Partida Rol por web

Sean te da unas palmaditas en la espalda para aliviar tu tos.

 —Puede venir a cualquier hora mientras esté en la biblioteca, es mi trabajo. Pero si me disculpa, primero quiero disfrutar de la comida.

Tras el desayuno esperas en la biblioteca a Sean, quien al parecer se toma su tiempo para comer. Tras un cuarto de hora aparece para tomar asiento en su mesa de despacho, donde tiene apilados varios pergaminos, libros y documentos. también tiene allí un tintero y una pluma. En la biblioteca solo hay un aventurero leyendo un libro, pero está lo suficientemente lejos como para no escuchar nada desde donde estás.

Tras sentarse y acomodarse en su sillón te mira con seriedad.

 —Bien, dígame en qué puedo ayudarla.

—Pues, verá...

Al principio titubeo, mirando con nerviosismo a aquel que lee por allá, ¿oirá desde su lugar? no quiero que nadie se entere de todo esto, podría salir cualquier clase de rumor luego.
—Necesito ayuda. Bueno, al principio creía uqe la necesitaba, pero está todo tan calmado ahora...
Empiezo contándole mi pasado con timidez, lo que ocurrió hace tres años, mi tiempo vagando sin rumbo ni ganas de vivir y lo que ocurrió el otro día con Nathan en la habitación. También le explico que puedo hablar con Saya como si fuera parte de mis pensamientos y temo que sólo sea producto de mi imaginación debido al trauma.

Sean te ha escuchado en absoluto silencio, tomando notas en un pergamino en blanco. En cuando terminas de contarle todo éste se inclina hacia adelante.

 —Hmmm... ya veo. Mis conocimientos sobre exorcismos son limitados, pero conozco a un exorcista. Es un clérigo de la orden de la Llama Celestial, podría concertar una reunión con él en cuanto lo localizase— se levanta y te indica que le sigas, guiándote hasta una estantería llena de libros —Estos libros tienen procedimientos sobre exorcismos y relatos sobre gente que ha experimentado sucesos raros en o durante un exorcismo. Quizás ahí encuentres alguna pista sobre cómo resolver tu problema. He oído hablar sobre el incidente con el Dios Zorro, pero todos los rumores apuntaban a que no hubo supervivientes. Veo que no era del todo cierto— Sean toma un libro y te lo acerca —En éste un hombre relata cómo tras un exorcismo que podía comunicarse con un compañero que desapareció tras el ritual. Puede que sea un caso similar al vuestro.

A cada ratos miraba a aquella persona allí con miedo de que escuchara, pero en ningún momento vi alguna reacción por su parte y eso me dejó más tranquila, aunque fuera sólo un poco.
—Agradezco de corazón su ayuda, señor Connolly, esperaré con ansias esa reunión.
Entonces no estoy loca y Saya es Saya, no es que lo hubiera dudado, pero... se siente tan extraño... Y la conversación al final duró menos de lo que esperaba, no me hizo ningún estudio ni me examinó ni nada.

Tomo entonces el libro con ambas manos y lo sostengo con cuidado junto a mi pecho.
—Voy a echar un vistazo y se lo devuelvo tan pronto termine, gracias.

Ahora resulta que tengo libre el resto del día, pillaré un encargo no muy engorroso para no llegar a la noche con tanto sueño y entonces me pondré a leer en mi habitación.

Te quedas tranquila al no ver reacción alguna al no ver reacción de ese aventurero, y más todavía cuando te das cuenta de que está totalmente dormido. Te tranquilizas menos al ver que Sean también lo mira pero con mucha menos calma.

 —Ah, sí, otra cosa. También he estado investigando acerca de tu caso y el de tu hermana, y al parecer existe un procedimiento para intercambiaros. La maestra me lo pidió hace poco y me resultó extraño, pero ahora veo que me lo solicitó pensando en usted. Supongo que le comentasteis vuestro problema— Te entrega un papel con una serie de instrucciones para realizar un ritual —Parte de esto lo averigüé a través del libro que acabo de entregarte, y el resto lo he consultado a contactos y conocidos míos. Puede que no parezca una maestra de gremio precisamente fiable, pero Milene cuida de todos. Si me disculpa, tengo otro asunto que atender.

