Partida Rol por web

 —Entendido. ¿Pero no sospecharán si falto yo?

Reiko agita las orejas mientras trata de entender el plan.

 —A ver si me he enterado bien...

 —En resumen: nos sigues a escondidas hasta que veas que vamos a abrir unas verjas. En ese momento vas a atraer a los guardias hasta nosotros para que la antigua banda de Raiden caiga.

 —Vale. Entonces queréis que provoque un poco de follón. Entendido.

 —Estupendo, niños. Solo queda prepararse para el Golpe del Palacio. Iré ahora mismo a avisar a los guardias— dice Tremi con un guiño y un gesto muy teatral antes de retirarse —¡Id con cuidado!

Tras prepararos vas con Emily al punto de reunión con la banda a la hora acordada, con Reiko agazapada siguiéndoos a una distancia prudencial. Welt os recibe serio y tenso.

—Por fin apareces. ¿Dónde está ese tipo tan espabilado?

 -Ya le había dicho que tu te encargarías de quitarnos a los guardias de encima, basta con decir que te adelantaste -afirmaría ante la duda de Tremi. -. Y ese... es un buen resumen -añadiría bromista a Reiko, sonriendo levemente. -. Muy bien, hagamos esto: ¡luego pagaré yo los tragos!

 De ese modo, llevarían a cabo el plan para arruinar el plan de mi antigua banda, reuniéndose con Welt y el resto para comenzar con la infiltración.

 -¿No te lo dije? Él se hará cargo de los guardias: tu tranquilo -respondería al hombre antes de sonreír levemente, malicioso. -. ¿Qué pasa, Welt? ¿Nervioso?

—Como para no estarlo, nos estamos jugando mucho, tío. Y si sale mal podríamos perder la cabeza, los azurdistaníes no se andan con chiquitas precisamente. Vamos, seguidme.

Seguís a Welt hasta el punto de reunión, donde están prácticamente todos. Incluso ves allí a Bobby, el líder, quien al verte se acerca.

—Vaya vaya. Ha pasado mucho tiempo, Raiden. ¿Cómo te ha ido? Veo que vas acompañado de una preciosidad. ¿Me la presentas?

Recuerdas que Bobby era un tipo con cuidado. Puede ser muy violento y brutal si algo o alguien le contraría. También es de los que toma por la fuerza a una mujer si le entra por los ojos. Y por su cara parece que es el caso de Emily.

 Un sutil escalofrío recorrería al sizardiano al encontrarse con el líder de la banda, dibujándose una expresión ligeramente sombría en su rostro cuando se ganó inevitablemente su atención.

 -Emily, él es Bobby, el líder. Bob, Emily, mi chica -les presentaría con una notable mala gana, antes de suspirar y pasarse la mano por el rostro, intentando relajarse. -. Por favor, concentremonos en lo importante: ya luego se podrán conocer mejor...

Bobby no parece muy conforme con tu respuesta, pero parece especialmente razonable hoy.

—Brrr... es cierto, antes tenemos un golpe muy importante que cometer. El grupo de distracción ya está preparado y listo para la acción, y lo harán cuando suenen las campanas que anuncian las 12 de la noche. Vamos a las alcantarillas. ¡Venga, moved vuestros apestosos culos! ¡Cuando acabemos seremos asquerosamente ricos!

Los demás rugen con júbilo.

 —¿Acaso no hacen demasiado ruido?— murmura Emily —Y gracias por mantenerlo alejado de mí por el momento. Me dio mala espina el cómo me miraba.

Vais a las alcantarillas con Bobby y la banda y allí veis cómo hacen los últimos preparativos. Armas, ganchos, explosivos... parecen preparados incluso para alguna escaramuza ocasional con los guardias. Son una decena de hombres si no os contáis vosotros dos. Emily se ha puesto un antifaz muy llamativo que le prestó Tremi y se ha teñido el pelo de negro con un conjuro.

