscar a ese envenenador con ayuda de unos aliados. Cuando recolecté las pruebas necesarias fui a encarar al consejero en plena ceremonia para desenmascararle. Keyleth sabe el resto.

 Sí, se lió pardísima. El consejero resultó ser un sacerdote del vacío y planeaba usar a su hermana como sacrificio para invocar a Vortix, el Señor del Vacío. El mismo que desató la guerra del Vacío hace 4 milenios. Un montón de engendros del vacío nos atacaron, pero pudimos rechazarlos y contraatacar, e incluso rescatamos a la princesa. Pero no esperábamos que capturara al propio Arthur y lo utilizara para el ritual, el cual iba a realizar en una especie de torre de cristal que construyó en el mar. Tuvimos que ir hacia allá y abrirnos paso, pelear contra todos sus engendros y contra el propio sacerdote. Fue una pelea bastante dura, sobre todo con Arthur gritando de dolor mientras ese ritual le consumía lentamente. Pero al final pudimos vencer y salvamos la vida a este ladronzuelo.

 Y no sabéis cuánto os lo agradezco. Mi prioridad era proteger a mi madre y a mi hermana - te mira - Como ves, tengo una deuda eterna con este gremio. Y qué demonios, me lo paso genial aquí, por eso ni lo dudé cuando rechacé recuperar mis derechos sobre el trono. Mi hermana está más capacitada para ello y yo no soy más que un ladrón con su propio sentido de la justicia.

En ese momento Michelle aparece con los desayunos, los cuales tienen una pinta exquisita.

 Oh, el desayuno. Justo a tiempo, prácticamente había acabado de contar mi historia - afirma con una amplia sonrisa mientras coge una tostada con mermelada y una capa de rodajas de frutas cuidadosamente colocadas.

Escucho la historia atentamente, analizando los gestos de Arthur y cada frase que dice. Al final no será tan malo... 

Al traer el desayuno respondo a Michelle: - Muchas gracias, ¡Que buena pinta! - cojo mi Cupcake y antes de decir algo a Arthut y Keyleth le pego un mordisco. ¡Está delicioso! Si sigo en este gremio engordaré a más no poder. 

Qué historia más interesante... Supongo que no lo pasaste muy bien cuando fuiste secuestrado. - Le doy otro mordisco al cupcake - Realmente parece que eres una buena persona que luchó para destapar la verdad. Te perdono lo de Keyleth, pero a mi ni se te ocurra robarme nada, no seré tan benevolente como ella.

¿Y a día de hoy te llevas bien con tu hermana, señor príncipe? -Digo para dar tema de conversación- 

 ¡Tranquila, eso solo se lo hago a ella! ¡Jajajaja! Además, siempre le devuelvo la bolsa intacta.

 Encima lo que faltaría, que me robases dinero.

 Nah, solo robo a los que se lo merecen. Es decir, a criminales y personas despiadadas - le preguntas por su hermana - Claro que me llevo bien con ella, solo han pasado un par de semanas de aquella movida. Admito que por un momento me planteé quedarme allí cuando me ofreció que fuese su consejero, me sentí muy tentado. Pero mi sitio está aquí y sé que sir Legna cuidará de ella. Es un veterano caballero leal a la corona y lo demostró con todo aquello.

 ¿Presumiendo ante la nueva, Arthur? - pregunta uno de los tipos que estaban entrenando fuera. El otro está cerca de él, acompañado por otra chica y un joven reptiliano - Yo soy Zephyr, pícaro del gremio. El peliazul es Bran, la chica es Dayla y este pequeñín es Deekin, nuestro bardo.

 ¡Genial, puedo hacer otra amiga! Oye, si necesitas una sanadora puedes contar conmigo. Y si necesitas a alguien que se líe a tortas con el enemigo puedes contar con Bran.

 Oye, Dayla, no decidas por mí. Que yo sepa el líder del grupo soy yo - te mira con una sonrisa amable - Pero es cierto, si necesitas ayuda con un encargo estaremos encantados de acompañarte, aunque tendrás que tener cuidado con Zephyr, es todo un mujeriego - mira al reptiliano, quien escribe frenéticamente en un pergamino - ¿Deekin?

El reptiliano parece ensimismado con la escritura.

 Tras regresar a la taberna del gremio, el amigo del jefe se puso a ligar con una nueva aventurera. Ella era guapa, de pelo morado y llevaba ropas refinadas. ¿Podrá el descarado pícaro conquistar su corazón? ¿Le saldrá algún inesperado rival en el amor? ¿Podrá el pequeño y valeroso Deekin comerse el cupcacke que se guardó en la habitación y que no se pudo comer hasta ese momento? Son muchas preguntas, tantas, que al escritor le da dolor de cabeza - murmura mientras le da a tope a la pluma.

