No... Dante... - por las mejillas de Amelia resbalan sus lágrimas, cayendo sobre el cuerpo inmóvil de Dante.
Keyleth se aparta y se sienta en el suelo, molesta consigo misma por no haber podido hacer más.
¡Maldita sea! ¿Qué clase de paladín soy si no logro siquiera proteger a mis compañeros?
No seas tan dura contigo misma. Fui yo quien os dejó en desventaja cayendo en el influjo del vampiro.
Ahora todo son sentimientos de culpa y tristeza por Dante. El Espadachín Errante se acerca al cadáver equipándose unos guantes que emanan electricidad. De cerca puedes ver que tiene un corte en la mejilla izquierda, posiblemente de la batalla contra Lacatus.
Y una mierda va a morir alguien. En mi turno, NO. Apartad.
Todos os apartáis del cuerpo de Dante cuando el Espadachín Errante empieza a cargar sus guantes de electricidad y presiona sus puños sobre su cuerpo, descargando aquella electricidad. ¡Le está desfibrilando! Vuelve a cargar sus guantes, y procede nuevamente a descargarlo sobre el cuerpo de Dante, quien sigue sin reaccionar, inmóvil.
Transcurren los segundos sin cambios, con el encapuchado intentándolo una y otra vez.
Déjalo, es inútil...
Nunca pierdas la esperanza - dice tajantemente el Espadachín, quien vuelve a descargar otro golpe de electricidad... ¡Dante reacciona volviendo en sí! El encapuchado pone una mano sobre su pecho, tratando de calmarle - Tranquilo, acabamos de hacerte volver en ti. Kain, dale un antídoto. Apuesto a que tiene alguna toxina licántropa en sus venas que bloquea la curación.
Claro, jefe.
Kain saca de un bolsillo un frasco, lo descorcha y se lo da a Dante para que lo beba. Posteriormente Keyleth procede a curar a Dante, y ahora sí, sus heridas empezaron a sanar.
En el horizonte se acerca un carruaje, y en él va Cassandra, quien se sorprende mucho al ver al encapuchado.
¿Qué demonios...? ¿No se supone que tenías que estar guardando reposo? A Auriel le va a dar un soponcio si se entera...
El encapuchado suspira con resignación, mientras escucháis las carcajadas de Kain.
No, no soy Eloril. Chicos, creo que es mejor que regreséis a Cala de la Sirena a descansar. Nosotros nos encargaremos de Dante y Amelia. No os preocupéis, estarán bien.
¿Que ellos se encargarán de Dante? Piensas objetar, pero no tienes fuerzas ni ganas para ello, así que lo dejas pasar, al menos hasta que te encuentres recuperado.
Regresasteis a Cala de la Sirena y os fuisteis cada uno a una habitación diferente, donde dormisteis a pierna suelta.
La mañana siguiente te levantas totalmente repuesto y con el olor de un delicioso desayuno aguardando a tu lado.
Ale, roleo libre.
El desayuno no sólo olía genial, si no que podía comérselo con los ojos de la manera en que lo miraba, todo el cansancio acumulado por la lucha contra el vampiro y sus esbirros le habían dejado totalmente rendido el día anterior y ni siquiera había probado bocado en todo el día.
En su cabeza no había cabida a preocupaciones ni ningún tipo de razonamiento complejo en esos momentos, lo único que quería era comer, la baba estaba a punto de caérsele de las ganas que tenía de comerse aquel desayuno, así que no se cortó a la hora de ponerse a comer como un animal.
A los 5 minutos ya había acabado con todo lo que le traía el plato, fue sólo entonces cuando se dignó a vestirse y a dirigirse hacia la puerta para salir de la habitación y comprobar si alguno mas estaba despierto.
Nada más salir te encuentras con Kain Dagger, apoyado en una pared y jugando con una de sus dagas. Aunque sea al parecer un aliado, sus ojos fríos dan a entender que es un psicópata de tomo y lomo.
Al fin despiertas, dormilón. Tienes un sueño tan pesado que podrían haberte cortado el cuello unas veinte veces y ni te habrías enterado - dice con tono altivo. Guarda su daga en la gabardina, sonríe y se te acerca con las manos metidas en los bolsillos, quedándose a un metro - Creo que tus compañeros ya estaban reunidos con Lord Byron, deberías ir hacia su despacho en cuanto termines de despertar.
Tras esas palabras se da media vuelta y empieza a alejarse, despidiéndose levantando levemente su sombrero. Te preguntas si todos los de la Liga de las Sombras son así, pero recuerdas que Eloril pertenece a esa organización y es mucho más cordial.
Puedes decirle algo antes de que se vaya, si quieres (lo comento para que sepas que aún no se ha ido, solo eso)
No le das mayor importancia al asunto y te diriges hacia el despacho de Lord Byron. Por el camino te cruzas con Keyleth, quien parece estar regresando. Parece tener mala cara pero se la ve animada.
Al fin despiertas, Myrth. Lord Byron te está esperando. Por cierto, nos encontramos con Dante y Amelia, se encuentran bien, pero... él va a abandonar el gremio, quiere unirse a la Liga de las Sombras. Me ha pedido que traslade al gremio su agradecimiento por todo lo que hicimos por él. Además renuncia a su parte de la recompensa. Una pena, era agradable tener con nosotros a un hombre educado y agradable como él.