La espera se hace larga hasta que suenan las campanadas que dan las doce. Bobby se incorpora y se dirige a vosotros, indicando que hay que esperar 10 minutos a que la distracción surta efecto. Tras ese tiempo salís de la alcantarilla y os coláis al interior del palacio. No hay un solo guardia en todo el camino hasta la cámara del tesoro, la cual está custodiada por dos guardias.

—Bien, solo tenemos que liquidarlos. Trench, Squimy, acercaos y cortadles la garganta— ordena Bobby en voz baja.

 -No se les da bien la discreción -afirmaría ante la duda de Emily, antes de hacerle un gesto con la mano de que no se preocupase. -. No dejaré que te pongan las manos encima.

 Una vez llega el momento de ejecutar el plan, el chico seguiría a su grupo por las alcantarillas hasta encontrarse con aquella entrada protegida por los guardias, chasqueando silenciosamente los dientes al escuchar la orden de Bobby.

 -No es necesario -intervendría, extendiendo ambas manos hacia los dos guardias para manejar las piezas metálicas de sus vestimentas y usarlas para tirar de ellos el uno contra el otro, con la fuerza suficiente para darles tal golpe que posiblemente les dejase noqueados.

No hay mucho metal en los uniformes de los guardias, pero en las uniones hay los suficientes como para llevar a cabo tu plan. ¡Crock! Las cabezas de los guardias chocan entre sí y quedan inconscientes.

—Perfecto. Ahora será más fácil rajarlos— dice Bobby desenfundando su hoja.

 —No es necesario matarlos— dice Emily, encarándose a él —Piénsalo, sabes lo tenaces y aterradores que pueden ser los soldados azurdistaníes. Imagina cómo se pondrán si encuentran a compañeros asesinados a sangre fría. Jamás os darán cuartel.

Bobby mira a Emily con expresión intimidante y luego te mira de reojo.

—Tiene cerebro, me gusta— esboza su característica sonrisa repugnante —Sigamos adelante, muchachos.

Os acercáis a la entrada de la cámara, cuya bóveda está cerrada a cal y canto por un portón de metal con diversos mecanismos. Requiere de 3 llaves al parecer. Emily se acerca para inspeccionar la puerta.

 —Desde luego no se podrá abrir por medios mágicos, tiene contramedidas antimágicas.

—Eso ya me lo imaginaba. Por eso necesitamos a Raiden— le da una cachetada en la nalga a Emily, quien se gira para fulminarle con la mirada —Bueno, muchacho, haz "tu magia".

 Raiden solo podría suspirar cuando, aún luego de haber quitado el problema de los guardias de encima, Bobby seguía con la estupidez de querer rajarlos porque sí. Por suerte, Emily estaba presente para darle buenos argumentos de porqué era mejor intentar no matar a nadie: si las cosas salían mal, cada muerte costaría más caro que el intento de robo...

 Ya frente a la puerta, la pelirroja confirmaría la razón por la que el chico era parte vital de aquel plan, además de que sería victima de la mucha confianza del líder de la banda, provocando que cierta expresión de disgusto se dibujase en el chico.

 -Sí, sí... Solo denme unos minutos... -indicaría, acercándose para pegar un oído la reja mientras acariciaba su superficie con una mano: pensaba estudiar la estructura de los mecanismos antes de hacer nada, y entonces procedería a intenta abrirla...

 Durante el tiempo que le tomase Raiden consideraría las opciones que tenían. Una vez abierta la bóveda, debería ponerse en marcha el plan contra el plan de la banda, y según como hiciesen las cosas podían acabar metidos en problemas...

Al examinar el portón metálico ves que dispone de una serie de cerrojos mecánicos. Emily se acerca para hablarte.

 —No se puede abrir con conjuros de apertura, pero sí que deberías poder manipular las diferentes partes con magnetismo— te murmura.