Sean te da la espalda y se dirige hacia el otro aventurero. Entonces invoca un elemental de tierra que lo despierta de una colleja.

 —¡Esto no es un dormitorio!

Tras abandonar la biblioteca consultas la lista de encargos, destacando 3 de ellos para rango C y D (rango para los que no son miembros del gremio).

Expulsar monstruo afeitabarbas (C)

Lugar de contacto: Minas Escudodepiedra (preguntar por Farin Escudodeolmo)

Recompensa: 80 mo

Ayudantes para entrevista (C)

Lugar de contacto: Sede Pelidia Times (preguntar por Tim Rogers)

Recompensa: 75 mo

Padre desaparecido (D)

Lugar de contacto: Cruce de Lanzadorada (preguntar por Lartius Agnis)

Recompensa: 20 mo

Aparte ves a una pareja de felinos que están mirando un encargo de clase A de eliminar una bestia, y parecen estar discutiendo acerca de llevar a alguien más.

No entiendo, ¿las barbas son más importantes que los padres desaparecidos? Esta misión debe de ser urgente, hay alguien esperando a su papá que aún no regresa, podría estar en peligro o algo peor. Sin dudarlo ni por un segundo me acerco a aquellas dos personas que deliberaban algo para preguntarles por el solicitante.
—Em, disculpen. —Intento llamarles la atención, pero con algo de miedito porque no los conozco—. Necesito hablar con... ee... La... lalu...
No, imposible. Es más fácil enseñarles el papel con el nombre de esa persona, el cual señalo con el dedo.
—¿Saben dónde está?

Los dos felinos se giran cuando les hablas. El varón te dedica una mirada haciéndose el guay, mientras que la otra se limita a sonreír amablemente.

 Claro, deja que te explique. Mira, la dirección viene más abajo en el panfleto —señala en un punto del panfleto— ¿Ves? En la herrería del pueblo, en la dirección que pone ahí. Por cierto, ¿no querrías en vez de eso ayudarnos?

 Venga ya, Mina, nosotros dos nos sobramos— hace bola, enseñando un poco de bíceps —Además ella no es más que una novata, tampoco es necesario ponerla en riesgo de forma innecesaria.

 ¡Lex! Me preocupa que estés demasiado confiado.

 Tonterías, tonterías. Seguro que solo son un pequeño grupo de trasgos— se pone en posición de combate, cerrando los puños mientras te mira y te guiña un ojo —Soy Lex, uno de los aventureros más geniales del gremio.

 Ah, lo que faltaba... perdona a este idiota. Soy Mina, una alquimista y aventurera del gremio. A veces trabajo en el puesto de alquimia, si necesitaras algún tipo de poción o medicamento podría hacértelo. Y este fanfarrón es mi novio Lex. Es un excelente luchador pero se ha vuelto muy fanfarrón.

—Es un placer —saludo entonces educadamente a la pareja—. Mi nombre es Miyu y, tal como ella dice, soy novata en el gremio.

Los escucho atentamente, llevándome con timidez el papel del encargo a la cara, esperando a que se decidan, pero no parecen llegar a ningún acuerdo.
—Em, ¿no es una misión de rango A? —digo bajando un poco el papel para asomar los ojos—. No me parece adecuado que yo vaya, aunque a decir verdad no tengo idea de cuál es mi rango. Yo... yo quería hacer esta porque me preocupa mucho que una familia esté separada y me pareció lo más importante y urgente, ir a rescatar a este señor, sus hijos deben estar muy preocupados.

 —No te preocupes por eso, Lex es de rango A.

 —Pero pronto me ascenderán a rango S.

Mina sonríe al escuchar tu planteamiento.

 —Tranquila, si no lo coges tú seguro que otro cogerá ese encargo. De todos modos eres tú quien debe decidir.

—Pero, ¿están seguros de que no seré una carga? —pregunto a ellos. Me da un poco de curiosidad saber a qué clase de bestia se enfrentarán, pero seguramente sea algo muy peligroso y no quiero que tengan que distraerse para protegerme.
—Además, si son novios entonces debería dejarlos solos, es mucho más lindo disfrutar un viaje en pareja que con otras personas estorbando.
Y me despido de ellos.
—Luego me cuéntenme cómo era el monstruo, por favor.

