Mientras Anko se aleja Lex se arranca la manga de la camisa para vendarse la herida en el hombro izquierdo, ayudándose con los dientes para apretar el nudo lo máximo posible. La venda improvisada no tarda en teñirse de rojo, y unos hilos de sangre bajan por el brazo. Aun así Lex parece determinado a continuar la pelea, como si aquello no le importase lo más mínimo.
No sé un conjuro curativo como Nathan, pero tengo mis formas de remediarlo - afirma confiado y se coloca en guardia, justo en el momento en el que Anko se prepara para lanzar su siguiente ataque.
Y ella ataca zigzagueando, buscando desconcertarle y amaga con atacar nuevamente donde la herida para posteriormente atacar en el otro brazo. Lex sin embargo decide ser cauteloso y da un par de pasos hacia atrás, permitiéndole ver la jugada y esquivar en el ataque para acto seguido abalanzarse detrás de su contrincante, inmovilizándole con la mano inzquierda el brazo donde ella sostiene el estoque, y con la otra le rodea la garganta para intentar asfixiarla. Además se inclina hacia atrás para caer ambos al suelo e inmovilizarla del todo con las piernas, inmovilizando las de su rival.
Anko nota cómo se le dificulta la respiración y empieza a faltarle el aire, mientras Lex empieza a debilitarse por la hemorragia del hombro.
¿Quién perderá antes el conocimiento? ¿Tú por la falta de aire, o yo por la hemorragia? - le susurra con cierto esfuerzo.
-Ñgh...- notaba cómo me iba quedando sin aire, por lo que pasaba de contestar a la pregunta de Lex. Por instinto de supervivencia me incliné hacia la derecha, dejando caer todo el peso hacia ese lado por dos motivos: era el brazo que tenía sujeto y era el hombro que Lex tenía herido. Aprovechando que me quedaba el brazo izquierdo libre le agarré el hombro herido con fuerza, clavando el pulgar en la herida. A ver quién aguantaba más.
Lex hace una mueca de dolor cuando Anko urga en la herida, a la par que a ésta le empieza a nublar la vista. El contable reacciona a ello apretándole la garganta con más fuerza.
Anko empieza a sentir que va a perder el conocimiento en cualquier momento por la falta de aire, a la vez que Lex por la pérdida de sangre. En cualquier momento uno de los dos (o ambos) caen.
¡Es suficiente, se acabó el combate! - dictamina Milene - Suzy, Siegfried, atended a ambos de inmediato.
Los clérigos del gremio atienden a ambos, quienes perdieron el conocimiento a la vez. 5 minutos después tanto Anko como Lex recobran el conocimiento. El contable comprueba que la joven Suzy le sanó la herida del hombro.
Hmmm... ¿cómo acabó el combate?
Creo que ha sido un empate, la maestra paró el combate justo antes de que cayerais inconscientes.
Así es. De todos modos el resultado es lo de menos, lo que cuenta para la promoción es el desempeño. Y eso lo juzgará la maestra - ayuda a Anko a levantarse - Os habéis excedido un poco los dos.
-Ahhhhhh- nada más coger una bocanada de aire que me llenó de nuevo los pulmones abrí los ojos como platos. -¿Qué ha pasado? ¿Quién ha ganado?- apenas me había dado cuenta de que Lex había preguntado lo mismo segundos antes.
-¿Empate?- parpadeé incrédula. ¡Había quedado en empate con Lex! Claro que iba a por la victoria, pero ni en mis mejores sueños me lo habría imaginado... Aun así no estaba segura de que fuera suficiente.
-¿El desempeño? ¿O el empeño? Porque yo empeño le he echado mucho- dije con lagrimitas en los ojos mientras mi barbilla temblaba, esforzándose por no hacer ningún puchero.
Es lo mismo. Solo queda esperar la decisión de la maestra.
Todos miran expectantes a Milene, quien se están zampando un muffin de chocolate. Al darse cuenta de que es el centro de atención traga el bocado y se levanta.
¡Bien! Ahora me retiraré para meditar la decisión.
Y dicho esto se retira con una bandeja de muffins. Parece que se va más bien a comérselos tranquilamente.
El combate se pone cada vez más interesante. Tanto que se me pasa por alto contestarle a Melinda que se muy bien como pelea Lex, es mi mejor amigo, y si me quejo de unas trampas que no hay es porque está peleando contra mi hermana y digo lo primero que se me pasa cuando veo que está en peligro.
Se suceden unos cuantos intercambios en los que Lex parece todo el raro ir por delante. Hasta que mi hermana le da la vuelta, o eso parece, y todo termina en una llave en la que no se sabe quién ganará. Como no quiero mirar y no puedo saltar para ayudar, me tapo los ojos. No quiero ver esto, los dos son importantes y sufren, no puedo mirar.
Me quito las manos de la cara al dar la jefa por finalizado el combate, menos mal, ya se ha acabado este sufrimiento. Anko recupera el conocimiento después de ser tratada e inmediatamente dejo las gradas para ponerme a su lado. –Has peleado bien– le felicito. –Si Lex no hubiera sido tu rival habrías ganado muy fácil. Pero bueno, seguro que te ascienden igual, has estado genial– le sonrío para tranquilizarla. Pues no logro descifrar su estado de ánimo, yo en su lugar estaría nervioso y deseando que Milene me dijera algo ya.