Tras comentarte eso Keyleth, entras en el despacho. Allí están Lord Byron y Cassandra, hablando acerca de las mujeres que fueron secuestradas. Por lo que escuchas se encuentran en perfectas condiciones y a salvo en los cuarteles. El magnate te ve y te indica con la mano que pases.
Por favor, pasa... - te dice. Ahí te das cuenta de que tiene una marca de arañazo en la mejilla izquierda - Quería agradecer personalmente la labor que habéis hecho, yendo más allá de lo que os obligaba el contrato del encargo y destruyendo una amenaza... y me alegra el hecho de que salierais todos con vida. Comunicaré al señor Connolly que estoy completamente satisfecho por vuestro servicio. Ya trasladé estas mismas palabras a Cassandra, Neeska y Keyleth.
Ganas 12px y 1013mo
A ver si te das cuenta de un detalle xD
Aún estaba despertándose del sueño y no pudo evitar bostezar mientras Keyleth le hablaba, en el momento de apogeo de su bostezo dejó de escuchar parte de lo que Keyleth le decía ya que estaba mas pendiente de estirarse y postergar esa sensación placentera que a todos los seres vivos les produce el estirarse y bostezar.
- Buenos días Keyleth - Decía con la voz entrecortada mientras se ponía la mano delante de la boca. - ¡Vaya! Me alegra de que ambos estén bien, Dante parecía un buen tipo, espero que tenga mucha suerte e todo, seguro que le volveremos a ver de nuevo.
No pudo evitar fijarse en el arañazo de de la mejilla de Lord Byron. - Lord Byron, ¿qué le ha pasado en la mejilla, cómo se hizo ese arañazo? No parece un arañazo muy normal...
¡Oh! Sí, cierto, anoche estaba tan nervioso por el asunto de las mujeres cautivas que salí a dar un paseo y me arañé con la rama de un árbol.
Cassandra mira con severidad a Lord Byron.
Pero bueno, no hablemos de eso, es un corte sin importancia...
- Y... ¿por casualidad no saldría con una capa negra que le cubría la cara no, señor?... ¿hacia dónde fue exactamente? Ese corte no parece ser de la rama de un árbol...
Myrth empezó a acercarse mas y mas a Byron hasta casi pegar su cara contra la suya.
Estoy de acuerdo contigo, Myrth... además he caído en nun detalle. Cuando Eloril regresó tras la "muerte" de Aidan, regresó acompañado por usted. Apuesto a que usted le instruyó en el cómo actuar bajo una capucha... ¿no es así?
Lord Byron os mira sorprendido pero no parece inmutarse. Es más, sonríe.
Veo que a vosotros no os he podido engañar. Sí, soy el Espadachín Errante, entrené a Eloril para actuar como tal y le cedí la capucha para luchar contra las Hordas del Vacío. Además soy el líder de la Liga de las Sombras, como habréis deducido. Confío en que nos guardaréis el secreto como ha hecho la amable Auriel.
¡Caramba, ella se entera de todo antes que yo! - bromea - Descuide, guardaremos celosamente su secreto mientras su organización no sea ninguna amenaza.
Nuestra intención es mantener a salvo al Reino de la Luz desde las sombras, y aguardar el momento en el que la casa Varith quiera recuperar el trono de las Sombras.
La casa Varith... ¿te refieres a Arkan?
Lord Byron asiente con la cabeza.
Así es... desgraciadamente él no tiene interés alguno en recuperar el trono, sufrió mucho por ello. Prefiere ayudar a evacuar a aquellos que quieran huir de ese reino cruel y matriarcal.
Vaya... aunque tiene sentido si lo llaman el "Príncipe Sombrío"...
Lord Byron se levanta de su asiento y se acerca a un cofre, sacando algo... ¿no es el arco de Dante?
Casi se me olvida. Myrth, Dante me ha pedido que te entregue su arco. Dice que tú le sacarás más provecho.
Lord Byron deposita el arco sobre la mesa, esperando a que lo recojas.
Recibes otros 2px.
Recibes el Arco Celestial Athariense de Dante
Arco Celestial athariense | |
![]() |
Tipo: Arco largo Daño: 2d6+2 Efectos adicionales:
Dueño actual: Myrth Keth'ash |
Aunque no estaba contento porque sus compañeros dejasen el gremio, Myrth no pudo evitar el impulso de echarse a correr con una amplia sonrisa de oreja a oreja al ver el arco que sostenía para él Lord Byron. - ¿De verdad? ¿Es para mi? ¡Genial! Dile a Dante que le daré buen uso, pero que aunque quiera no lo tendrá de vuelta. - Decía el elfo mientras abrazaba el arco como si de una amante se tratase.
Cassandra sonríe al ver cómo coges el arco con ganas.
Pareces un crío con zapatos nuevos...
Sí. Ya dijo él que le haría ilusión - Lord Byron abre las puertas de su despacho - Creo que nuestra reunión ha terminado, supongo que desearéis regresar a vuestro gremio, ¿estoy en lo cierto? Y yo debo encargarme de unos papeles relacionado con mis negocios. Espero que el viaje les sea llevadero.