-Bueenas noooches... digo mientras acaricio torpemente a Kobe
-Que descanses, mañana será un día incluso mejor... termino por dejarme llevar por el sueño...
Se lleva una mano a la cabeza tras ver que no conseguía mantener el equilibrio en aquella cama tan enorme.
-¿Y de verdad eras tú el que pretendía dormir encima de una rama?
Considera que te he salvado la vida.
Y se tapó, entre risas, con las mantas dándose la vuelta, bastante tímida.
Al fin y al cabo tenía al lado a un chico, pero ella misma se había dicho que era por simple cortesía.
-¡Buenas noches!- y apagó la vela que iluminaba la habitación.
Te despiertan los ladridos de Kobe, los cuales te retumban en tu cabeza. Sientes un dolor espantoso y te cuesta abrir los ojos.
- Vaya, eso parece una resaca de libro... jejeje. Vamos, Kenneth. Estamos a punto de irnos a Pelidia.
Te despiertas al sentir el cantar de los pájaros de fuera. Has dormido realmente bien a pesar de dormir con un chico... bueno, un príncipe... eso no importa. Vas a girarte hacia Arthur para darle los buenos días pero no está ahí. Te levantas extrañada y no tardas en verle en el suelo. Otra vez se ha caído. No puedes evitar reírte. Él se despierta al escucharte.
- (Bostezo) Buenos días... ¿qué haces subida a la...? - se da cuenta de que está en el suelo - ¡Vaya, me caí! ¡Jajajajajaja! ¿Qué tal has dormido?
No paró de reír hasta pasados dos minutos largos, incluso haciéndose un ovillo en la cama cubriéndose el estómago del exagerado dolor por la contracción de dicha risa.
-¿Pero cómo has dormido ahí sin enterarte toda la noche?- se secó una lagrimilla que se asomaba por el ojo-. Ese sueño tan pesado te la jugará algún día.
Se estiró desperezándose tal cual fuera un gato, sin educación ni miramiento alguno.
Estaba frente a un príncipe y aun así sus formas le importaban un pimiento.
Él mismo era el doble de maleducado, y por eso se sentía libre en su manera de actuar, que nunca llegaría a su extremo.
-Vamos a dasayunar, anda. Que me muero de hambre.
Y volveremos ya al gremio, ¿no?
Ahhhh esto es la resaca, todo retumbaba…. ufff… que dolor… no tendría que haber probado la cerveza… Kobe, anda calla, se bueno… que me duele mucho la cabeza… me incorporo lentamente y me froto los ojos intentando despabilarme… ¿Qué pasó ayer Pyros?
- Que bebiste demasiado. Anda, levanta. Es hora de irse
Pyros se dirige hacia la salida del templo. Kobe te mira aniamdo y vuelve a ladrar. Otra vez te retumba la cabeza.
Ufff ya, eso me lo imaginaba… entonces Kobe vuelve a ladrar y parece que estan tocando las campanas del templo en mi cabeza…. ¡calla Kobe! No estoy para jugar… le digo mientras sigo a Pyros a la salida del templo
- Ya ves, ni yo lo sé... normalmente tengo un sueño muy ligero, igual ha sido por la excelente compañía de la que disponía - dice con un guiño - ¿Qué tal dormiste tú?
Tras recoger todo vais a la planta de abajo para desayunar. Ugrub vuelve a atenderos de maravilla y la comida tiene buena pinta.
- Sí, en cuanto desayunemos y nos reunamos con Pyros y Kenneth, volveremos al gremio.
Arthur empieza a comer. Se le escapa un gesto propio de la nobleza al coger los cubiertos correctamente, pero rectifica y empieza a devorar su plato con avidez.
Para ella las buenas costumbres no tenían por qué desaparecer, así que empezó a comer tranquila y educadamente. Entendía que el príncipe así lo hiciera por no levantar sospechas.
Sonrió para sus adentros. Era inocente en la misma medida que inteligente, y eso le gustaba.
-Yo dormí de maravilla, la cama era súper cómoda, aunque tú no lo pudieras comprobar durante mucho tiempo-rió-. No sé como no morí de cansancio mucho antes de llegar a la cama...- y es que fue un día muy duro, aquel. Deseaba volver a gremio para descansar.
Terminasteis de desayunar. La verdad es que Ugrub es un buen cocinero.
Ugrub: Eeeh... Arthur, mándale recuerdos a Berner cuando le veas, y dale las gracias de mi parte por pasarme esa receta.
- Desde luego. Cuídate, viejo amigo.
Los dos abandonáis la posada y os dirigís hacia el carruaje. Allí ya os están esperando Pyros, Redrak, Kobe y Kenneth, quien no parece tener buena cara.
El carruaje no está lejos del templo. Pyros, Redrak y Kobe suben rápidamente, y tú con dificultad también. El mago te da una manzana para desayunar
- Bueno, solo queda esperar a Arthur y Naery - a lo lejos los veis acercarse - Míralos, allí está.
Os reunís todos el en carruaje. Arthur y Pyros ayudan a subir gentilmente a Naery y finalmente el pícaro sube en último lugar.
Elyssa, la sanadora, sale a despedirse de vosotros.
- ¡Que tengáis un buen viaje de vuelta, chicos! Y Pyros, saluda a mi hijo por favor.
Pyros: Descuida, tía Elyssa, lo haré... - acto seguido Pyros se queda dormido.
Arthur: Este Pyros y su narcolepsia... - se ríe
Iniciáis por fin el viaje de vuelta a Pelidia (para Kenneth y Kobe sería la primera vez)
Fin de escena.
Naery, te apuntaré 10px y 36mo.
Ya os postearé el regreso/entrada al gremio