Te lleva tiempo identificar cada parte y comprobar cómo se mueve, hasta que finalmente logras averiguar cómo abrirla. Ahora mismo te resultaría sencilla ya que sabes cómo funciona el mecanismo.

—Raiden, no te demores mucho. En 15 minutos deberíamos ir saliendo— te apremia Bobby.

 -No me apresures: si muevo algo mal puedo dejar hecho un desastre el mecanismo, y allí no habrá sizardiano que lo pueda abrir... -respondería con cierta molestia al hombre que le apresuraba, terminando de estudiar los componentes de la puerta para disponerse a mover los mecanismos de su interior con el fin de abrirla.

—Y si se nos echan encima los guardias se acabó todo— añade Bobby.

Sigues trabajando en los mecanismos con la tensión extra hasta que al final escuchas la música celestial de los mecanismos del portón abriéndose.

—¡Ya era hora! ¡Por fin seremos ricos!

Entre dos abren la compuerta, desvelando tras ella una sala llena de lingotes de platino, obras de arte y objetos con pinta de ser muy, muy caros.

Todos empiezan a reírse alegres y se disponen a entrar en la sala cuando aparece Tremi.

 —¡Niños, tenemos problemas! ¡Un grupo de guardias viene hacia aquí persiguiendo a una felina que se coló!

Al lado de Tremi pasa Reiko a toda velocidad con lo que parece ser un bocata de queso en la boca.

—¡Es la pirada que nos robó la manduca!— se queja amargamente uno de los compinches.

No tardan en llegar un numeroso grupo de guardias con los ojos inyectados en sangre. Al ver que la compuerta de la cámara del tesoro está abierta desenvainan las armas.

—¿Qué diablos está pasando aquí? ¡QUEDAN TODOS ARRESTADOS!

 Debía admitir que, tras haber abierto la reja y ver aquel pedazo de botín, incluso para Raiden fue imposible no unirse a la celebración de forma sincera: ¡que acababa de abrir lo que seguramente era una de las salas de tesoro mejor protegidas! Aunque por suerte para su cordura, Tremi apareció inmediatamente para alertar de la situación, recordándole su papel en todo ello, mientras Reiko venía a toda prisa siendo perseguida por guardias: ¿acaso la chica no tenía otra manera de llamar la atención que no fuese robar comida?

 -Ohhhh, nooo~~~~ Estamos rodeados~~~ -empezaría a dramatizar, haciendo poses de preocupación y derrota. -. Bueno, ¿nos entregamos pacificamente?

 En su interior sabía que estaba por formarse uno de los mayores líos en los que se pudo haber involucrado, por lo que a la espera de que todo detonase iría preparando sus cuchillos, manteniendo la cercanía con la pelirroja para no exponerla a peligro innecesario.

—¡MIERDA! ¡VAMOS MUCHACHOS, TOCA PELEAR!

Cuando vas a sacar los cuchillos notas la mano de Emily sobre tu hombro.

 —Podemos escabullirnos. Puedo lanzarnos un conjuro de invisibilidad ahora mismo sobre nosotros dos— te susurra.

Notas que Tremi te está indicando con la mirada que os larguéis.

 -Tsk... Pensé que esta seria la oportunidad perfecta para asegurarme de dejar mi pasado atrás, pero no puedo ponerlos en peligro por algo como eso... -concluiría el chico mientras asentía a Emily. -. Nos largamos: los guardias seguramente podrán hacerse cargo de ellos.

Emily procede a haceros invisibles y os escabullís en el fragor de la batalla en el interior. Deshacéis el camino regresando por las alcantarillas hasta que veis que estáis a salvo y volvéis a ser visibles.

 —Qué nervios, pero al final todo salió como estaba planeado. Seguro que no pensaste en la huida, ¿verdad?— comenta Emily —Tuve que pedirle a Aria que me enseñara el conjuro de invisibilidad y no estaba segura de que funcionase. No te preocupes por Reiko, a ella es imposible que la cojan. A todo esto, ¿te encuentras bien?