 ¿Presumiendo ante la nueva, Arthur? - pregunta uno de los tipos que estaban entrenando fuera. El otro está cerca de él, acompañado por otra chica y un joven reptiliano - Yo soy Zephyr, pícaro del gremio. El peliazul es Bran, la chica es Dayla y este pequeñín es Deekin, nuestro bardo.
 

Encantada de conoceros -Sonrío mirando hacia Zephyr-  no me voy a acordar de tantos nombres... pero haré lo que pueda. 

Me quedo patidifusa mirando a Deekin. Qué personaje jajajajaja, ¿porqué hará esto? Aunque a pesar de ser un reptiliano es bastante adorable...

Volviendo al tema de los otros tres, me giro y les comento:

Pues tenia pensado hacer alguna misión rápida porque tengo que ver a Haemi pero no está por aquí. ¿Tenéis alguna misión en mente para hoy o mañana? Aun no me conozco mucho la zona y preferiría ir acompañada si hago alguna misión.

 La verdad es que estábamos haciendo tiempo para el Festival de la Cosecha, pero sí, podríamos hacer algún encargo rápido. Además, para tu primer encargo debes ir acompañada por otro miembro más experimentado, así que perfecto.

 ¡Sí, miremos algún encargo! - exclama entusiasmada la sanadora.

Vais al tablón de encargos, el cual como viste antes está repleto de panfletos con misiones de toda clase: recolección, recuperaciones de objetos, expulsar a algún monstruo...

 Así el jefe y sus amigos van al tablón de trabajos en busca de su nueva aventura con su nueva amiga, la chica de pelo morado que amenaza con romper la historia de amor del jefe y de la sanadora, creando un emocionante triángulo amoroso.

 ¡Deekin! ¡Jajajaja! Deja de inventar cosas en tu libro, no creo que ella esté interesada en Bran - comenta divertida.

 Es que si escribo la realidad el libro no se vende - enseña sus dientecillos para sonreír.

Me acabo el Cupcake lo más rápido posible sin parecer una glotona, me levanto y digo:

Siento este giro tan repentino. -Dirigiéndome a Keyleyh y Arthur- Me gustaría que comiéramos juntos otra vez con más calma. Me lo he pasado muy bien y también quiero escuchar tu historia Keyleth. ¡Nos vemos luego!

Dejo el dinero que cuesta el Cupcake en la mesa.

Vigila que no se lo quede este ladronzuelo Keyleth. -Digo entre risas-

Me dirijo hacia el tablón de encargos con los demás.

Hmmm... aunque tengo dinero me gustaría ganar el máximo posible. Quiero comprarme ese vestido que vi en la tienda de la calle principal. ¡Tiene que ser mio!

Me corta Deekin cuando empieza a decir lo que está diciendo.

¡Jajajajaja! pues si que tiene imaginación el pequeñajo. Déjalo que invente, tiene su que. A ver... ¿que misión cogemos? Esta de " Ha desaparecido Timus, mi futuro "marío" " parece graciosa y pagan bastante bien. Tiene pinta que habrá salseo.

 Espera - te detiene la paladín cuando vas a dejar el dinero en la mesa - Los miembros del gremio tienen derecho a 3 comidas diarias mientras estén en la sede, no tienes por qué pagarlo.

 También tienes alojamiento, servicio médico, mantenimiento del equipo y asesoramiento legal, todo a cambio de un 10% de la recompensa de los encargos que realices. Aunque no lo creas este gremio se mantiene sin deudas gracias a eso. Así que mantén tu dinero para lo que necesites.

Vais al tablón de encargos y te llama la atención uno.

 A ver... ¿Timus? Espera, ¿está huyendo el estafador ese?

 ¡Es verdad! ¡Jajaja, parece que le ha salido novia! ¡Cojamos este encargo, porfa plis!

 Está decidido. Haremos este.

¿Lo conocéis? ¿Quien es? -digo otra vez entre risas-

 Es un mercader de Retiro del Dragón taimado y de dudosa reputación que se dedica a vender cualquier tipo de producto usando cualquier recurso.

 A mí una vez me vendió una varita por 100 monedas de oro, y resultó ser un palo pintado - comenta Dayla con la cabeza gacha, algo avergonzada - Si lo hubiese sabido...

 Yo te avisé, pero no me hiciste caso porque "era rosa".

 ¡Es que tienes que entenderlo, a una mujer como yo le plantas delante algo rosa y no puede evitar comprarlo!

Zephyr suelta una carcajada.

 Como sea, me preocupa que esa mujer que solicitó el encargo haya sido estafada por él de alguna forma.