—Además, una amiga de mi madre y veterana del gremio se supone que sería alguien más templado y sensato, y no una imprudente que a la mínima pierde los papeles y causa problemas a los demás— añade Uwyn a la respuesta de Eimi —Uno esperaría que tuvieras la personalidad de tu hermana, ella parece muy madura y respetable.
Keyleth se coloca entre Miyu y la pareja extendiendo las manos esbozando una sonrisa nerviosa.
—Bueno, suficiente, haya paz. Todos tenemos nuestros defectos pero también tenemos muchas virtudes.
Uwyn vuelve a situarse frente a Eimi.
—Me parece una buena idea patrullar las calles por si descubriéramos algo— acto seguido se gira hacia Keyleth y Miyu —Podríamos ir juntos si queréis, 8 ojos ven más que 2 o 4 y de paso podemos interrogar a ese mago de hielo por si supiera algo. ¿Vendrás con nosotros, Sheppard?
—Me temo que no. He de regresar a la posada para informar a los demás y estar allí por si apareciera información nueva.
Asiento a las palabras de Uwyn, apoyándolo como de costumbre.
—Bueno, suficiente, haya paz.
Justamente —digo mucho más agradable, aunque se vea antinatural.
Uwyn propone continuar unidos para hacer nuestras dos ideas en conjunto.
Y según como podremos actuar si es que vemos algo —justifico las razones de Uwyn que además nos llevan a reunirnos y acortar nuestras diferencias tal y como había propuesto yo misma momentos atrás.
Sheppard nos da la negativa, pero tiene sentido. Sólo me queda una cosa por añadir.
Estate atento a escucharme, intentaré preguntarte en un rato si todo va bien por ahí.
—Payasos —murmuro, poniendo cara de pocos amigos. Ya no quiero discutir más, no lleva a ninguna parte.
—Ey, no. No voy a ir a verlo para interrogarlo. Es más, planeaba ir sola con Key.
Hago una pausa, dudando si debería seguir dando explicaciones. No tengo por qué dar explicaciones. Bueno, sí.
—El tipo ese está en un estado muy delicado, no quiero rareces.
Y entonces, antes de poder seguir hablando, me suena horrible la panza. Muerta de vergüenza me encojo y me llevo las manos al estómago.
—No... no he almorzado... Perdón.
Uwyn suspira.
—Supongo que no se puede hacer nada bien con el estómago vacío. Lo cierto es que también tengo algo de hambre.
—En ese caso regresemos a la posada y discutamos el asunto tranquilamente— propone la paladín.
Y así empezasteis a regresar a la posada.
Creo nueva escena. Seguiremos aquí