Partida Rol por web

Si le sonsacasemos donde tienen el campamento... terminaríamos antes. -Sumiko vuelve a andar con las manos cruzadas en la nuca y silbando viejas canciones de viaje. -Los dos lo habéis hecho muy mal, sobretodo tu, anciano. Señala a Dainn. una de las principales reglas del gremio es, y cito, textualmente, "- Está prohibido poner en peligro, herir o perjudicar a cualquier miembro del gremio intencionadamente (queda excluido de esto las habituales peleas en la taberna). Quebrantar esta norma supondrá la expulsión." Mira que golpear a Lartius tu compañero por la espalda. baja un poco el tono. -Tal vez, se lo diga a la maestra del gremio a cambio de unas chuches... están muy ricas, la cabrona seguro que las hechiza para hacerlas mas ricas..... Empieza a babear un poco, cuando de repente mira a su alrededor inquieta. -Tengo hambre....

Miro a la deslenguada ¿acaso se piensa que me intimida o que puede coaccionarme? pego una larga calada al cigarrillo antes de responder, despues de todo, no hay prisa adelante, hazlo, espera, no, no lo hagas, lo haré yo o mejor, iremos los dos, estoy seguro de que a la maestra le encantara un informe completo y detallado de todo lo que ha ocurrido, incluyendo por supuesto el hecho de que extorsionas a otros miembros del gremio, no te preocupes, no omitire ni tergiversare el hecho de haber empujado a Lartius termino despreocupadamente mientras vuelvo a tomar una calada sin molestarme en mirar a la niña, solo espero no olvidarme de dar ese informe sin omitir ni un detalle aunque me interesa mas ahora mismo que Lartius no termine como algunos compañeros de milicia.

Extorsión, tu rocoso cerebro de enano te confunde ancianete novato, las chuches me las va a dar ella, no te las pido a tí jaja a caso crees que te las iba a pedir a ti? seguro que saben igual que tu hueles! Le saca la lengua y se pone al lado de la Sargento. -hombres... se creen el ombligo del mundo y que les pides todo a ellos... pse

Observó al enano con cierto asombro. Ni se había inmutado por las provocativas palabras del joven, pero tampoco le estaba ignorando. Simplemente se limitó a fumar y a lanzarle una pregunta que le dejó totalmente descolocado. ¿Objetivo? Aquel viejo enano le estaba preguntando algo muy personal, o al menos que él le pareciese. Sin duda, una cuestión muy complicada como para responderla con sencillez. Antiguamente había deseado ser un caballero como su maestro, pero su carácter, ética y formas, habían hecho que en los pocos meses que estuvo solo desde la partida de Ser Legna se diese cuenta de que no valía para tal. Y ahora... ¿qué deseaba? Hasta esa sencilla pregunta, jamás se lo había planteado...

No... no le veo el sentido a esa pregunta.-Se apresuró a responder, tratando de evadir la conversación. Aquella pregunta le pillaba demasiado indefenso, y no le gustaba que le atrapasen con la guardia baja.

La sargento suspira ante las palabras de Sumiko.

- Dime algo que yo no sepa... - esboza una sonrisa de complicidad - De todos modos habéis luchado realmente bien. Ha sido un buen ejemplo para mis hombres acerca de cómo se debe luchar contra unos bandidos...

Ignoro a la niña y me centro en lo importante, Lartius vacila un momento e intenta esquivar la conversación veras chico, tengo mis años, la edad te da pespectiva, es normal que tengas miedo, pero ¿eres lo bastante valiente para descubrir la respuesta a la pregunta? me detengo un momento, esto es serio de verdad, miro a los ojos a Lartius, todavía no es consciente de ello pero su vida y su felicidad depende de esa respuesta y probablemente no lo sabrá hasta que sea tarde lo mas importante ¿eres lo bastante sabio para entender que jamas la descubriras solo?  la única elección que puedes hacer es si vas a pedir ayuda para encontrar la respuesta o el destino tendrá que dartela y creeme, el destino enseña de una forma cruel me acerco a Lartius y le miro a los ojos ser valiente no es no tener miedo chico, eso es ser un inconsciente o un loco, ser valiente es enfrentar ese miedo y hay cosas que asustan mucho mas que la cercania de la muerte ¿eres un valiente o un cobarde? no me respondas a mi, respondete a ti mismo me giro y enciendo el siguiente cigarrillo con la esperanza de haber logrado mas de lo que lograron conmigo hace años, quizás, solo quizás he sido lo bastante habil para poder darle una dirección al chico, antes de que sea tarde