Paso un rato largo yendo mesa por mesa con la nota del encargo en las manos, ocultándome la cara con él por la vergüenza y la falta de trato con la gente. Trato de buscar personas que parezcan amigables y sencillas, evitando a quienes se vean demasiado rudos o maleducados.
—Perdón por interrumpir, ¿les gustaría hacer esta misión conmigo?

Ah, al final olvidé hablar con Berner para que me enseñara a cocinar...

Hay varios aventureros que están dispuestos a ir contigo para ese encargo. Solo queda la cuestión de con quiénes vas a querer ir a ese encargo...

Me pone un poco triste ser rechazada tantas veces, ¿será porque la misión es demasiado fácil y nadie quiere hacerla? Son sólo veinte monedas, quizás eso no motive tanto a la gente. También estar entre tanta gente desconocida me cohíbe demasiado, hasta que encuentro a Cassandra e inmediatamente voy corriendo hasta ella para enseñarle el panfleto.
—¡Señorita Valentine! —No puedo contener el entusiasmo y acabo gritando, por lo que enseguida me cubro la boca con el papel que llevo entre manos desde que lo saqué de la cartelera.
—Perdón, no quise gritar —me disculpo cuanto antes y prosigo—: Em, ¿le gustaría hacer conmigo esta misión? Opino que alguien tan virtuosa y honrada como usted no podría pasar por alto esta inquietud de ver un padre lejos de su familia.

Cassandra se duele la cabeza cuando le hablas. Por su cara parece que tiene una buena resaca.

 —Lo siento mucho, ¿pero podrías bajar un poco la voz, por favor? Dioses, menudo dolor de cabeza...— Se toma un rato para masajearse las sienes —Si me das un día iré con mucho gusto. ¿Crees que podríamos invitar a Eloril?

—U-¿un día? —Es verdad, anoche bebió demasiado, ahora no debe encontrarse en buenas condiciones—. Eso me parece demasiado tiempo, no creo que esta misión pueda esperar si la persona a rescatar está en peligro, perdón.

¿Y ahora qué voy a hacer? Mirando alrededor sólo veo a Eloril, su amigo, pero apenas lo vi ayer y no he conversado mucho con él, no tengo idea de qué clase de persona será y tal vez no quiera acompañarme si Cassandra no viene. Estoy empezando a contemplar la posibilidad de ir sola, pero ¿y si me pierdo? Mi sentido de la orientación es horrible y no conozco nada de este país, me da miedo de sólo pensarlo.

Me siento abatida en una de las mesas, apoyando la cabeza sobre ella y con los brazos tendidos hacia adelante sosteniendo el papel, me quedo mirándolo sin saber muy bien lo que hacer.

 —Hmmm... vale, esperemos que se me pase la resaca con un poco de aire fresco. Intentaré prepararme ahora.

Berner pone sobre la mesa una taza de cerámica con una especie de té.

 —Tómate esto. Su sabor no es agradable pero te quitará esa resaca.

Tras eso el cocinero se retira para regresar a su puesto. Cassandra toma la taza y le da un buen sorbo.

 —Está muy amargo, pero noto cómo se me va un poco la resaca. Oye, Miyu, no tengas miedo a la hora de hacer equipo con la gente de aquí. Todos cuidamos de todos. Por lo pronto cuenta conmigo.

Vaya, eso ha sido muy efectivo, ¿Berner sabrá algo de medicina además de cocinar? Ahora quiero que me enseñe más.
Me iba a disculpar por no presentarme a sus clases que le había pedido, pero me demoré demasiado pensando en lo que decir y se aleja sin darme el tiempo suficiente.

—¿Segura que estarás bien? —pregunto preocupada—. Aunque lo digas así, a mí aún me cuesta un poquito entablar conversación con desconocidos, perdón.
Espero solucionar este problema en el futuro, el gremio está lleno de gente maravillosa y me gustaría poder hacer más amigos.

—¿Esperamos entonces a señor Austin?

 —Sí, estaré... ufff...— vuelve a dolerse la cabeza —No, no estaré bien por ahora, lo siento. Si veo a Eloril le pediré que vaya contigo. Y por favor, cuídale, nunca ha sido muy fuerte.

Tras dejar a Cassandra fuiste a buscar a Eloril, y tras preguntarle éste accedió de inmediato.