Aquellas palabras tan directas golpearon su cabeza con la contundencia con la que un martillo de forja golpea el acero. Cuando el enano observó directamente al peliazul, este rehuyó de su mirada, inquieto. No entendía muy bien a qué venía aquello. ¿Quizás era por haber acabado con esos bandidos? Para él, personas que atacaban a otros no merecían otro destino que la muerte. Guardó silencio ante la pregunta, sin saber bien cómo contestar. Dainn apenas le conocía, ¿por qué le decía eso? No era capaz de encontrarle un sentido lógico a su acción... y por tanto, no sabía cómo responder ante ella. Y eso no le gustaba, era una inquietud que le ponía enfermo. ¿Miedo? Demasiado prematuro, pero quizás si profundizase más...

Sin embargo, ante la definición final sobre el miedo dedicada, no pudo sino mirar, sorprendido a su compañero. Esas palabras habían sido demasiado similares a las de Ser Legna, cuando, en un entrenamiento, siendo Lartius más joven, trató de hacerlo una persona más equilibrada de lo que era. En cuanto se dio cuenta de aquello, el peliazul agitó su cabeza, y visiblemente aturdido caminó más rápido para alejarse de Dainn. Si en ese momento otro grupo de bandidos les asaltase, desde luego sería un blanco muy vulnerable. Necesitaba recobrarse, y quizás pensarlo en otro momento.

Despúes de escuchar la charla de Dainn y ver la preocupación de Lartius en su rostros, se acercó a este último y le habló en tono bajo y tranquilo, casi susurrando y demasiado serió para ella mientras andaba a su lado. -chico chico chico... las palabras del enano han calado profundo eeh? no voy a sermonearte sobre lo que tienes que hacer ni como hacerlo, tu destino lo marcarán tus acciones, como bien ha dicho, no confundas nunca la valentía con la temeridad, ya que esto último nos lleva a la destrucción, pero recuerda una cosa, sé tu mismo, no intentes cambiar por la fuerza porque perderás algo importante que es a ti mismo, deja que el tiempo fluya y que tu destino vaya junto a el, no hagas que te recuerden como lo que no eres, si no que te recuerden por ser tu mismo. Dicho esto le besó la mejilla y le susurró al oido. -como digas algo de esto, tus dudas serán el menor de tus problemas. de repente, soltó una gran sonrisa y se abrazó a su brazo diciendo ya en alto. -Aiiii Pero que guapo y fuerte eres!

Últimamente Lartius no hacía más que salir de sorpresa en sorpresa. Lo último que el joven de pelo azul se esperaba era que aquella pícara malhablada y molesta se preocupase por él. Y sin embargo, no fue eso lo que lo dejó más impactado. Escuchó ligeramente aturdido sus palabras, pero en el momento en el que plantó un beso en su mejilla, no pudo sino abrir los ojos de la impresión, y luego mirarla manteniendo dicha expresión. Intentó articular palabra, pero todo aquello era demasiado para él, y se quedó trabado. Se sentía demasiado confuso como para hacer nada a derechas en esos momentos.

Y sin embargo, un simple acto realizado por la chica hizo que se saliese de golpe de su impacto. Frunció el entrecejo y trató de zafarse de ese maldito abrazo... ¡Lo estaba tratando como a un criajo! -¡Vale, vale, que no soy un maldito crío! -Espetó mientras se apartaba de ella.

Soltó un suspiro, metió las manos en los bolsillos de su ropa y se adelantó unos pasos. Parecía que ya nada de lo dicho antes le había importado, pero lo cierto es que ya lo pensaría más adelante. 

La patrulla prosigue sin más incidentes aparte de la charla de Dainn a Lartius, y luego la posterior intervención de Sumiko que terminó de descolocar al "caballero", provocando las discretas risas de los soldados.

Finalmente regresasteis a la entrada a Villa Amanecer.

- Os agradezco que nos echarais un cable. La verdad es que prácticamente nos habéis salvado el pellejo - señala un carruaje - Ese carruaje os llevará directos al gremio. El capitán Altris se encargará de enviar el pago a vuestro contable.

La sargento y sus soldados hacen el saludo militar.

- ¡Gracias y buena suerte con vuestros futuros encargos! ¡Espero veros de nuevo! ¡DEEEEESCANSEN!